En defensa de la vida

En defensa de la vida

POR LEONOR MARÍA ASILIS E.
En estos días, ha vuelto a replantearse el tema del aborto en nuestro Congreso Nacional, a lo que hay que prestar mucha atención

En ocasión de celebrarse las vistas públicas, fui animada por una amiga a manifestar mi posición frente al nuevo proyecto de ley que procura despenalizar el aborto en circunstancias especiales.

A continuación, mis palabras:

Quién se dirige a ustedes en esta distinguida sala que plasma la bella escena de la  entrega  por Dios a Moisés de las Tablas de la Ley (10 mandamientos), es una dominicana orgullosa de su país. País que ha nacido con los más altos ideales que puede aspirar una nación: Dios, Patria y Libertad.

Nuestro pueblo nació desde la fe del Dios inmortal que da la vida, y defiende la vida. Nuestra Constitución en el artículo 8 reconoce la finalidad principal del Estado en proteger efectivamente los derechos de la persona humana.

En un nuevo intento de resquebrajar la pureza en que nuestros valores se cimentan sobre el escudo dominicano, sentimos el llamado a recordar quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos.

Despenalizar el aborto, es abrirle las puertas a la mas vil injusticia que la humanidad en diferentes latitudes evidencia. La triste realidad del peor crimen que pueda existir. El aborto, matar, quitar la vida al ser humano más indefenso que ni siquiera puede imaginar que aquella que ha servido de instrumento divino de engendrarle sea la que pretende ultimarle.

No, no son válidas las razones que se apelan.

Ni siquiera cuando hay riesgo para su madre. Hay un mandamiento divino que dicta de la siguiente manera, no matarás.

¿Quiénes somos nosotros para contradecir el designio divino?

Reconocemos que en situaciones difíciles y complejas, no es fácil optar por el camino más doloroso, renunciar a la vida. Sin embargo, con Jesús, todo es posible. Peor es morir en vida, con el recuerdo de aquella criatura que aquella madre le impidió nacer. Sabemos que la vida no siempre es fácil. Reconocemos que también se dan situaciones en que el médico puede saber con antelación si la criatura habrá de venir con malformaciones y nos podríamos preguntar si es conveniente colaborar para que venga a la vida. Y la respuesta es sí. Es preciso darle la oportunidad al nonato a tener la experiencia única e irrepetible de vivir en un mundo que le necesita. Nuestro mundo no solo necesita de personas capacitadas, y poderosas. Nuestro mundo necesita también de personitas débiles a quienes proteger pero sobretodo amar. Amar a nuestro prójimo como sea, con sus particularidades especiales; ayudarles en todo lo que podamos, y quien sabe de qué forma ese ser nos ayudara espiritualmente. La medida de nuestros talentos no lo conocemos realmente. Solo quien nos hizo sabe aquilatarnos.

Por tanto, no nos corresponde designar quién ha de nacer y quién no debe nacer.

Otro argumento tratado para despenalizar el aborto en República Dominicana se trata cuando la mujer ha sido violada. En este punto, tampoco es lícito abortar. El hecho de que la mujer no haya querido ese niño o esa niña no le da el derecho de matarla. Una opción es darla en adopción.

Hay varias instituciones e incluso matrimonios que añoran tener hijos y no han podido, quienes gustosamente acogerían esa criatura.

Por ultimo, y apelando a la fuerza jurídica que dan los tratados internacionales, es oportuno recordar que la República Dominicana es signataria junto a demás naciones en el Convenio de las Naciones Unidas? en los Objetivos del Desarrollo  del  Milenio  en el 4 objetivo a reducir la mortalidad infantil.

Queda claramente demostrado que jurídicamente violando la integridad de la vida de un niño no nacido es matarle ultrajando la Constitución Dominicana, el Convenio suscrito con las Naciones Unidas, y lo peor, violando  la Ley de Dios.

En las conciencias de ustedes, queridísimos legisladores está la suerte de nuestros niños. Nos unimos en oración para que el Señor les ilumine en su determinación al modificar la ley.

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