En desagravio a las madres

En desagravio a las madres

Dos o más personas tienen derecho de asociarse con fines comerciales, benéficos o recreativos, y establecer derechos y deberes recíprocos en cuanto a roles y propiedades. Pero nadie debe llamarle matrimonio a algo que, como lo indica la palabra, es un atributo exclusivo de la madre. Tanto como lo es, en sí misma y de igual manera la maternidad. No puede llamarse matrimonio a una unión de personas que no van a procrear, ni a parir, ni a amamantar, ni propiamente a criar. Por lo cual, hablar de un matrimonio entre personas del mismo sexo no es tan solo una aberración lingüística, sino un insulto a la madre, a todas las madres.

(Hasta ahí iba escribiendo este artículo, cuando Marie Pier se me acercó y me dijo: “Mira lo que escribí para mi mamá”. Sin su permiso, decidí que era mejor defensa de la maternidad y del matrimonio, este poema suyo que comparto con ustedes y sus dignas y amorosas madres.

“Blanca y sutil/De belleza armoniosa, adorna la vida como los copos que descienden del cielo.

Perfumada como abril/ Cuando llega su aroma es dulzura y ternura. Huele a niña, a alma pura/

Ella es como el cielo cuando sus nubes nos abrazan de paz. / Sus manos tan suaves como la brisa de un deleitoso mar. /Su regazo mullido como hojas frescas del campo que invitan a soñar. / Ella es como la risa infinita de la eternidad. /Sus ojitos pequeños parecen hechos de perlas, / Su elegancia se compara al porte distinguido de las rosas, / Su figura es tan bella como su esencia. En ella hay más cielo que tierra.

No importa cuántos años pueda vivir/ Su alma es la de una infanta feliz. /La observo, pero en realidad la contemplo. / Ella no sabe lo que yo siento en silencio. / No sé si el amor está en ella, está en mis ojos / Si está en mi corazón o está en todas partes. / Es un amor vivo que crece y se fortalece. / Es un amor de esplendor celestial que me hace disfrutarla más allá de la materia…

En lo profundo de mi ser y más allá yo la amo. /

Pierina, te amo como madre y como espíritu. /

Es hermoso haber venido al mundo a través de ti, / Un ser del Creador que ha traído luz y salvación. / Un alma de Dios que le ama con fervor y devoción. / Te amaré, te amaremos y nos amaremos con el amor de Jesús para siempre / En esta y en todas las dimensiones. / Cuando asciendas iluminada, Si no subo contigo, espérame. / Espérame con canciones tan bonitas/ con las que me recibiste aquí. /

Yo te daré un paseo por las galaxias que no conoces y que te esperan. / Te presentaré a las estrellas que cantan conmigo al alba. Juntas adornaremos los vestidos de nuestro Amado

Y danzaremos para Él en sus majestuosos prados. Levántate y vuela para siempre / En la Tierra y en los Cielos / Pierina de la Libertad / Pierina de la Santidad”.

 

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