Los jóvenes tienen sobre sus hombros el gran reto de lograr que vivamos en un mundo justo. Sin embargo, desafíos pendientes como la discriminación, falta de oportunidades, la violencia de género y el racismo juegan en contra de su desarrollo.
Estas barreras preocupan a varios sectores de la sociedad ya que de acuerdo a las proyecciones del Censo Nacional de Población y Vivienda (2010), la población joven en el país constituye el 33.2% de la población dominicana.
A propósito de que hoy, 31 de enero, la República Dominicana conmemora el Día Nacional de la Juventud el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), por sus siglas en inglés, enfatizando la importancia de brindar oportunidades que impulsen el desarrollo pleno de esta población.
Una de las principales barreras son los embarazos y uniones tempranas: Dos importantes realidades que impulsan a adolescentes y jóvenes a situaciones de vulnerabilidad evitables como las muertes maternas y neonatales, la deserción escolar y universitaria y la inserción laboral a destiempo.
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De acuerdo con datos suministrados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas un 37.2% de las jóvenes dominicanas tienen uniones tempranas antes de cumplir los 18 años, lo que sitúa al país en segundo lugar en la región.
“Es un hecho que el embarazo en la adolescencia genera pérdidas económicas ya que quienes se convierten en madres a temprana edad tienen una menor participación laboral. La Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT-2018) confirmó que los ingresos anuales promedios de las mujeres asalariadas de entre veinte y cincuenta y nueve años son más altos cuanto mayor sea el nivel educativo”.
Educación e inserción laboral limitada
El acceso a la educación de calidad es vital para el crecimiento económico, por lo que cuando una persona adolescente o joven detiene sus estudios, sus probabilidades de insertarse en el mercado laboral disminuyen, lo que representa otra barrera que dificulta el pleno desarrollo de las juventudes.
El Plan Nacional de Juventudes 2030, impulsado por el Ministerio de la Juventud con la contribución del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), motiva a que se aplique el concepto SIN-SIN en sustitución de “NINIS” al referirse a las personas jóvenes SIN empleo y SIN educación, a fin de hacer un abordaje con enfoque de derechos y evitar la estigmatización que encierra la categoría “NINIS” que deposita la responsabilidad en el sujeto y no en sus condiciones de vida, su entorno, y las brechas entre estos y el sistema de desarrollo.
20% de jóvenes entre 15 y 29 años de edad, viviendo sin las competencias requeridas por el mercado de trabajo, y sin oportunidades para acceder a una vida digna y próspera, ha experimentado el abandono escolar, así lo expresa la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT-2016), situación que disminuye sus niveles de calidad de vida.
La falta de oportunidades para insertarse en el mercado laboral es una de las principales causas citadas por jóvenes de 15 a 24 sin empleo, que en 2021 ascendían a 506,886, según datos de la ENFT. De esta población joven “Sin-Sin”, el 61.1% corresponde a las mujeres.
Las madres tempranas que son jefas de hogar enfrentan mayores niveles de desempleo (23.3%) que aquellas que lo fueron en la edad adulta.
El estudio del UNFPA indica que la tasa de desempleo de las mujeres que fueron madres en la adolescencia fue 9.1%, mientras el de las madres adultas fue de 7.4%, lo que se traduce en una diferencia de 1,7 puntos porcentuales.
Ante esta realidad, sigue siendo imperante fomentar sociedades que reconozcan el valor de las mujeres adolescentes y jóvenes, y su derecho a la educación para evitar que caigan en pobreza extrema.