La clonación de tarjetas de crédito, uno de los delitos de “cuello blanco”, fue una de las infracciones de alta tecnología más común del año pasado, por el cual la Policía Nacional apresó a 75 personas, incluidos nueve extranjeros.

El sábado pasado agentes de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim) desmantelaron dos laboratorios clandestinos donde clonaban tarjetas de crédito y débito, ocupando 697 plásticos listos para su utilización fraudulenta.

Los allanamientos se realizaron en los sectores 27 de Febrero y Espaillat, en la Capital, donde fue arrestada una persona y ocupada una gran cantidad de plásticos en blanco y modernos equipos electrónicos utilizados para clonar.

En este allanamiento ocuparon tarjetas de empresas locales y extranjeras, entre ellas American Express y Bank of America.

El subcomandante del Departamento de Investigaciones de Falsificaciones de la Policía, teniente coronel Edwin Hernández Tejada, explicó que lo llaman “delito de cuello blanco” porque es una modalidad en que los delincuentes no utilizan la violencia, es muy lucrativa y no tienen que invertir tanto para comprar los equipos electrónicos.

Resaltó que con este fraude no solo se ve afectado el dueño de la tarjeta y el banco, sino también los comercios donde se realizan las transacciones fraudulentas, pues una vez que se dan cuenta del delito la entidad bancaria anula la transacción, pero el delincuente se va con la mercancía.

Detalló que entre los extranjeros detenidos por este delito el año pasado hay venezolanos, colombianos, canadienses, italianos, búlgaros y estonianos. Resaltó que por lo general los clonadores son expertos en informática o empleados de bancos que han sido despedidos.

Equipos. Entre los equipos que usan los clonadores figura el llamado “ladrillo”, con el que colocan la información a la tarjeta; la troqueladora, con la que imprimen los números, nombres y fechas al plástico; la magnetizadora, plastificadora con la que imprimen en papel especial el logo de la entidad bancaria, y las computadoras. Dice que los delincuentes se las ingenian para adquirirlos por Internet.

Roban información. Detalló que en muchas ocasiones el propietario de la tarjeta se la pasa a un empleado para cobrar, y este le dice que el “verifone” está dañado, se la llevan para pasarla por otro y en ese trayecto pasan el plástico por un aparato llamado “skimming”, con el que graban la información.

También los clonadores contratan cómplices que por lo regular son empleados de cualquier tienda, a los que les ofrecen una gran cantidad de dinero para que pasen la tarjeta por el “skimming”. Otros cómplices son usados para las compras y transacciones fraudulentas.

Recomendaciones. Hernández Tejada recomienda a los usuarios de tarjetas nunca perderlas de vista cuando la pasen a un empleado para cobrar, no prestarla.

Si se le pierde o se la roban reportarla de inmediato y si van a salir del país comunicarle al banco para si alguien utiliza su tarjeta es porque está clonada y puedan anular la transacción.

Capacitación. El coronel dijo que dan asesoramiento a entidades bancarias y además, capacitan en el país y fuera al personal del Departamento de Falsificación para que estén bien entrenados.