En el Museo de Arte de Puerto Rico: Anthony Goicolea Actos Compulsivos

En el Museo de Arte de Puerto Rico: Anthony Goicolea Actos Compulsivos

POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
Anthony Goicolea podría estar disfrutando sus 15 minutos de fama. El precoz y destacado artista norteamericano, además de la introducción de su obra en las colecciones permanentes de instituciones como el Withney Museum of American Art, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), el Guggenhein Museum of Art y el Brooklyn Museum of Art, de Nueva York, la recepción de la beca de la Fundación Cintas (julio/06/Miami) en la categoría de Artes Visuales, la reproducción de sus dibujos “Wall Flower Series” en la portada de la edición agosto-septiembre de la revista Arte Al Día International y, hasta el próximo 24 de septiembre, una selección de sus últimas acciones creativas-compulsivas se exhibe en la  Sala de Proyectos del Museo de Arte de Puerto Rico.

Anthony Goicolea nació en Atlanta, Georgia (1971).  Es egresado en Bellas Artes de la Universidad de Georgia. Obtuvo una maestría en Escultura y Fotografía en el Prat Institute of Art de Nueva York y realizó estudios en la Universidad de Madrid. Sus fotografías también han sido adquiridas por la Universidad de Yale y por el Museo de Arte de Castilla y León.

 Ante el espejismo de sus 15 minutos, Anthony Goicolea podría quedarse embebido frente a sí mismo en el espejo de sus terribles otredades o simplemente imaginar al viejo Andy arreglándose su disparado peluquín plateado en el instante revelador de la inefable profecía. Mientras tanto, la obra de Goicolea penetra más allá de la sobreeposición de la visión de lo real y abre una ventanilla extraña, sumamente íntima, y en determinados contextos, para algunos hasta “perniciosa”, que nos sorprende en la meditación sobre ciertos juegos, rituales o “ejercicios” arquetípicos  de la subjetividad que resultan claves para percibir el estado mental de la sociedad contemporánea. Pero es Silvia Karman Cubiná, curadora independiente y Directora de The Moore Space (Miami) quien nos propone una lectura mucho más detenida y profunda sobre la práctica y los trabajos recientes de este nuevo “artista adolescente:

“La totalidad de la obra de Anthony Goicolea puede ser descrita como una  autobiografía de ficción. De forma análoga al artista Gregory Crewdson, Goicolea crea elaboradas puestas en escena, producidas laboriosamente para cada obra y que dan por resultado escenarios melancólicos, siniestros, donde sus personajes interactúan y crean historias indefinidas. Sus videos, así como sus fotografías, siempre describen grupos de muchachos dedicados al juego, o más bien, a actividades ambiguas: un joven sujetando a otro sobre la cama y escupiendo en su rostro; jóvenes que llevan capuchas y corren asustados por el bosque; jóvenes que limpian una piscina llena de cuerpos flotantes; un muchacho que se muerde obsesivamente las uñas; colegiales que posan maliciosamente como en una fotografía de grupo estudiantil y chicos de uniforme sentados a una mesa y comiendo con glotonería. Estos son algunos de los muchos ejemplos del comportamiento de adolescente varones captados por el artista desde 1996 en fotografías y videos, y más recientemente,  también en instalaciones y dibujos”(1).

En “Actos Compulsivos”, Anthony Goicolea presenta una serie de cortometrajes en video que reafirman la creatividad, la lucidez, así como las implicaciones vitales, sociales y culturales que nutren radicalmente su práctica creadora. Dentro de la selección que ha hecho la curadora Marysol Nieves para la Sala de Proyectos del MAPR resultan especialmente intrigantes y todavía más provocadores: “Classroon” (2002), “Nail Biter” (2002), “Tickle” (2002)  y “Act of Contrition”(2003).

En su corto y penetrante ensayo para la hoja de sala que apoya la muestra, la curadora nos  advierte que: “Anthony Goicolea: Actos Compulsivos comprende una  selección de cuatro videos recientes que exploran los límites mismos del comportamiento compulsivo y la angustia existencial adolescente a través de una variedad de puestas en escena bizarra y sin sentido actuadas por el artista. El título de la muestra, Actos Compulsivos, se refiere tanto al contenido de los videos seleccionados como a la naturaleza teatral de los videos unipersonales de Goicolea-es decir, su impulsividad hacia la representación dramática puede ser vista como un acto de narcisismo compulsivo”.

