En busca de respuestas sobre múltiples barrios

En busca de respuestas sobre múltiples barrios

Editorial

En busca de respuestas sobre múltiples barrios. Hay que dejar de creer en soluciones mágicas, de hoy para mañana, para degradadas condiciones de vida en franjas de vecindades marginales de Santo Domingo y otras ciudades superpobladas por la desequilibrada e intensa migración desde el campo a las zonas urbanas.

Ningún programa de seguridad de bombos y platillos va a llegar de un solo salto a las raíces del desempleo en la juventud que incluye a muchos integrantes desorientados y de baja escolaridad, que solo aspiran a una vida fácil por distorsiones en la formación familiar ni se acaba en el acto con la nefasta influencia del narcotráfico que tan libre se mueve.

Las autoridades no han sido capaces siquiera de aplacar con severidad –eliminarlos ni soñarlo- los ruidos ensordecedores de los bares enclavados por centenares y hasta por estrechos callejones, en extensa agresión directa a la paz y al descanso en hogares que deberían estallar de ira.

El porte de armas ilegales y el uso de motocicletas que facilitan la criminalidad, que se pasea por muchas geografías, no se eliminan por decretos ni por simples pregones y poses de quienes deberían echar un pleito directo contra la delincuencia.

El precio del petróleo no es lo único que escapa a las voluntades y capacidades legales del poder. Los problemas de orden público, de falta de fe en los actos de gobernanza y de penurias azotando ciudadanos, también andan de su cuenta por una falta integral de combate.

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