El primero de mayo, que es mañana pero que se conmemora por adelantado en República Dominicana, encuentra globalmente a los trabajadores en situación de dificultad extrema. El desempleo asciende en las economías grandes y pequeñas, con el agravante de que cuando en algunas partes aparecen señales de recuperación, esta no implica una mayor contratación de mano de obra. Las tecnologías se revelan como aliadas de las empresas que producen bienes con simplificaciones y automatizaciones para prescindir de asalariados. Por suerte República Dominicana presenta todavía un nivel de desarrollo mayormente de ensamblajes y servicios en los que las personas siguen siendo importantes.
Pero el trabajador dominicano enfrenta dos adversidades: el empleo informal es mayor que el formal, que es el que favorece el crecimiento efectivo de la economía y es el de mayor valor agregado y vocación exportadora. Esto trae aparejado una enorme marginación de gente que trata de ganarse la vida, pues la informalidad niega acceso a la seguridad social a un amplio sector de la nación, entre otros perjuicios. Por demás, el segmento más afectado por el desempleo es el de la juventud. Más de un tercio de la población juvenil sin oportunidad para trabajar y sin lograr preparación para integrarse a la vida productiva, un círculo vicioso que proyecta sombras y pone en dudas el futuro de esta nación.
Marcha forzada desde el Estado
El ritmo acelerado de gastos e inversiones para favorecer la imagen del partido de Gobierno en año de elecciones conducirá necesariamente a un agotamiento de recursos fiscales para el segundo semestre del 2012 y a una elevación del porcentaje del Presupuesto Nacional que debe dirigirse al pago de deudas externas (muchas de corto plazo) e internas. Nadie evitaría un duro tiempo de vacas flacas. El exceso en favor del presente y en perjuicio del mañana, será negativo para el próximo Gobierno y para los servicios que brinda a la ciudadanía, y generalizará sobre la sociedad el pago de unos platos que no rompió. Otras decisiones que irrespetan normas de Estado: (1)mandar a receso, por puro partidarismo, el mecanismo de fijación de precios de los combustibles y (2) llenar los bolsillos de legisladores para que hagan campaña en favor del oficialismo a costa de los contribuyentes, cuyos tributos no son constitucionalmente para tales fines.