En el Centro Cultural de Indotel ¡El impresionismo cinético de Marcos Jorge!

En el Centro Cultural de Indotel ¡El impresionismo cinético de Marcos Jorge!

Una serie de eventos significativos confirman la presencia proactiva de Marcos Jorge (1961) en el quehacer artístico dominicano de las últimas dos décadas. Entre estos eventos hay que destacar la XIX Bienal Nacional de Artes Visuales (1994), el “II Festival Nacional de Artes Visuales” (1998), la XXII Bienal Nacional de Artes Visuales (2003), la exposición colectiva “10 Artistas Veganos del presente”, curada por Danilo de los Santos en ocasión de la reapertura de la Casa de Cultura de La Vega (2011) y el Concurso Nacional de Pintura “El Agua Fuente de Vida” (INAPA), Galería Nacional de Bellas Artes (2015).
En este trayecto, Marcos Jorge, poeta, artista visual y gestor cultural, despliega una intensa actividad creadora que no solo le permite sostener una constante presencia entre Jarabacoa, Santiago, La Vega, Bonao y Santo Domingo, sino también desarrollar su trabajo creativo con notable consistencia y resultados sumamente positivos. Una buena parte de estos resultados se aprecian en la atractiva serie de pinturas que integran su exposición “Trama Ilógica”, abierta desde la noche del jueves 5 de mayo pasado en el Centro Cultural de las Telecomunicaciones del Indotel.
Desde mi muy particular punto de vista, más que su accionar, entusiasta y puntual como gestor cultural, una de las virtudes más reveladora y distintiva de la personalidad artística de Marcos Jorge es la integridad de sus obsesiones espirituales. Obsesiones genuinas, materializadas como superficies imagéticas reactivas, deliciosamente fictivas, cinéticas y sinópticas. Obsesiones facturadas como dibujos, pinturas y esculturas que operan como espejo de su poética y de su ardiente profecía estética.
Así, “Trama Ilógica”, curada y museografiada con esmero por el reconocido artista Hilario Olivo, se constituye en una muestra elocuente del proceso de depuración que registra la dicción plástica de Marcos Jorge en los últimos siete años. La exposición reúne algunos de sus mayores hallazgos pictóricos correspondientes a la línea productiva que el propio Marcos Jorge llama “Impresionismo cinético”.
Entre las obras más impactantes destacan “Peces en la mira” (2008), “Alegría de los peces I” (2014), “Alegría de los peces II” (2014), “Peces de Miranda” (2015), “Espejo de agua” (2015), “Domesticados” (2016) y “A la vera del río” (2016). Los signos que vitalizan perpetuamente estos espacios pictóricos son el paisaje, el agua, la casa y el pez. La superficie texturizada y transparentada a base de veladuras, dramatiza las imágenes movedizas y vertiginosas del fondo “acuático” como impresión cinética y atractiva.
En “Trama Ilógica”, Marcos Jorge aborda la problemática medioambiental, detalle que le aporta a su práctica estética una pertinencia crítica insoslayable. En este sentido, es de rigor advertir que, más allá del intento de captar el tiempo, la inestabilidad de la luz y el movimiento hasta el grado de facturar obras que desatan un torrente de ilusiones ópticas capaces de cambiar su aspecto según el desplazamiento de la mirada del espectador, en estas pinturas, el polifacético artista vegano, lanza un grito de alerta inquietante y justificado ante el proceso, aunque es más preciso decir sobre la velocidad del proceso de degradación del Camú, río tutelar y mítico de la provincia natal de nuestro artista.
“Este cardumen, con sus peces desplazándose río abajo, es en mi memoria como un espejo de agua que refleja episodios de la infancia, de cuando íbamos al Camú a pescar y regresábamos contentos a la casa, cargados de tilapias para la cena. Para entonces los años parecían muy largos y en cada mayo llovía intensamente. En las aguas del Riito, una que otra casita se pintaba invertida y movediza…y luego se multiplicaron como peces”. (Marcos Jorge, 2016).
De ahí la proliferación de una serie de variaciones compositivas casi imperceptibles, la asombrosa fugacidad de la luz y las imágenes del cardumen en estampida alucinante, además de los fondos transparentes y “sedimentados” o esas atmósferas de tonalidades turbias y mixtificadas, donde activan las texturas apocalípticas del despojo, el óxido y la contaminación…

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