En defensa de la academia de ciencias; contra mentiras y calumnias

En defensa de la academia de ciencias; contra mentiras y calumnias

POR MARIO BONETTI
I
1. No es esta la primera vez y talvez no será la última que el Sr. Domingo Abreu Collado (DAC) se vale de los recursos publicísticos que gustosamente le pone a disposición el Director del periódico «Hoy» para atacar a la Benemérita Academia de Ciencias de la República Dominicana con calumnias, mentiras, medias verdades, y con ciertas verdades pero narradas de tal manera que de hecho devienen en medias verdades.

En efecto, usando una página entera y con fotos a color titulada «Ecología», pero que en verdad se ha convertido en agencia publicitaria de un aspirante, o un deseoso, a ocupar la Presidencia de la Academia de Ciencias de la República, el Sr. DAC ha vuelto a verter por tercera vez sus destructivos sentimientos de odio contra esta Institución y en contra mía.

2. Debido al reducido espacio del periódico que puedo ocupar para expresar la verdad del caso del Sr. DAC, nos limitaremos a comunicar lo siguiente:

DAC fue, hasta su expulsión, integrante del Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias. Este es un organismo de la Presidencia de la Academia para defender los recursos naturales y el medio ambiente del país.

En tanto integró ese organismo pidió y recibió apoyo financiero de parte mía para propósitos personales, como viajes al exterior y para resolver cuestiones domésticas, amén de un salario mensual en calidad de asesor.

Bajo esas circunstancias, DAC elogiaba la Institución de manera correcta y como ésta se lo merece.

Leamos un «Reportaje» del «Hoy: del lunes 26 de enero del 1998, pag.12

«ACADEMIA DE CIENCIAS reclama del Gobierno un presupuesto adecuado a sus necesidades.

Por Domingo Abreu Collado»

«La Academia de Ciencias de la República Dominicana ha entrado en su 23 aniversario asumiendo las expectativas generacionales que prevén el gran salto científico y tecnológico que supere la entrada al tercer milenio. Sin embargo, para esta Institución, las condiciones que debe tener la Nación dominicana para ese salto no se materializarán sin «la creación de capacidades personales y de infraestructuras materiales suficientes para generar conocimientos científicos que conduzcan a la creación de fórmulas técnicas aplicables con beneficio a la producción económica, al sistema nacional educativo y de salud, y en general, a los requerimientos del desarrollo humano, social y cultural de una sociedad».

«Con un discurso que dista mucho de la antigua apacibilidad de hace algunos años, la Academia de Ciencias se perfila ahora como un ente aglutinador de pensadores cuyas ideas hacen vibrar los vetustos muros coloniales que la albergan, pugnando por un impulso que lance al país al logro de un desarrollo sustentando en los conocimientos».

«Cuatro medidas han sido planteadas por la Academia como necesarias para el arranque de la República Dominicana hacia el desarrollo científico-técnico: 1) El financiamiento o fomento de investigaciones de relevancia nacional. 2) La publicación de resultados de investigaciones y de cualesquier estudios o análisis de importancia para el País. 3) Buscar personal científico, literatura científica y recursos y bienes materiales, así como tecnologías educativas en el exterior. Así mismo, el envío al exterior de investigadores residentes en el país con proyectos de importancia nacional.

La cuarta medida es organizar en el país periódicamente simposios, congresos, mesas redondas, ciclos de conferencias y otros cónclaves para evaluar la producción científica nacional y dar a conocer nuevos desarrollos científicos, incluyendo dentro del alcance de esa isla, la organización de cursos de post grado para la actualización científica de profesores universitarios en el país y un liceo de niños dotados que ha de constituir la futura camada de científicos nacionales, según comunica el Dr. Mario Bonetti».

DESVALORIZACIÓN DEL INTELECTO

«A juicio del doctor Mario Bonetti, Presidente de la Academia de Ciencias, en la República Dominicana «se desvaloriza el intelecto y no se aprecia al intelectual científico». «Esta Academia de Ciencias, como toda Academia que cumpla con sus finalidades, trabaja para el Estado y la Sociedad Dominicana en la medida en que nuestro trabajo consiste principalmente producir y difundir conocimientos científicos. Y por eso, como ocurre con las demás academias, pensamos que nos merecemos el apoyo financiero estatal».

EL POBRE PRESUPUESTO DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS

Los proyectos concebidos y estimulados por la Academia de Ciencias de la República Dominicana no tienen el propósito de desarrollarse con el mero objetivo de ensayar metodologías o lograr publicaciones para llenar estantes.

