BERLIN. A la entrada de su clase, la profesora de matemáticas Linda Bragg escribió el «pensamiento del día» en una pequeña pizarra blanca, una herramienta educativa que también puede servir de escudo antibalas si hay un tiroteo en la escuela.
Las pizarras de fibra de polietileno, de 45cm por 50cm y apenas 1,5k de peso, son parte desde 2013 de las aulas del Colegio Preparatario Worcester, una institución privada para preescolares, escolares y estudiantes de secundaria en la histórica ciudad de Berlín (Maryland), unos 200km al este de Washington DC.
Berlín, que cuenta con una población de 5.000 habitantes y se encuentra muy cerca de algunas playas muy populares de la costa atlántica, se autodenomina «la ciudad pequeña con más onda de Estados Unidos».
Nada diferencia a las pizarras del colegio Worcester de muchas usadas en todo país, a no ser por las manijas que tiene en el reverso, que permiten que una persona la sujete para protegerse de las balas.
Son fabricadas por una pequeña empresa de la región, Hardwire, que se ha convertido en líder mundial en equipos a prueba de balas y dispositivos blindados, tanto para la policía como el ejército estadounidenses.
Su jefe, George Tunis, vio una forma de ayudar y también un nicho de mercado en el tema de la seguridad en las aulas tras el tiroteo de 2012 en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown (Connecticut), en la que un joven mató a 26 personas, incluidos 20 niños de seis y siete años de edad.