En defensa de su  padre

En defensa de su  padre

“La denominación cruda de “oradores trujillistas” entre los que incluyes el nombre de mi padre, me retorció el estómago, por toda la carga de implicaciones negativas asociadas a esa oscura y terrible condición”.

 Camilo Horacio Suero Marranzini se expresó en estos términos refiriéndose a Camilo Suero Moquete, citado el 16 de abril pasado en el reportaje sobre la campaña de descrédito contra monseñor Tomas Reilly, obispo de San Juan de la Maguana, donde su progenitor era gobernador civil, con meses en esa posición en que Trujillo lo designó por sorpresa, dijo.

 Para él, ese nombramiento obedecía “a un plan destinado a desmoralizar al prelado, a mi padre y a la sociedad sanjuanera consciente”.

 “Por la fecha de las palabras leídas en su calidad de gobernador civil, el 9 de abril de 1961, y la cronología de hechos que presentas, parece que el mitin tuvo lugar antes de que la turba atacara al obispo y de que éste saliera de San Juan para refugiarse en el colegio Santo Domingo bajo la protección  de las monjas dominicas, que eran de la misma congregación que dirigía la Escuela Parroquial en San Juan, fundada por los padres Redentoristas”, apuntó.

 En una extensa misiva acompañada de documentos, el hijo menor del laureado cirujano dental relató la relación prácticamente familiar que existió entre Suero Moquete y los sacerdotes Redentoristas Guido Gildea, Tomás Reilly, John Kelly y “Ricardo” quienes residieron justamente en la vivienda de Alfonsina Marranzini Lepore de Suero, madre de Camilo hijo,  cuando llegaron a San Juan de la Maguana en los años 40, mientras se construía la casa curial.

 “Esa entrañable amistad perduró intacta, sobre todo con monseñor Reilly que fue el último de los primeros Redentoristas en dejar a San Juan, así como con el padre John Kelly, que reside en una casa de ancianos de la congregación en Ohio,  e intercambiaba correspondencia con mi madre, fallecida el 11 de junio de 2008”, manifestó.

 Narró que Suero Moquete  describió a sus parientes su encuentro con el dictador cuando éste lo llamó a Palacio y lo recibió con el saludo: “¿Qué dice el nuevo gobernador civil de San Juan?”.  El hijo comenta que “no valieron las excusas” y fue  nombrado el 18 de marzo de 1961   por Joaquín Balaguer, “Presidente” de la República, y por Paíno Pichardo, secretario de Estado de Interior y Cultos.

 Recuerda que ese día, al llegar a casa de sus tíos Fidelina Suero Alcántara y su esposo Manuel González Marrero, quienes criaron a su papá desde que quedó huérfano a los cinco o seis años, le sorprendió “encontrar varios parientes reunidos con mi madre en un ambiente casi luctuoso. A mí, por ser muchacho, me costó más trabajo enterarme de lo que sucedía”.

 Significó que si bien sus padres y familiares no fueron militantes antitrujillistas, en el ambiente “familiar se respiraba un aire contrario a la dictadura”. Agregó que nunca se exhibió en la vivienda el letrerito que rezaba: “En esta casa Trujillo es el jefe”, o un retrato del tirano “ni siquiera en la oficina dental”.

 Para la época de la manifestación contra Reilly,  la primera multitudinaria y en la que participaron también otros “honorables” de San Juan, Suero Moquete era  miembro de la Unión Cívica Nacional clandestina y se reunía discretamente con Viriato Fiallo, Ángel Severo Cabral y otros en el colegio San Luis Gonzaga, en la avenida Independencia, de  “Ciudad Trujillo” contó.

 Destacó el hijo que la casa donde vivió su padre junto a sus tíos, “sirvió poco tiempo después de refugio temporal para Antonio Imbert Barrera, luego del ajusticiamiento de Trujillo y desde donde partió a su escondite final y permanente, acompañado de mi tío Francisco Rainieri”.

Barbaridad contra Reilly. Camilo Horacio Suero Marranzini describió la reacción de su padre ante una pregunta de Virgilio Álvarez Pina, “conspicuo presidente de la Junta Central Directiva del Partido Dominicano”, quien le pedía detalles de cómo estaba San Juan: “Está consternado ante la barbaridad que se ha cometido contra monseñor Reilly”, respondió.

 En cuanto a la oratoria de su padre citada en Areíto, dijo Suero Marranzini que mereció severas críticas de Álvarez Pina y otros funcionarios porque las palabras pronunciadas “no llenaron las expectativas de El Jefe”. Suero Moquete puso de relieve los avances agrícolas de la provincia “y dedicó l0 líneas de su discurso de dos cuartillas al tema de la injerencia extranjera sin mencionar en ningún momento a Reilly o al tema para el que había sido convocado”.

 Agregó que años después se enteró de que su padre puso en sobreaviso a la familia de doña Consuelo Herrera de Rached para que se ausentara de San Juan en la madrugada del día del mitin al que sería convocada, “evitándole así pasar por la pena de participar en esa farsa en contra de monseñor”. Uno de sus hijos ingresaría al seminario de los Redentoristas en Boston, y ejerce hoy el sacerdocio, reveló.

 Para reflejar la sensibilidad de su padre, Suero Marranzini narró que éste viajó desde San Juan al colegio De La Salle, donde estaba interno, y conversó en privado con el hermano director Amadeo Gabriel y al despedirse explicó al vástago que el religioso le informaría “algo muy importante que debíamos hacer juntos y que debía portarme como un hombre”. Poco después el hermano director y el hermano Alfredo anunciaron a  Suero Marranzini que harían una visita. Luego de orar, encomendarse a Dios y advertir que no debía comentar con nadie lo que pasaría fueron al colegio Santo Domingo, donde los recibieron “Sister Roberta y sister Patricia, que habían sido mis profesoras en San Juan”. Entregaron un mensaje de Suero Moquete para  Reilly. “Me sentí muy orgulloso de haber contribuido a esa misión tan delicada”.  Concluye Camilo Suero Marranzini que los días del trujillato fueron “aciagos para nuestra familia, la sociedad sanjuanera, el país. Hoy, al mirar atrás aprecio, sin embargo, el fino manejo que dio mi padre a su delicada situación, sin plegarse a los caprichos del Jefe y peor, de sus adláteres, y sin poner en riesgo la vida suya    y de su familia”. 

Camilo Suero Moquete

Nació el 14 de septiembre de 1908. Se graduó el 20 de julio de 1929 en la Universidad de Santo Domingo y fue honrado con el premio “Casa España” como  mejor estudiante de la promoción. Falleció en 1992 tras larga enfermedad. Camilo remitió además correspondencia oficial de su padre devolviendo dinero hasta “de su propio peculio”, para demostrar su probidad y eficiencia en el manejo de fondos que le fueron confiados.

Una calle

El 23 de febrero de 1997 el ayuntamiento de San Juan de la Maguana honró la memoria de Camilo Suero Moquete designando una calle con su nombre con motivo del 50 aniversario de la fundación del club Rotario San Juan, que él gestionó, y en reconocimiento “a todas las actuaciones de su vida pública, profesional y privada, marcada por su recia personalidad y apego a los valores fundamentales de la honestidad, la solidaridad, la responsabilidad y la dignidad”.

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