En el Centro Cultural Banreservas: Reencuentro caribeño de Jaime Colson

En el Centro Cultural Banreservas: Reencuentro caribeño de Jaime Colson

Jaime Colson en su taller de Santo Domingo. Fotografía de Thimo Pimentel, 1963. Cortesía Centro Cultural Banreservas.

En la Sala Ada Balcácer del Centro Cultural Banreservas, localizado en la calle Isabel La Católica #202 de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, hasta el próximo lunes primero de agosto, aun se puede apreciar la regia exposición “Colson desconocido. Reencuentro con el Caribe”, integrada por más de 30 obras, entre dibujos y pinturas del eminente e inmortal maestro dominicano Jaime González Colson (1901-1975), las cuales forman parte de la coleccióndel Museo Bellapart.

Se trata de una de las muestras más trascendentes y reveladoras del calendario expositivo nacional de toda la primera mitad del año en curso, ya que reúne un cuerpo de obras que permite a los estudiosos del extraordinario legado estético de Jaime Colson, así como a todos los coleccionistas, amantes y promotores del arte dominicano, disfrutar y confrontar los efectos de una de las etapas excepcionalmente vital, fecunda y progresiva en la pasional y apasionante trayectoria productiva de Jaime Colson.

Entre 1919 y 1923, Colson se forma en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y la Escuela de la Lonja en Barcelona, España. Entre 1924 y 1936, reside, estudia y expone su obra con frecuencia en Barcelona y París, Francia, donde será impactado por el Cubismo y las obras de Braque, Picasso, Juan Gris y Fernand Leger.

Jaime Colson. Carnaval en Haiti. Oleo sobre carton piedra 25x35cm 1959. Museo Bellapart.
Jaime Colson. Carnaval en Haití. Oleo sobre cartón piedra, 25x35cm, 1959. Museo Bellapart.

En 1936 se traslada a México, donde introduce el Cubismo, imparte docencia en la Escuela de Arte para los Trabajadores y comparte con Orozco, Siqueiros y Diego Rivera. En 1937, recibió el Premio de Honor de la exposición Estampas de América en México. En 1945, recibe el Primer Premio en la Exposición Internacional de Bilbao. En 1950, retorna a la República Dominicana, ocupando en dos ocasiones la Dirección General de Bellas Artes (1950-1952) y 1969-1975). Falleció en Santo Domingo el 20 de noviembre de 1975.

Puede leer también: EEUU cerrará huecos en el muro fronterizo en Arizona

En una serie de obras axialesde esta muestra, curada con esmero y óptimos resultados por Myrna Guerrero, directora del Museo Bellapart, entre las que destacan las tituladas “Fiesta en Guachupita”, “Mestizo”, “Retrato de familia”, “Marchantes” (1955), “Joven campesino en la ciudad” y “Encuentro de mujeres” (1956), está claro que, precisamente hacia mediados de la década de 1950, Jaime Colson se reencuentra en el Caribe, desde su justo tiempo humano, su conciencia preclara y su depurada sensibilidad creadora, con las trazas más joviales y penetrantes de su latitud cultural originaria.

Trabajos pictóricos como los titulados “Aialol Huedó” (1955), “Mambó”, “Personaje de mi estudio”, “MambóL’ Idole Bleu” (1956) y “Carnaval en Haití” (1959), representativos de su expresiva y significativa “Serie Haitiana”, traslucen la pureza humanística y la hondura reflexiva con que Jaime Colson procedió a la hora de su aleccionador reconocimiento de las raíces culturales del Caribe. En este sentido, apunta Mijail Peralta Rodríguez, director del Centro Cultural Banreservas: “Las obras tienen que ver con el vuelco del artista puertoplateño en su esencia, en su Caribe, quien después de haber pasado un tiempo extenso en el exterior, pinta sobre lo que ve, sin dejar la geometría que lo caracteriza”...

Le recomendamos leer: Rescatan familia secuestrada durante 17 años en Río por su propio padre

En efecto, ya de retorno en su Caribe insular, la consciencia identitaria y la dicción plástica y el mismo pensamiento estético de Jaime Colson, acceden a unos niveles de tamizaje que resultan prueba axiomática de que su producción de la década de 1950, estilística y conceptualmente contenida en su “Neocubismo caribeño” y/o “Neoestructuralismo antillano”, constituye definitivamente una íntegra y lúcida entrega creadora, auténticamente vivida e intensamente sentida y revelada.

Esto se aprecia especialmente en obras como “Rostro geométrico” (1954), “Geometría negroide”, “Rostros mulatos”, “Dos hermanos en Los Macaos”, “La carreta” (1955), “Estudios de ritmos” (1956), “Bailarines”, “Niña” (1957), “Muchacho con cachucha” (1958) y “Retrato de joven”(1959). Se trata de obras infusas e inspiradas en su providencial autoafirmación desde el dilema vangosiano de “renovarse o morir” y en las cuales Jaime Colson se nos revela retroalimentándose de su propia autenticidad al desplegar majestuosamente su asombrosa capacidad creadora.

Le invitamos a leer: EEUU cerrará huecos en el muro fronterizo en Arizona

Publicaciones Relacionadas