Es evidente que el doctor Edgar Contreras, en el ojo del huracán por enésima ocasión por la muerte de una joven de 21 años luego de ser operada en su clínica, tiene quien lo defienda, que es todo lo que se puede decir de la rueda de prensa ofrecida por un grupo de mujeres, que se identificaron como expacientes del cirujano plástico, para defender su integridad y profesionalidad. Para el doctor Contreras, a quien el ministerio de Salud Pública le suspendió temporalmente el exequátur, el espaldarazo de todas esas mujeres que pasaron por sus manos y están vivas para elogiar sus habilidades con el bisturí tiene un valor extraordinario y sin duda contribuye a su causa. Por eso no puede considerarse una casualidad que luego de ofrecer los testimonios de mujeres que se han sometido hasta a cuatro cirugías con el doctor Contreras, el grupo pidiera a las autoridades que ordenen la reapertura de su clínica y que también le levanten el impedimento temporal que le impuso Salud Pública. ¿Así de fácil?

Gracia graciosa.- Como era de esperarse, la decisión del gobierno de otorgar residencia provisional a los extranjeros que se hayan inscrito en el Plan de Regularización pero que no hayan podido completar la documentación requerida ha recibido el rechazo inmediato de los nacionalistas, que la califican de ilegal. El doctor Juan Miguel Pantaleón, del Comité Dominicano por la Solidaridad Internacional con Haití, dice que se trata de una amnistía que viola el artículo 151 de la ley 285-04 que ordenó el Plan de Regularización de Extranjeros, que de manera expresa prohíbe las regularizaciones masivas. Llámese residencia provisional, amnistía encubierta, o bajadero para eludir la presión internacional lo cierto es que la gracia anunciada reaviva los temores de que a la hora de la verdad al gobierno le falte firmeza para aplicar, con todas sus consecuencias, nuestras leyes migratorias.