En el Día de los Padres

En el Día de los Padres

Mantener a una sociedad por cauces de progreso y orden es meta posible si a ese propósito se aplican las células que constituyen las familias que pueden y deben ser las fraguas de donde proceden ciudadanos con sentido de pertenencia a sus colectividades y espíritu de superación personal.En el marco del hogar deben brillar por su responsabilidad constructiva esos padres a los que hoy sus descendientes y la comunidad rinden homenaje. Lo obsequioso y material como muestra de amor vale para quienes han asumido con éxito el rol de la paternidad.El Estado también es padre; de él se espera siempre que cumpla las funciones básicas para la vigencia de servicios de educación y salud satisfactorios y de gestiones que impulsen el desarrollo económico y social. Una condición imprescindible para que los dominicanos sean productivos y felices.
Lo que no puede negarse en esta fecha es que muchos procrean para generar huérfanos de padres vivos. Traen seres al mundo para no vincularse a su destino; a veces hasta sin velar por la satisfacción de necesidades básicas.

Las consecuencias de vacíos de autoridad y de proveedores en hogares están a la vista. Se perciben en el descarrilamiento conductual y en el extendido círculo vicioso de la pobreza que tiende a desamparar a niños y adolescentes en contra de su exitosa llegada a una adultez digna. Ni la ley ni la sociedad deberían ser indiferentes a ese actitud irresponsable.

 Una ansiada puesta en valor

Los museos dominicanos deben constituir, efectivamente, enclaves para exaltar lo mejor del origen y pasado de esta nación. Recopilaciones de las huellas de generaciones a través del tiempo. Libros abiertos con información permanente sobre el ámbito nacional y quienes lo han habitado. Oportunidad para solazase con aspectos del devenir del pueblo. Inventarios que deben quedar bien protegidos para conocimiento de la presente y futuras generaciones
Se ha anunciado el rescate de los museos como útiles herramientas de difusión cultural con detalles de la dominicanidad. Algunos de ellos han llegado a deplorables condiciones con mermas incluso de invaluables contenidos. Un descuido contra la historia y contra el valor social de las exhibiciones sobre el transcurrir nacional. Recuperarles su esplendor es un encomiable propósito .

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