Para que la familia permanezca como la célula primordial en el fortalecimiento de una sociedad digna, el progenitor debe llenar fielmente su rol compartiendo responsabilidades con la madre, acogiéndose al sentido de igualdad entre sexos más reivindicada en estos tiempos. Muchos dominicanos lo hacen o no existiera el firme concepto de nación con identidad que motiva orgullos y guía propósitos de marchar hacia el progreso; con entes nacionales formulando continuamente el reclamo de lograr una mejor República. La figura del padre fajador y consciente de sus obligaciones en el hogar, que contribuye a la preservación de valores, debe estar, el día de mañana y siempre, en buen lugar de la atención colectiva.
Modelo a seguir en un presente influído por innovaciones y rupturas que a veces desdibujan la frontera entre el bien y el mal en conflicto con los principios morales inculcados por la tradición y que orientan al discurrir entre las sombras y luz de los caminos. No parece existir mejor forma de construir ciudadanía que la proporcionada por el núcleo familiar en el que los componentes adultos pueden moldear con autoridad las conductas de hombres y mujeres del futuro con la fuerza del amor paternal proveedor de bienes materiales y de pautas de nobleza. La formación de mejores hijos conduce a la obtención de un mejor porvenir, objetivo permanente de los ciudadanos.
¿Para que sirven las leyes?
El déficit institucional y de respeto a las columnas de legalidad del Estado que causó desasosiego cuando se amenazaba con reformar la constitución abruptamente tiene presencia en otros ángulos de la vida nacional y el ambiental es uno de ellos. La visibilidad de agresiones a áreas protegidas delata constante incumplimiento de leyes dictadas para protegerlas. La preocupación por la historia y sus veredictos que a veces se pregona, no compagina con inobservancias en recursos naturales. Las ambiciones de particulares escapados de control que explotan agrícolamente o lesionan de otras formas zonas vedadas del territorio nacional tienen poco muro de contención. La flexibilidad de autoridades generó precedentes destructivos a bosques y ríos que gradualmente han ido escapando al celo preservador. Un desafuero de antigüedad y persistencia.