En el Museo de Arte Moderno: Con-secuencias

En el Museo de Arte Moderno: Con-secuencias

POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ

Tal como precisa entusiasmado el fotógrafo y critico de arte Carlos Acero Ruíz: “Los éxitos de la fotografía en nuestro país han ido inscrecendo desde el memorable año de 1979, fecha en que se celebró la XlV Bienal Nacional, ya que fue en esa feliz ocasión que la creación fotográfica local fue admitida por primera vez como disciplina artística en el citado evento competitivo, establecido por el Gobierno Dominicano en el 1942.
Si bien tardó en reconocérsele su mérito propio como arte mayor a la fotografía, poco a poco esta manifestación fue consolidándose dentro del circuito artístico local, hasta el punto de ganar repetidamente el Gran Premio de las Ediciones XlX (1994) y  XXll (2003)de las bienales nacionales de artes visuales”.
Si se proclamara la riqueza y profundidad de la fotografía artística contemporánea en el plano local, tambien se impone admitir el reconocimiento y el respeto que obtienen los artistas del lente en el plano internacional. Por ejemplo, ahí están los casos de ciertas producciones y trayectorias fundamentales, tales como las de Wifredo García, Martín López, Mariano Hernández, Faustino Pérez, Polibio Díaz, Miguel Cruz, entre otros y otras no menos respetables. Yo propondría dos miradas “espectrológicas” para un posible “alumbramiento” critíco de la fotografía artística dominicana del siglo XXl.
Primero: veo tanta profundidad que hasta nos gastamos el lujo de tener en plena vigencia a ciertas personalidades profesionales que lo hacen desafiando terriblemente sus propios ciclos “biológicos” como taumaturgos de la imagen manierista a través del dispositivo tecnológico. Este es el caso específico de artistas como Domingo Batista, Luis Nova y su legión de seguidores. Segundo: veo todavia mas profundidad en el hecho de que ya en los 90 fue auténtica la implicación de las mujeres artistas en la representación deconstruccionista de su realidad cultural, de su universo abstracto, de su materialidad corpórea y cotidiana a través de la imagen fotográfica.
Los filamentos de la luz tendrían que penetrar bastante para advertir el instante antepenúltimo de la fotografía artística dominicana contemporánea. Carlos Acero Ruíz se especializa y gana profundidad en su lúcida tarea de calibrar la situación actual de nuestra “espectrología” fotográfica creativa.   Desde el pasado 23 de junio, el Museo de Arte Moderno mantiene abierta en su amplia sala subterránea una de las más reveladoras exposiciones colectivas de fotografía que hayamos registrado últimamente en el circuito artístico  metropolitano. Se trata de “Con-Secuencias”, resultado del trabajo creativo individual de cada uno de los miembros del colectivo “Circuito Fotográfico” y de una ardua labor curatorial del mismo Acero Ruíz.
  Más de 60 trabajos, incluyendo fotografías en formatos tradicionales (en blanco/negro y a color), instalaciones fotográficas y videos, integran el impactante cuerpo de obras de “Con-Secuencias”. Los expositores, todos miembros del emergente colectivo “Circuito Fotográfico”, son Alberto Alvarez W, Jorge Ruso, Tatiana Fernandez G., Martha Lamarche, Marlene Almonte, Leandra Campusano, Gerardo Suárez del Real, Liz Bernal, Carolina Almonte, Lorena Espinoza, Yen Fatule, Alicia Sangro, Carlos Postigo, Anabelle Soto, Desiree Barinas, Giselle Fiallo, Sahira Fontana, Rebecca Kiger, Lieng-say Chea Matías, Vilma Cabrera y Ricardo Piantini.
Entre los trabajos más impactantes, originales y rigurosamente concebidos de “Con-Secuencia” hay que señalar las series de imágenes de Gerardo Suárez del Real, Alicia Sangro, Alberto Alvarez, Tatiana Fernández, Leandra Campusano, Carolina Almonte, Desiree Barinas, Martha Lamarche, así como la atrevida y efectiva instalación fotográfica de Marlene Almonte. Un abordaje más amplio impone el formidable, deliciosamente poético y revelador video “De trip a corazón” de  las novísimas y geniales Giselle Fiallo y Sahira Fontana. Por esta excelente muestra fotográfica en cuyo catálogo o documento registrable, curiosamente se han omitido los datos biográficos de los expositores, tenemos que felicitar nuevamente a Carlos Acero Ruiz, a quien tambien debemos ya recocerle mucha valentía su intensa insistencia en pos del fortalecimiento de un emergente y vital movimiento fotográfico contemporáneo  en Santo Domingo.
EN EL MUSEO DE LAS CASAS REALES POR LOS MARES DE CANCIO
Carlos Cancio es uno de los pintores y escultores neoexpresionistas puertorriqueños de la actualidad cuya rigurosa y cálida obra pictórica se caracteriza por la fuerza y la vitalidad de su estructuración formal y material. Esta obra le ha ganado fama y alta estimación, tanto en su isla natal como  en el plano internacional. El próximo martes 17 de Agosto,  el  Museo de las Casas Reales dejará inaugurada su exposición individual titulada “En los mares que he vivido”, integrada por unas 25 pinturas de distintos formatos en las que desborda la fantasía y seducción de su enigmático simbolismo. La muestra, que será abierta durante una recepción fijada para las ocho de la noche, contará  con la presencia del artista y sus representantes, encabezados por el empresario y galerista puertorriqueño Armando Viota, Director de Galería Viota de San Juan Puerto Rico.
En 1985 Carlos Cancio obtuvo un titulo de Bellas Artes con grado  Cum Laude en la Boston University de Estados Unidos. Desde entonces, ha desarrollado un intenso periplo de exposiciones y trabajos de campo, que lo han llevado por casi toda Europa, el Norte de África, Tailandia, la India y las ciudades de Boston y San Francisco en los Estados Unidos de Norteamérica, además de la Isla Margarita. Como parte de la diversidad de ambientes geográficos, culturales y sociales que ha necesitado para la producción de su arte, ha tenido talleres permanentes en España, Italia y San Juan. Sus esculturas en bronce han sido producidas y fundidas en talleres de Berkeley, California, y Pietrasanta, Italia.
La pintura de Cancio impacta principalmente por su calidad y libertad formales, por su particular manera de abordar los aspectos etno-sociológicos y antropológicos del Caribe, expresándolos  en la atmósfera de su cromática y en los elementos que definen su contenido simbólico. A lo largo de su producción se observa un notable énfasis de búsqueda ontológica que opera asociando elementos de la naturaleza con la racialidad, con la tierra, con el mar, con la riqueza étnica y multicultural del Caribe.

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