En búsqueda de las mujeres invisibles

En búsqueda de las mujeres invisibles

La pobreza en el mundo de hoy sigue aumentando y en particular como las más afectadas y vulnerables en este grado inferior de pobreza encontramos a las mujeres que ocupan el mayor número de afectadas, concentrándose principalmente en las zonas agrícolas y rurales de los países más pobres durante las dos últimas décadas. Este aumento se produce a pesar de los avances tecnológicos y los programas de ayudas agrícolas, logrados durante más de 29 años. Aun con los adelantos las mujeres figuran entre los grupos sin mucho avance a este respecto.
El mencionado aumento de la pobreza entre las mujeres rurales se está produciendo en esta población de mujeres trabajadoras del campo en países en desarrollo; es básicamente que estas mujeres tienen un papel clave como productoras agrícolas por derecho propio, aun así, son mujeres invisibles.
A pesar de tener una responsabilidad y un papel clave en sus hogares como jefas de hogar, estas no figuran como prototipo de equidad de género y frecuentemente pasan por alto su desempeño y sus labores micro empresarias y agrícolas.
El problema radica en que aparentemente estas mujeres, las más vulnerables son invisibles, siendo estas subestimadas y pasadas por alto en los programas de ayuda internacional y programas agrícolas de los gobiernos y no reciben el mismo acceso que los hombres a créditos, programas para mítines y programas de extensión agrícolas.
Estas mujeres están atrapadas en una espiral descendente de pobreza que las obliga a trabajar más duro que los mismo hombres para mantener a sus familias, pues deben preparar sus predios de trabajo y bien temprano levantar a sus hijos, enviarlos a las escuelas y prepararles sus alimentos y más aún cuando sus desempeños tienen que realizarlos en forma completamente rudimentaria, ya que es tan difícil la vida en el campo, cuando muchas veces ni luz les llega y dificultades para agua potable, son verdaderas invisibles.
Cada vez se sienten más pobres debido a todas estas fuerzas negativas que están fuera de su control y las hacen más INVISIBLES.
A pesar de invisibles, estas mujeres, más del 67% de la mano de obra agrícola en muchos países está integrada por mujeres, y la mayoría pasa más de 17 horas diarias trabajando rudamente en los campos o en negocios informales, las ventas de productos elaborados rudimentariamente en base a frutas, raíces convertidas en dulces, etc.
Muy bien podemos decir que gran producción de la mano de obra femenina en nuestro país, República Dominicana, es un gran renglón de productos básicos de exportación de gran principalía en nuestra economía y están manejadas por manos femeninas.
Estos trabajos de creación de nuevos productos frutales y de artesanía de piedras, plantas, etc. ha estado en un proceso ascendente de innovación y ventas de los mismos, impresionante y significativa la cantidad de productos que apenas son conocidos por toda la población dominicana.
Estas mujeres emprendedoras y capaces debemos todos contribuir para que aunando voluntades y cooperando para obtener recursos frescos, estas mujeres puedan tener los mismo accesos y formalidades que tienen los hombres campesinos para de una vez por todas ellas puedas tener una vida más digna, buena educación en el manejo de las nuevas tecnologías, para que nuestras mujeres sean visibles y dignas dominicanas.
Es el deber y verdadero propósito de las Fundaciones de Asociaciones Femeninas sin Fines de lucro trabajar con gran constancia y esfuerzo para aglutinar estas mujeres invisibles y aun visibles, pero víctimas de ser desconocidas y a veces maltratadas minimizando sus esfuerzos de cada día, el ser tomadas en cuentan y enrolarlas en los avances de nuestra sociedad moderna para sacarlas del oscurantismo y vulnerabilidad a que están siendo sometidas, así se lograría que su voz llegue a los más altos estamentos de la sociedad y sean mujeres visibles.
Entes de trabajo y riqueza- Aunemos todos los esfuerzos.

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