BONAO. Profanaciones de tumbas, consumo de drogas, actos sexuales, robos de hierros y  de huesos de cadáveres, son acciones comunes en los cementerios municipales ubicados en la calle Padre Billini y Caracol de esta ciudad.

Los casos se registran en horas de la noche  pese a las reiteradas denuncias de los representantes de grupos comunitarios y familias que ven cómo son saqueados los panteones de  sus parientes.

“Los difuntos, los objetos del cementerio, ni los vivos que visitan a sus parientes están en paz ni seguros, ya que los delincuentes profanan las tumbas y roban en estos campo campos”, declaró Luis Alfredo Abreu, visitante.

Manifestó que es alarmante la situación en que se encuentra el camposanto de la calle Padre Billini, del sector Las Flores de Bonao, donde desaparecen hasta los cadáveres.

Esteban Peña, sepulturero del cementerio municipal del Padre Billini, atribuyó las acciones a jóvenes en edades de  12 y 15 años que penetran por la calle 12 de Julio, en horas de la noche, para practicar actos sexuales y consumir drogas.