Por Claudia Rita Abreu
A pesar de las grandes críticas despectivas que recibe la clase docente dominicana, yo siempre he creído en ella. Soy muy consciente del gran esfuerzo que realizan y la alta responsabilidad que tienen, y como en todo gremio, siempre hay quienes se destacan tanto por su excelencia, como por su deficiencia.
En este caso, tengo observaciones hacia actitudes recurrentes de una parte importante de quienes han conformado esa nómina durante décadas y han subido el peldaño a técnicos docentes, es decir, quienes aportan a la educación fuera de las aulas, desde los distritos, las regionales y la cede central.
Se trata de personas con grandes capacidades en diferentes áreas y un cúmulo de diplomas, certificaciones y experiencias que conforman el verdadero soporte de las políticas educativas del MINERD. Lo que me lleva a reflexionar sobre el porqué una parte considerable de técnicos docentes han optado vivir con una memoria selectiva o el “Síndrome de Doris” la pez azul de la película “Buscando a Nemo”.
Participan en todo: en la elaboración de recursos didácticos, manuales, planes de capacitación, revisión curricular, redacción de guías, normas, resoluciones, como también, en la validación de recursos multimedia, iniciativas, mejoras, etc. Sin embargo, penosamente, se dedican a desentenderse y hacer como que nunca estuvieron, nunca opinaron y no sabían.
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No hay ministro/a, viceministro/a o director/a que no se encuentre con ese perfil de técnico docente y probablemente muy pocos se resistan a dejarse llevar por esa ola de inconformidad o desentendimiento que les acomoda, permitiéndoles rehacer todo una y otra vez, sometiendo al MINERD a vivir en un “loop” que impide grandes avances.
Realmente todo es mejorable y lo ideal sería, que el ponerse en práctica un proyecto, se empiezan a identificar debilidades y fortalezas, para luego hacer un corte en la operatividad del mismo que permita implementar mejoras, algo que, creanme, pasa muy poco. Es más fácil sacar los violines y empezar el discurso de yo no sabía, nunca estuve y no opiné y así ganarle tiempo al tiempo, mientras pasa el período de la administración en curso, para esperar a quienes vendrán y recibirles con la misma técnica: hacerse de cuenta que no sabían nada, obviando que fue parte de lo que existe, criticando lo que se hizo con su participación, o incluso, colaboración o autoría propia.
Como el proverbio chino que dice; “el agua pasa, pero el río se queda” , en este caso ¿Quiénes serían el río?