¿En cuál nivel vive usted?

¿En cuál nivel vive usted?

Treinta años atrás publiqué un artículo sobre población y acceso a la televisión, donde señalaba los distintos niveles de televidentes cual si fuesen clases sociales.

Veinte o treinta años después recuerdo aquel artículo donde se citaba desde quienes nunca han visto la pantalla de un televisor, los que sí la han visto, aquellos cuyos vecinos tienen un receptor y les permiten ver lo que se pone en pantalla, quienes alquilan la ventana de un vecino para ver las telenovelas, los que tienen un televisor de 12 pulgadas a blanco y negro, los que tienen un equipo del mismo tamaño a colores, y hacia arriba quienes tienen equipos receptores de 18, 24 y pantallas del tamaño de las que usaban los cines antes de que llegara el cine de pantalla ancha.

Cada uno de los observadores o dueños de equipos de televisión descritos en el párrafo anterior, representa un segmento de la población nacional que vive, sufre, muere, goza, se desenvuelve de manera diferente, en una escala que debe ser estudiada por científicos sociales, cuyas investigaciones arrojarían resultados asombrosos.

Los medios de transporte son, también, un reflejo directo del modo y estilo de vida de las sociedades.

Quienes disfrutamos de vehículos confortables, dotados de aire acondicionado, tracción en las cuatro ruedas, equipos de música de alta fidelidad, en muchos casos entendemos que los peatones molestan cuando se proponen cruzar una calle.

La escala comienza por las personas que caminan nadie sabe cuántos kilómetros para acudir a un dispensario médico de emergencia, a la escuela, a su lugar de trabajo. Luego están los que se desplazan sobre caballos o burros (quedan pocos, la gente dice que ya nos los comimos como salchichones).

Están los que se desplazan en un moto concho, otros viajan de bola en la cola de los camiones, algunos pagan el viaje en la cola de una camioneta. Los escalones ascienden, muchos viajan en guaguas otros en motocicletas, aquellos en automóviles. Algunos usan taxis. Llegamos a los propietarios de vehículos de motocicletas hasta autos utilitarios, carros de cinco pasajeros, carros de lujo de cinco pasajeros, yipetas, aviones privados, lanchas amarradas en marinas donde se compite por tener el yate de mayor eslora, de mayor autonomía, con el mayor lujo y comodidades interiores, dotado de los instrumentos de navegación más sofisticados.

En esa estratificación hay un retrato de la desigualdad dentro de la cual vivimos y nos conformamos y aceptamos como bueno y valido el que unos dominicanos tengan tanto y tantos dominicanos tengan tan poco.

Dentro de los buenos deseos en Navidades comprometámonos a disminuir el número de escalones y a trabajar seriamente por un equilibrio social que, de no hacerlo, puede resquebrajarse en cualquier momento y entonces…

 

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