En el barrio  27 de Febrero marchan para exigir una escuela

En el barrio  27 de Febrero marchan para exigir una escuela

A ritmo de tambores, consignas, banderines y otras manifestaciones, la comunidad educativa del sector Agua Dulce, en el barrio 27 de Febrero, exigió en las calles la construcción de una escuela que albergue a casi 2000 estudiantes que actualmente reciben docencia en casas alquiladas y en plenas vías públicas.

Hasta los miembros del programa Barrio Seguro, que dirige la secretaría de Interior y Policía se sumaron a la exigencia de la comunidad, ya que sus hijos también reciben el pan de la enseñanza en condiciones inhumanas.

Pedro Pablo Francisco, coordinador del Grupo Social Comunitario “Luz y Esperanza” manifestó que desde 1972 la comunidad educativa reclama un plantel que satisfaga la demanda, pero no ha sido posible.

“Gobiernos van y gobiernos vienen, aquí solamente se acercan los funcionarios en períodos electorales pero pasados esos procesos no vemos a nadie interesado en la educación, a pesar de tanto alarde que se hace”, expuso. El dirigente comunitario precisó que debido a la gran  población estudiantil, muchos toman la clase en plena calle y hasta el desayuno escolar tienen que tomarlo fuera, porque  no caben en las casas que sirven de aulas, donde reinan la oscuridad y el calor.

En tanto que cuando llueve, los profesores  despachan a los estudiantes, porque además de las aguas residuales que penetran a las casas, llueve adentro por el mal estado de los techos.

La comunidad educativa y los padres de los alumnos mostraron su preocupación, debido a que algunas de las viviendas están construidas sobre la cañada Bonavides, como es en donde funcionan el séptimo y octavo grados.

Eusebia Francisco, directora de la Escuela Unida 27 de Febrero, estimó que con un poco de voluntad política se puede lograr la construcción de un gran centro educativo, ya que los vecinos han mostrado su disposición de negociar sus viviendas con el Estado para esos fines.

La profesora Luisa Melenciano, del 7mo  grado, narra las penurias que sufren, porque aunque no llueva, los alumnos estudian  amontonados y ella tiene que quedarse afuera porque no cabe en la pequeña habitación de la casa que funciona como aula y que entre precariedades utilizan.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas