Pero a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creyeron. Lucas 24: 11.
Debemos ver con los ojos espirituales lo que está pasando alrededor de nosotros para entender lo que Dios quiere que hagamos, porque estas cosas son necesarias para desatar nuestra bendición. Es paradójico pensar que algo que venga a desestabilizarnos puede bendecirnos; aunque parece sin sentido para Él sí lo tiene.
Esto sucede porque muchas veces nos acomodamos y perdemos la iniciativa de hacer o emprender cosas nuevas, llegando a un estancamiento espiritual, lo cual afecta los planes de Dios; porque fuimos creados para subyugar la tierra y enseñorearnos de ella. Él nos dio toda la autoridad sobre todas las cosas para que Su Reino avance.
Es increíble que, teniendo nosotros la autoridad delegada y el poder en Su nombre para hacer remover la tierra y ponerla debajo de nuestros pies, no lo entendamos. Así, preferimos seguir buscando culpables de nuestra situación.
Por eso, cuando situaciones nos afecten busquemos si es Dios que quiere despertarnos del letargo, el cual nada nos permite hacer. Por eso provoca los sacudimientos, para que seamos proactivos y siempre tengamos un plan y una meta que cumplir.