En el Centro Cultural Mirador ¡Kikito Rodríguez:Espejos en el aire!

En el Centro Cultural Mirador  ¡Kikito Rodríguez:Espejos en el aire!

En su colección “Espejos en el Aire”, en el Centro Cultural Mirador Santo Domingo, se nos presenta Kikito Rodríguez como un generador de sensaciones capaz de sembrar en sus telas gamas de colores radiantes, plasmados como parte de un esquema compositivo con una evidente expresión de sinceridad en cada uno de sus trazos que transita entre los estadios estéticos simbólicos de lo épico a la intensidad lírica”… (Abil Peralta Agüero, 2018).
El lírico es el género literario de los sentimientos, las emociones y las pasiones más intensas. Hace milenios, integraba el canto y sus cultivadores se acompañaban de la lira (???), el más mítico y apolíneo instrumento musical de cuerda en la Grecia antigua. Sus formas clásicas son el verso y la primera persona. En este género, las diversas y más sublimes formas del tiempo: presente, pasado, futuro, sonido, ritmo, espacio y movimiento, estallan en su máximo instante de con-fusión.
“Abstracción lírica” es un término originalmente utilizado en Francia a partir de 1945 por el artista Georges Mathieu (1921-2012) y el crítico de arte Pierre Restany (1930-2003) para designar una tendencia pictórica similar al “Expresionismo Abstracto” estadounidense y cuyos fundamentos estético-filosóficos distintivos son la irracionalidad formal, la espontaneidad creativa y el automatismo gestual.
“Tachismo”, “action painting”, “abstracción psíquica” y “abstracción sensorial”, son otras cifras crítico-humorísticas de la abstracción lírica. En la actualidad, el término sigue precisando sobre las tendencias pictóricas abstractas radicalmente opuestas a la abstracción geométrica y al minimalismo. La abstracción lírica contemporánea, enfatiza especialmente en la informalidad, la expresividad efusiva, la matericidad y el cromatismo delirante del espacio pictórico.
En Santo Domingo, la abstracción lírica tiene exponentes con obras y trayectorias excepcionales como Fernando Peña Defilló (1928-2016), Ada Balcácer (1930), Elsa Núñez (1943), Rosa Tavárez (1939), Alonso Cuevas (1953), Dionis Figueroa (1954), Pedro Terreiro (1955) y Aquiles Azar Billini (1965). Sin embargo, junto a este selecto y exitoso grupo hay que agregar a Francisco-Kikito-Rodríguez (1963), creador multidisciplinario de sólida formación, establecido durante más de tres décadas en los Estados Unidos y ya bastante fogueado en exposiciones individuales y colectivas, tanto a nivel nacional como internacional.
En efecto, “Espejos en el Aire”, exhibiéndose actualmente en el Centro Cultural Mirador (Avenida Mirador Sur #1) es una muestra digna de un recorrido detenido y silencioso, ya que podría permitirnos advertir los penúltimos avatares de la práctica pictórica en nuestro medio. Curada con esmero por el reconocido crítico de arte Abil Peralta Agüero, la selección está integrada por 25 obras en acrílica sobre tela a través de las cuales Kikito Rodríguez materializa una poética pictórica arrebatada en la que llega a penetrar y traslucir con efectividad y gracia inevitable los estados más vitales, sensibles e intensos de la subjetividad.
“En las pinturas de Kikito Rodríguez se ve el silencio y se siente una fuerza desafiante que la proporcionan, en sabia conjugación, gamas cromáticas atmosferizadas y un dibujo interior de notable arquitectura intelectual que le permite al artista armonizar, crear sonidos e imágenes nuevas, gestualmente plasmadas como fenómenos de percepción que, como en la idea del barroco, de manera mistérica podía tener su raíz fenoménica en los enigmas del espejo”, precisa el curador de la muestra.
Y agrega Peralta Agüero: “En su pintura hay mundos ocultos, pero también mundos visibles como aquellos en los que apuesta al paisaje aleccionador que traza la ruta crítica sobre el calentamiento global o también momentos de reflexión tan profundos que sirve sobre la mesa la urgencia de la meditación por la calidad de la vida en el planeta que habitamos”…
Así, en el apretado extracto de “Espejos en el Aire”, Kikito Rodríguez plasma sobre el lienzo con un virtuosismo riguroso; un lirismo delirante y un fervor imaginativo sumamente particulares, las indecibles alucinaciones y sensaciones imagéticas que les provoca la fuerza de la naturaleza, mediante un lenguaje gestual de exuberancia recursiva espectacular: “dripping”, derrames, remodulaciones matérico-texturales, matizaciones policromáticas y politonales, transfigurando y revelando formas, apariencias, espejismos, celajes y “territorios” imagéticos fascinantes.
La abstracción lírica de Kikito Rodríguez se nutre absolutamente de la materia, el gesto y el color. Desde luego, en sus últimos trabajos ya no podemos hablar de zonas cromáticas ni de formas simbólicas rompientes o despejadas. Se trata de una fusión vertiginosa, asombrosa y deliciosamente metamórfica de espacio, signo, color y energética gestualidad expresiva. El apretado extracto que ahora nos entrega bajo el excitante título de “Espejos en el Aire”, constituye una prueba irrefutable de su definitiva madurez creadora al mismo tiempo que nos sitúa ante el alto grado de artisticidad y resistencia critica que distingue su producción pictórica reciente.

 

En síntesis

KIKITO RODRÍGUEZ EN SÍNTESIS

Francisco-Kikito-Rodríguez nace en Santiago de los Caballeros, el 8 de marzo de 1963. Realizó estudios de dibujo en Modern School, Santo Domingo (1978) y talleres de dibujo, grabado, diseño gráfico, serigrafía y fotografía en Casa de Arte y el Centro Cultural Dominico Americano en Santiago de los Caballeros (1982-85), así como con los profesores Carlos Montesinos y J. C. Suárez en la Escuela de Diseño de Altos de Chavón. Es graduado en Bellas Artes e Ilustración en Altos de Chavón, la Escuela de Diseño, La Romana, República Dominicana, afiliada a la Parsons School of Design/The New School of Nueva York (1986-88). Sus obras han sido exhibidas exitosamente en importantes galerías, museos, centros culturales y ferias de arte contemporáneo en la República Dominicana, Argentina, Puerto Rico y los Estados Unidos. Desde 1988, vive y trabaja en la ciudad de Nueva York.

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