La investigación en materia científica y tecnología garantizan a la Nación dominicana un real desarrollo en tanto se plantea soluciones para sus problemas vitales a largo plazo. La planificación del futuro de un país tiene que contar necesariamente con un cuerpo de investigadores, de científicos y técnicos en permanente búsqueda de solución a los problemas que traen el crecimiento de la Nación y las necesidades de nuestros habitantes. Pero para ello debe contar con recursos económicos.

Hay que recordar que la Academia de Ciencias es asesora del Senado para los asuntos científicos.

Contrario al pesimismo que supone la negación de un presupuesto justo a la Academia de Ciencias, un reconocimiento que nace de lo más profundo del pueblo mismo conforta a esta Institución. Una prueba de eso lo fue el «Manifiesto del Municipio de Mao a la Opinión Pública», publicado por las organizaciones y personalidades más notables de esa comunidad, encabezada por su Obispo, Monseñor Tomás Abreu Herrera, a raíz del dictado del Decreto 319-97 que movió a lo más sano del País.»

En dicho Manifiesto se exigió «que el Estado dominicano, a través de sus instituciones más representativas, debe asumir el liderato para la protección y conservación del medio ambiente, como única garantía de asegurar a las presentes y futuras generaciones el poder disponer de todas las bondades que se derivan de nuestros recursos naturales».

En un último párrafo el Manifiesto saludó «efusivamente la patriótica labor de concientización ambiental que viene llevando a cabo la Academia de Ciencias de la República Dominicana en poblaciones diversas del territorio nacional. En consideración a lo antes dicho, le expresamos a la Academia de Ciencias de la República Dominicana nuestro mayor reconocimiento y respaldo por los notorios servicios que le viene prestando desinteresadamente al País».

«Una función imposible sin un presupuesto decente».

«En los países desarrollados y en vías de desarrollo, la función de una Academia como la de la República Dominicana no sale adelante sin recursos económicos. Como tampoco sale adelante el País si no cuenta con instituciones que, como la Academia, investigan por qué caminos deben enrrumbarse los pasos del Estado para salir del atraso». (ver «Hoy» 26.01.1998)

Todos esos elogios para la Academia bajo la Dirección del Dr. Bonetti y para mi mismo se esfumaron después de DAC haber sido separado del Equipo Ambiental.

Antes de su separación del Equipo, el Sr. DAC no podía neurológicamente percibir que yo manejaba la Institución como «una finca», «un coto cerrado», ni tampoco podía percibir que la Academia estaba huérfana de ciencia y de científicos. No, antes de su expulsión la Institución era para DAC un objeto digno de elogio continuo. Tampoco podía «descubrir» que los recursos financieros de la entidad se malgastaban en cosas diferentes a las ciencias.

(El meta-mensaje dirigido al Gobierno de que la Academia malversa los dineros que recibe del Estado es una constante en los escritos de DAC).

3. DAC «descubrió» que la Academia es lo que él dice en sus escritos después de haber sido expulsado del equipo por mí ¿Y porqué fue expulsado el Sr. DAC. del Equipo? DAC fue expulsado del Equipo porque se convirtió en un portavoz pagado (y bien pagado) del antiguo Ministro del Medio Ambiente Frank Moya Pons.

En su condición de asalariado del pronorteamericano Moya Pons, DAC usó sus influencias periódicas para elogiar a su patrón donde pudiera y defender los abusos ambientales y las violaciones a la Ley Ambiental del pro-yanki Moya. Pero DAC cometió el error de querer llevar al seno de la Academia de Ciencias su política de defensa de las decisiones que Moya tomaba desde su posición de emperador de la Secretaría de Medio Ambiente, o sea, quiso llevar al Equipo Ambiental de la Academia una línea de apoyo y elogio a la política de su nuevo patrón, cuando ya a esa altura de las luchas ambientales la Academia comenzaba a enfrentar al emperador Moya, protegido y pupilo de un gran banquero, de esos a los cuales los Presidentes de la República se les arrodillan y al cual Moya le agradecía su nombramiento como Ministro del Medio Ambiente.

Entonces se produjo un choque entre DAC y yo porque DAC estaba confrontando una encrucijada de lealtades institucionales y de patronos, pues era asalariado de Moya y de Bonetti a la vez. Siendo el salario que Moya le pagaba a DAC mucho más jugoso que la suma que yo le pagaba como asesor, y teniendo DAC ciertas ventajas adicionales a su salario, como contratas, etc, y siendo la hermana de DAC una importante funcionaria de la Secretaría de Medio Ambiente, DAC tomó partido -lógicamente- por su empleador Moya Pons, quien era, además, como ya se dijo, también empleador de su hermana.

