El compromiso hecho público por el Presidente Leonel Fernández de que dará cumplimiento a los Acuerdos de la Cumbre por la Unidad Nacional frente a la Crisis, es una buena señal que debe ser recibida con satisfacción por todos los interesados en buscar salidas a los problemas que afronta el país como resultado de la situación económica internacional.

El compromiso cobra más importancia porque el Presidente nombró una Comisión de Seguimiento a lo acordado, que incluye compromisos a mediano y largo plazos, en vista de que hay puntos que ameritan la inversión de grandes recursos financieros que por el momento no están disponibles.

Como se recordará, un gran segmento de la oposición, representado principalmente por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Foro Social Alternativo, se opuso firmemente a la Cumbre, al considerar que de la misma supuestamente no saldría nada que beneficie al país. El Gobierno, pues, está “en el filo de la navaja”, como se dice popularmente, pues deberá cumplir los compromisos asumidos si es que no quiere darle la razón a sus opositores, quienes estarían dispuestos hasta a cruzar los dedos para que el gobierno no honre su palabra.

Habría que leer en detalles las más de 900 propuestas presentadas, aunque la prensa ha divulgado las principales, entre las cuales se incluyen la consolidación institucional, seguridad democrática, migración y frontera, el sector eléctrico, entre otros.

Este último punto es que más le conviene al país por el momento, pues sin energía eléctrica se colapsa el desarrollo. Sin embargo, insistimos en que deberían ofrecerse más detalles sobre lo acordado, porque nos luce que hay aspectos que apenas han sido tocados. Me refiero a la producción de energía alternativa vía las hidroeléctricas.

Es curioso que esto suceda, pues según el INDRHI el país cuenta con más de 90 cuencas hidrográficas que no han sido aprovechadas, y sus aguas, haciendo daño en las crecidas, van a parar al mar. Es decir, no producen beneficio.

Es bueno recordar que hay muchos proyectos estudiados, incluso algunos a nivel de factibilidad, que solo  necesitan los recursos para ser ejecutados.

Me refiero específicamente a las micro generadoras de energía, que podrían favorecer numerosas regiones que carecen de ella y que de esa manera evitarían inversiones en líneas de transmisión del sistema general. Esto es independiente de que utilizaría un recurso renovable, como es el agua, sin necesidad de emplear petróleo caro.

Hemos visto con agrado que en los últimos días algunos inversionistas nacionales y extranjeros han iniciado proyectos para generar energía eólica (producida por el viento) y para usar bio-combustibles, lo que significa un importante paso para enfrentar la crisis energética. Pero, además, esos  proyectos serán nuevas fuentes de empleos, muchos de los cuales se han perdido en las Zonas Francas.

Ese mismo debería tener el uso de paneles solares, sobre todo para que sean utilizados en aquellos sectores subsidiados. En más de una oportunidad hemos dicho que esto podría hacerse a través de las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, con la garantía del Estado, para que los mismos usuarios adquirieran sus propios equipos, que no requieren gran mantenimiento y tiene una larga vida útil.

Los paneles podrían ser utilizados en las nuevas urbanizaciones, entre ellas las populares que construye el Estado, lo que implicaría una significativa reducción en el consumo de petróleo.