EN EL CODAP ¡Tributo en rojo a Ney Diazh!

EN EL CODAP ¡Tributo en rojo a Ney Diazh!

Rondando siempre el sueño, la poesía, el delirio, las alucinaciones, el desasosiego y la autodestrucción, la vida de Ney Diazh fue un destello resistente y consistente que habría de consumarse en su obra como preciosa y espléndida profecía creadora.

El lunes 16 de febrero del 2015, el reconocido artista, diseñador gráfico y comunicador Yoni Cruz, actual editor de diseño del matutino Listín Diario y quien goza de gran respeto en los principales medios de comunicación del país, compartía en su “muro” de Facebook este trágico y estremecedor testimonio: “A menudo la desgracia toca a la puerta. Hace unas tres semanas fui testigo de la muerte de un joven. Un extraño caso. Venía a laborar, cerca de las 7:15 pm. Y vi cómo tres agentes de Amet tenían contra el piso a un joven desnudo.
“Me acerqué. Al notar que no respiraba y ver la presión que ejercían los agentes sobre la cabeza, la espalda y las piernas dobladas contra sus glúteos, le tomé el pulso, y no sentí nada. Alarmado, les advertí a los agentes, que como autómatas presionaban el cuerpo del joven hombre. Así cedieron un poco. Llegó un agente de la Policía, un inhumano. Le colocó el cañón de una escopeta en la espalda al prisionero, que para ese momento asumo ya había fallecido.
“Lo tomó por las manos aprisionadas con esposas y lo arrastró como un objeto cualquiera. Se escuchó un fuerte golpe de la cara del prisionero contra el cemento. Le grité, y otros presentes también, incluyendo un agente de Amet, que no lo tratara así. El agente, repito, un inhumano y troglodita, amenazó con llevarnos presos a todos. Estaba agresivo. Llegó una unidad del 9-1-1 y volteó el cuerpo. Tenía los ojos abiertos y la boca igual. La mirada perdida y sin brillo. La paramédica se dedicó a intentar resucitarlo infructuosamente. Había fallecido. Me alejé ante lo inevitable, con el pesar de ver un hombre joven morir tontamente, ante el cuadro de la imbecilidad de agentes que no supieron actuar de modo profesional, de la inhumanidad de estos y muchos otros.
“Lleno de pesar y preguntas. Ayer conversaba con el artista y amigo Guillermo Gutiérrez, quien reside en Alemania. Y al final de una larga conversación me preguntó si sabía de la desaparición de un artista, Ney D. Henríquez. Que hacía unas tres semanas había desaparecido y no había pistas. Un escalofrío me recorrió completo. Tenía al menos 7 años no veía a Ney, un artista que se dedicó al diseño y a la plástica, muy activo en el accionar cultural capitalino. Y como estaba un poco oscuro, no lo reconocí en el momento.
“Solo cuando Guille me lo mencionó todo encajó. Estuve frente a un amigo y colega en los últimos y trágicos momentos de su vida y no lo sabía. Su familia y amigos tenían tres semanas buscándole con la esperanza de que apareciera con vida. Con la información ofrecida, se dirigieron a Patología Forense y allí encontraron el cuerpo de Ney.
“Ahora mis cuestionamientos, mi impotencia y rabia son mayores. ¡Nuestro país necesita tanto en materia de derechos humanos, de profesionalización de la Policía, de los servicios públicos! Aparte de lamentar el deceso de un amigo artista, también no dejo de pensar que tengo hijos, sobrinos, amigos jóvenes que pueden repetir una tragedia igual, en que por mal manejo pierdan inútilmente la vida, en lugar de ser salvos en manos de alguna autoridad. Para Ney, que encuentre la paz en el lugar que sea adonde ha ido a habitar, con sus trazos, su andar de prisa, su mirada de colores y su risa loca”…
En estos días se cumple exactamente un año de este oscuro y deplorable suceso que ha estremecido la consciencia artística nacional. Y, precisamente, en el marco de la exposición-homenaje titulada “Ney Díazh: Rojo”, junto al Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, encabezado por Clinton López, familiares y amigos de Ney Díazh, entre ellos su madre, Esperanza Henríquez; su hermana Aura y los artistas Elvin Díaz, Marcia Guerrero, Rosalba Hernández, Fernando Sánchez, A. F. Collado, Aleskar Ortiz, Manuel Bolos y Augusto Valdivia, hemos hecho un nuevo y vehemente llamado a las autoridades policiales y judiciales; a la fiscal del Distrito Nacional, a la defensora del pueblo y a todo el sistema de protección de los derechos humanos en nuestro país, para que cumplan con su deber y se pueda aclarar el caso de la violenta e injusta muerte de Ney Díazh, pues ni el vil asesinato, ni la desidia, ni el miedo, ni la impunidad, deben predominar en desmedro de la vida humana, la justicia social y la integridad individual.
Ney Diazh (1976-2015), supo nutrir su práctica creadora con sus experiencias de manera tan directa que su obra polifásica y polivalente deviene en una autobiografía jamás disimulada. Su poderosa imaginación y la terrible expresividad de sus performances, pinturas, dibujos y collage, se tornan evidentes en esta importante muestra que aun podemos ver en el CODAP. En su serie pictórica titulada “Nepotismo”, él aborda la cultura política dominicana con unos niveles de acidez y una carga de ironía crítica que resultan únicos en el arte dominicano de las últimas dos décadas. Los personajes de esta serie son bestiales, anfibios e híbridos “trajeados” de miradas vidriosas y gestualidad predatora que llevan maletines, folders, dentaduras de “serrucho” y alimañas, contrastados por una serie de elementos que intensifican los alcances metafóricos y reflexivos de cada obra.

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