Sin importar que sea la de uso común, el médico cambia la medicina cuando el paciente empeora. Con los indicadores económicos y sociales de un país el procedimiento es similar, cuando la ortodoxa no funciona se intenta una política diferente. En Grecia y de 2008 al 2014, el profundo ajuste fiscal redujo en 28% el PIB y el ingreso per cápita de 21,600 euros a 16,500 euros. Por la recesión no cede la enorme deuda pública de 317 mil millones, equivalentes a 175% del PIB, porque además los griegos se endeudan con el Banco Central Europeo para completar el pago de intereses.
Para que reoriente la política económica y termine la austeridad, el pueblo le dio el poder a Syriza y a su líder de izquierda Alexis Tsipras, que han puesto sobre la mesa un acuerdo parecido al de Londres de 1953, por medio del cual Alemania, después de la guerra, redujo en 50% la deuda externa, de 20% a 10% del PIB, y obtuvo dinero fresco para su reconstrucción a través del Plan Marshall. De manera específica, plantean aumento del gasto para financiarlo con recursos que esperan liberar de la renegociación y condonación de deuda, y de la reducción del sobrante entre ingresos y gastos. La troika (Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI) responde que debe mantenerse la austeridad, la medicina no se cambia.
Hasta hoy lunes el juego luce trancado y Grecia podría ir a la bancarrota, incluso salir del Euro y de la Unión Europea, con consecuencias para toda la comunidad. El origen del problema, como en República Dominicana, se relaciona directamente con la irresponsabilidad de los políticos en el manejo de las finanzas públicas, hicieron fiesta con los ingresos y préstamos. Y como nosotros, con un ingreso per cápita que es dos veces y medio superior al nuestro, Grecia se endeuda para pagar los intereses.
Si es diferente la presión en las finanzas públicas, se debe a que nuestra economía crece, pero lo cierto es que, al igual que Grecia, tenemos necesidad de reestructurar deuda, proceso que de hecho lo iniciamos con Petrocaribe. Lo que planteo es que independiente del nivel de la tasa de interés, se debe extender a más de veinte años el perfil de vencimiento promedio del stock adeudado, para que los reembolsos no se inicien por ahora o reducir su monto. Es una manera de liberar impuestos, para evitar seguir endeudándonos para pagar intereses y reducir la pobreza extrema, que según la Cepal la nuestra es la peor de América Latina cortada al 2012.
La pobreza, que supera el 40% de la población, es un claro indicador de que pagamos el manejo irresponsable del presupuesto. Debe reducirse, asumiendo la costumbre de ajustar el salario del trabajador cada dos años, por la suma de la inflación y parte del aumento de la productividad. También lo que debe el sector público y estabilizar el balance en 35% del PIB. Para las políticas se necesita un pacto entre los partidos políticos que evite el regreso de la política irresponsable de gastar lo que no se tiene, de endeudar al país sin importar las consecuencias.