Sucedió que entre tanto ya Moya se había convertido en uno de los principales culpables de la violación de la Ley Ambiental, por tanto, en uno de los principales enemigos políticos, conjuntamente con su empleador Hipólito Mejía, del Equipo Ambiental. En el último ataque de DAC a la Academia, aparecido en la página erróneamente llamada «Ecológica» del sábado 11 de diciembre del 2004, página 8D, éste busca concientemente una comparación con la UASD para poder verter en el periódico «Hoy» sus «nobles y puros sentimientos» contra la Academia, y llevarse, de paso, mi reputación.

Dicho de otro modo: para poder decir lo que dijo, destacó algunas flaquezas de la UASD (pero no sus fortalezas) para poder compararlas con el «desastre» de la Academia:

«Cuando se habla de la UASD se habla de Academia más vieja del Nuevo Mundo. Cuando se habla de la Academia casi siempre se hace referencia a la Academia de Ciencias de la República Dominicana y cuando se habla de ciencias se piensa que es en esas dos instituciones donde estas, las ciencias, habitan o deberían habitar» (…) La Academia de Ciencias de la República Dominicana es la otra que como la UASD debería dedicar los recursos que recibe para desarrollar proyectos científicos de importancia» (ver lugar citado).

Está muy claro que DAC le está mandando al Gobierno el meta-mensaje de que los recursos financieros que la Academia recibe de éste se están malgastando, y que, por lo tanto, no los merece. El mismo meta mensaje que le viene mandando al Gobierno en sus últimos escritos de la página «Ecológica» (¡). Pero sucede que en años anteriores, cuando DAC era mi asalariado la Academia sí merecía recursos y en buenas cantidades.

II

1. Pasamos ahora a responder y comentar los venenosos infundios encerrados en la página del periódico «Hoy» titulada «Ecológica» (¡) del 11.12.

Debería llamarle la atención tanto al Director del periódico «Hoy» como a los lectores de esa página el llamativo hecho de una persona que, como se ha dicho en repetidas ocasiones, no pudo superar académicamente el nivel del Colegio Universitario de la UASD, que no tiene ninguna publicación científica ni es reconocido en los círculos intelectuales o científicos como uno de los suyos, sea la persona que en el periódico «Hoy» dictamine que en nuestra Institución o en la UASD no hay ni ciencias ni científicos y que tampoco se usan los dineros estatales para el uso que se les dio. También se siente autorizado el Sr. Abreu Collado, con la venia del Director del periódico, a dictaminar que la Academia de Ciencias de la República es «una finca» dirigida, claro, por un finquero, un «coto cerrado» donde los científicos brillan por su ausencia.

Debería llamar la atención de los lectores de «Hoy» que la Dirección de la Academia de Ciencias no ha sido llamada por el Director del periódico para exponer sus propios puntos de vista acerca de la verdad de la Academia, después que le concedió a Abreu Collado tres páginas a colores en diferentes fechas para detractar nuestra corporación científica. Cabe agregar que cuando el Equipo Ambiental le respondió a Abreu Collado el 23 de septiembre del 2003, por la segunda publicación a página entera y a colores, el Director del periódico no le concedió a la Academia el derecho a réplica y tuvimos que comprar un espacio, o sea, un «espacio pagado» para dar a conocer la refutación (v. «El Nacional» 23.09.03).

2. Debería llamar la atención el repudio que los antiguos compañeros de Abreu Collado le depararon con relación a anteriores infundios. Ese repudio, y, a la vez refutación de lo escrito por Abreu Collado, se publicó bajo el título de «El Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias a la Opinión Pública Nacional», aparecido en «El Nacional» como espacio pagado en fecha 23 de septiembre del 2003, página 10.

Veamos algunos pasajes de este documento.

3. «En las últimas semanas, la Academia de Ciencias ha sido objeto de inmerecidos e injustos ataques, que persiguen llevarla a un plano de debate estéril y sin sentido. No está en el ánimo de esta entidad de las ciencias repetir escenarios de confrontación y de rebatiñas públicas en los medios de comunicación. Por ello, pacientemente, hemos dejado pasar los infundios, epítetos y hasta burlas personales emitidas contra nuestro Presidente el doctor Mario Bonetti.