La respetada curadora sostiene que estos cortometrajes “marcan la transición crítica del artista en el 2002 de las imágenes fijas al medio del video. El uso que hace Goicolea del video le permite registrar sus humorísticos pero inquietantes desatinos mientras se desarrollan a través de un lapso limitado y transcurren inevitablemente de acciones exageradas y perturbadoras a predicamentos absurdos y destructivos que quebrantan las convenciones sociales y nociones relativas al decoro. Los videos de Goicolea a menudo se caracterizan por el uso de un solo punto de vista y ángulos de cámara cortados, estacionarios o frontales con un mínimo de edición para crear el efecto de  una progresión continua de tiempo-enfatizando así la ilusión de realidad en su trabajo”.

“En Act of Contrition, 2003 (3:40 minutos), Goicolea recrea un personaje ya habitual en su repertorio de jóvenes adolescentes-el torpe estudiante uniformado que a su vez emana inocencia y picardía. Aquí, el confesionario tradicional se transforma en un ascensor mecánico en el que el artista/penitente queda atrapado en un ciclo infinito de confesión y contrición mientras el elevador asciende y desciende metafóricamente en un purgatorio sin fin entre el cielo y el infierno, pecado y redención”…

“En Nail Biter, 2002(2:44 minutos), Goicolea acentúa los aspectos voyeurísticos de su obra mediante un efecto que evoca el agujero de una cerradura, el cual atrae al espectador hacia una escena íntima y perturbadora. En medio del sonido de grillos, el espectador es confrontado con la de un joven sentado en su cama, de noche, comiéndose las uñas de manera obsesiva. A medida en que su comportamiento se hace más frenético, sus ojos miran alrededor del cuarto, insinuando el temor de ser descubierto. Posiblemente sea este miedo o vergüenza lo que precipita su orgasmo, mientras el joven trata absurdamente de tapar la evidencia de su inexplicable efluvio debajo de las sábanas…

…En Classroon, 2002 (6:05 minutos), el artista alterna dos narrativas-en la primera dos muchachos están sentados en un salón de clases aparentemente sin supervisión adulta. Uno comienza a sacarse los cabellos de manera obsesiva, mientras el otro lo mira incrédulo. La segunda narrativa nos muestra a un muchacho que se pega unos pedazos largos de tiza a los dedos con cinta adhesiva, a la Edward Scissorhands, y comienza a garabatear de manera descontrolada sobre el pizarrón en un arranque de energía creativa. Ambos videos aluden a las presiones de la adolescencia y sus consecuencias potencialmente peligrosas o extremas. Tickle, 2002 (2:09 minutos), sin embargo, nos muestra una narrativa bastante más ligera, aunque igualmente absurda, mientras vemos que el sencillo e inocente acto de la risa se convierte en un drama de ciencia ficción en el que el personaje principal es poseído por una fuerza invisible que literalmente le hace cosquillas hasta hacerlo morir de risa”.

Anthony Goicolea: Actos Compulsivos  es una muestra que forma parte del programa expositivo Sala de Proyectos @MAPR, una serie de exposiciones individuales y colectivas dedicadas a presentar obra nueva y experimental de artistas emergentes locales y regionales, así como de artistas internacionales de trayectorias más establecidas cuyo trabajo no sea conocido para el público puertorriqueño. El programa incluye la presentación de trabajos en todo tipo de medios, así como obras comisionadas, “site-specific”, en colaboración o ancladas en comunidades específicas que son presentadas en la sala RJ Reynolds, así como en otros espacios públicos del MAPR. Un aspecto significativo de este programa es el enfoque en obras que cuestionan las fronteras tradicionales entre el objeto de arte y el público en un contexto de museo o galería.

(1) Silvia Karman Cubiná: “Extraña interacción: la obra de Anthony Goicolea”. Arte Al Día International. No.115, agosto-septiembre, 2006.

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