Rodeados de basura y literalmente en la “boca” de la cañada Maco Frío viven a su suerte más de una veintena de familias en una  deprimida  zona de la barriada El Café, de Herrera, Santo Domingo Oeste. El problema aquí es la cantidad de desechos esparcidos y los estrasgos en la hondonada ante cualquier lluvia. De lejos no se divisan las casas construidas en la cercanía de la cañada.

Ciento cuarenta y seis  escalones debimos bajar y subir, de inmediato,  para ir al caserío. Tiene una calle asfaltada, sin embargo, no llegan vehículos ni camiones recolectores de basura. Entre matas de plátano, guineos, yautía y otros árboles se encuentra la casa de Sandra Amancio Roa, una sanjuanera que levantó un techo de madera y zinc. El clamor de esta ama de casa es para el que Ayuntamiento de Santo Domingo Oeste disponga un servicio de recogida de desechos sólidos cuanto antes.

Mientras le realizaba un desrizado para quitarle la onda del pelo a su vecina Yessenia Encarnación, colocadas al frente de la casa de Amancio Roa, esta se queja del abandono que se observa en el lugar. Teme que se desate un brote de mosquitos y que su picadura los contagie con el virus de Dengue. “Esto es un mar de agua cuando llueve”, es la frase que  con impotencia dice al recordar que el agua entraba a su casa.