Las diversas tareas en diferentes planos y ramas de las ciencias, así como trabajos pendientes por publicar y las actividades diarias de las labores del Equipo Ambiental, son en la actualidad nuestras principales ocupaciones y, por tanto, nuestro tiempo, esfuerzo y dedicación deben estar orientados en esa línea. Por ello no habíamos contestado los intentos por dañarla. La mejor forma de respuesta de la que dispone esta institución es reafirmando su trabajo sin caer en las consideraciones de tipo personales y en las injurias que hacen quienes han usado medios y páginas en contra de la Academia. Creemos firmemente que esos medios pueden ser usados para propósitos más sanos» (….).

«¿Podría una entidad supuestamente antidemocrática, supuestamente, como se dice en un infundio, estar sometida a una encrucijada, a falta de plan es y de reforma, ser escogida entre las Academias de la Comunidad Científica del Caribe para ostentar la Vicepresidencia?

¿Puede ser antidemocrática una Academia cuyos miembros por consenso responden a sus detractores y en un plano de debate racional, de altura, sin caer en epítetos ni llevarlos al plano personal?

¿Puede ser llamada una «finca» una institución como esta Academia de Ciencias, cuyos logros son reconocidos en el propio documento emitido por algunos contrarios a la Presidencia actual y que fuera objeto de noticia a primera plana en un diario de circulación nacional (ver periódico «Hoy» de fecha 12 de septiembre del 2003).

La Academia de Ciencias dispone de sus Estatutos y sus mecanismos para que aquellos que quieran dirigirla accedan a ella por vía estatutaria y no hay necesidad de desprestigiarla para luego querer conducirla, haciendo un flaco servicio y ningún aporte a la misma». (…..).

«Esta será nuestra única respuesta a todas estas injustas y calumniosas publicaciones y las por venir. El resto del tiempo de esta Academia y de sus Directivos, colaboradores, científicos y del Equipo Ambiental, estará enteramente dedicado a múltiples tareas y responsabilidades que se han trazado a favor del país y de las ciencias».

«Por el Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias»

  1. «Renato Rimoli» 11. Carlos Sención
  2. Manuel Ant. Nina Ramírez 12. Tabaré Mundaray
  3. Reynaldo Cabral 13.- Juana Ferrer
  4. Eleuterio Martínez 14.- Fausto Castillo
  5. Humberto Frías Agramonte 15.- Maricela Genao
  6. Guillermo López 16.- José Daniel Jiménez
  7. Ricardo Colón 17.- Pedro Benjamín Piña
  8. Norma Fabián Calcagno 18.- Sergio Ledesma
  9. Carolina Lerebours 19.- Osiris De León»
  10. Ramón Narpier

Así concluye el citado documento publicado en «El Nacional» el 23.09.04

III

1. En cuanto al muy recurrido estribillo (o slogan) usado para combatirme, diciendo que yo he expulsado de nuestra corporación a varias decenas de antiguos miembros, cumplimos con decir lo siguiente. Nadie ha sido nunca expulsado de la Academia.

Lo que en verdad ha sucedido es que varias decenas de antiguos miembros de los años »70, »80 y de principio de los »90 se separaron voluntariamente de la Academia para dedicarse a hacer dinero por medio de la ocupación de las posiciones estatales de ministros, Gobernadores del Banco Central; para dedicarse a los negocios o a las consultas privadas en sus profesiones liberales, incluso a la Rectoría de una que otra universidad.

Otros pocos se dedicaron a trabajar sus respectivas ciencias en soledad y sin querer asociarse a nadie ni a ninguna agrupación científica, universidad o grupo alguno. Entre ellos había un par que perteneció en los años »70 y »80 a nuestra Academia simplemente por haber recibido alguna vez un título, o sea, un papel de membresía que tal vez ya habrán perdido sin que ello les importe.

Dos cosas deben destacarse en este asunto: que esas personas se alejaron voluntariamente de la Academia y que no veían con razón, en la Academia de aquellos años nada atractivo que justificara dedicarle tiempo y algún esfuerzo par ayudar a levantarla.

Vista las cosas desde esa perspectiva, es comprensible que perdieran el interés en la membresía activa y se retiraran a una actitud de antigua pertenencia porque alguna vez recibieron el papel del miembro.

Hoy día la percepción y valoración de la Academia por toda la sociedad y el Estado dominicano es diferente y ahora se hace sentir el deseo de personas que nunca fueron miembros por ingresar a ésta, como lo prueba la cantidad de profesionales de las ciencias de alta calidad que anualmente va ingresando. Pero esa nueva valoración de la Institución trae aparejado el hecho inevitable y, por cierto, legal, de que surjan grupos de académicos que quieran controlarla o dirigirla.

2. Ahora bien, hay en el presente aspirante a la Presidencia de la entidad que no reúne todavía suficientes firmas de apoyo para poder ganar las elecciones, e incluso han tenido dificultades en completar una plancha electoral de catorce personas para registrarla en el Secretariado de la Academia y poder competir en el torneo electoral del próximo 18 de diciembre.

Pero debemos decir también que hay miembros que no se han alejado totalmente de la Institución pero que tampoco trabajan o asisten a los actos adonde deberían asistir obligatoriamente, o se niegan a contribuir a levantar las Comisiones de la Academia. Con otras palabras: son gente astuta que observan el proceso de la Institución desde las gradas pero nunca bajan a la arena a poner un granito de esfuerzo para levantar la entidad o ayudar a engrandecerla. Esa gente observa y espera su turno o su oportunidad. ¿Cuál oportunidad?

Respuesta: la oportunidad de dirigirla sin haberse esforzado en levantarla.

Resumimos la idea: trabajar no, disfrutar de lo que otros han labrado sí. Ahora bien, hay una pregunta que se impone necesariamente: ¿Por qué ciertos aspirantes a la Presidencia de la Academia buscan afanosamente que los alejados voluntariamente puedan votar en las próximas elecciones del 18.12? ¿Por qué no despliegan esfuerzos por conseguir simpatizantes electorales en el mercado electoral de los sesenta y siete miembros que realmente tiene la Academia?

¿Por qué no invierten el mismo tiempo y los mismos esfuerzos en ese mercado electoral de miembros reales y no «cadáveres de fichero» que están invirtiendo en reactivar al vapor la membresía de aquellos «cadáveres de fichero» y sólo para que puedan votar a favor de ellos en las próximas elecciones si llenar ningún trámite de reingreso?

3. Creemos que podemos repetir aquí que debería llamar la atención, tanto de la Dirección del periódico «Hoy» como de los lectores de este matutino, que no son los alejados voluntariamente de la Academia los que están denunciando que fueron «expulsados», sino alguien que sin que nadie se lo pidiera se ha erigido en abogado sin mandato de aquellos.

4. Para concluir creemos que podemos arriesgar proferir algunas interrogantes dirigidas al Director de este periódico sin que él evada la responsabilidad de responderla guardando silencio a sabiendas de que no tenemos medios ningunos para hacerlo hablar.

¿No cree Ud., Don Mario, que nosotros, personas tenidas por nuestros conciudadanos como honorables, que nos hemos esforzado conocidamente toda nuestra vida por regirnos por un código ético, y a quienes no se nos conoce ninguna clase de inconductas avergonzantes, deberíamos tener alguna clase de protección en los medios, aunque sea mínima contra el terrorismo mediático tolerado que afecta nuestra honra y nos difama?

¿Ciudadanos como nosotros, quienes no tenemos influencias políticas ni poder económico suficiente para dirigir los medios y evitar, como efectivamente lo evitan los detentadores del Gran Dinero, que se hable de ellos en los medios, no deberíamos tener aunque sea un mínimo de protección de nuestras reputaciones contra ciertos elementos abyectos que usan las páginas de los periódicos, los micrófonos de las emisoras o las cámaras de la televisoras para enfilar sus ataques fundados en mentiras en la dirección de que sus empleadores o sus pagadores (o su odio personal) lo soliciten o dichos afectos lo muevan?

¿Nosotros, quienes no tenemos expedientes delictivos por atracos a mano armada ningunos ni tampoco hemos sido cancelados de ningún museo por sustracción de objetos, no merecemos que los Directores de medios nos oigan primero antes de permitir que se arremeta contra nosotros con calumnias, mentiras, medias verdades y verdades contadas de tal manera que resultan en su intelección por parte del lector mentiras?

¿Es que se seguirá dependiendo en la sociedad dominicana del estado de ánimo de directores de medios como regulador de infamias o elogios, vale decir, si en determinados momentos se tienen buenas o malas relaciones con dichos directores estos tolerarán, autorizarán o simularán ignorar infundios injuriosos vertidos por los medios contra quien esté en mala, o, por el contrario, se les prodigará elogios, se les publicarán sus artículos con fotos a color, etc. a quienes estén en buenas y no tolerarán bajo ningún concepto ataques como los que estamos deplorando contra nosotros?

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