Tal como habíamos previsto desde una pulsión accidental e incidental que tan sólo pretende “iluminar” el hecho estético y cultural con la apertura interior que siempre exigen sus cifras más significativas (Hoy/Areito, 22.05.2017), “La Estancia de Lata”, excelente y provocadora selección de obras recientes del novísimo y visionario HRSURIEL, continúa exhibiéndose en la Sala del Sótano del Museo de Arte Moderno, precisando su justo registro como la exposición individual más brillante, innovadora y meritoria de la primara mitad del calendario expositivo dominicano del 2017.
La sorpresiva brillantez que aporta HRSURIEL a las artes visuales dominicanas de la actualidad a través del formidable cuerpo expositivo de “La Estancia de Lata”, estalla ante la confrontación de obras como las tituladas “Fragmento rústico de una verdadera máquina”; “Cogito ergo sun”; “Portal de la paranoia y de la nada”; “Gólgota Rosa”; “Saftail Dream”; “El gran escalador de pinos”; “Mándala del súper ego”; “Platonic Elixir”; “Carpe noctem”; “Corte tizón”; “Flamenco suburbano”; “Lacrymal Canals”; “Knucklehaead”; “Día del trabajo”; “Campanario Lecuona”; “Sunday”; “Clubland”; “Holly Father”; “Be ware of dogs”; “Class Clowm” y “Feliz el que reconoce a tiempo que sus deseos no van de acuerdo a sus facultades”.
En estas resoluciones, HRSURIEL materializa un espléndido universo visual de rigurosa y efectiva informalidad. Universo “deconstruido” como collage y palimpsesto alucinatorios, resemantizando signos, materiales y objetos especulares, capaces de remitirnos hacia las turbadoras “autoevidencias” de una corporeidad y una subjetividad atravesadas por las heterotopías arquitectónicas, los signos culturales mixtificados y los vestigios tecnológicos obsesivos de la posmodernidad. Universo espectrológico y sombrío de la esquizia colectiva, las distopías, el ecocidio y los abióticos instantes del Cyborg deslumbrado.
El potencial trascendente del conjunto de pinturas y obras multimatéricas, multidimensionales y polivalentes que integran “La Estancia de Lata”, no sólo reside en la majestuosidad de la factura y el alto grado de hipermímesis o transmutación de los postulados estéticos vanguardistas y posvanguardistas que HRSURIEL obtiene en el desarrollo de su proceso creativo, sino también en la inefable dialéctica que cada obra en particular puede llegar a desatar entre el artista y el espectador.
He aquí un ejemplo: “Carpe noctem” (aprovecha la noche) es una obra que arroba instantáneamente la mirada del espectador por un dorado esplendor, una superficie pictórica y una policromía que reverberan con reactividad impresionante. La obra nos revela una categoría clave en la mística creadora de HRSURIEL: la noche oscura, la cual, en clara contraposición a la metáfora de la luz, tantas veces relacionada a la visión cognitiva que redime al ser humano de las tinieblas de la ignorancia, habla de la desmitificación de la sabiduría y de las posibilidades del conocimiento desde el “insight” de lo enigmático y lo invisible. La noche, asumida como método, sistema y dimensión creadores. La noche como una experiencia que no es ni visible ni sensible ni inteligible. Experiencia insondable e inclasificable por nuestros sentidos y nuestro sistema cognitivo.
Apóstol absoluto del silencio, la entrega y la acción apasionadas, HRSURIEL conjuga estas tres características en una mística creadora proactiva que se encuentra entre las esferas de la inocencia, el sueño y la iluminación y donde las mismas modulaciones plásticas del signo, el espacio y la materia, nos permiten calibrar la unicidad metafórica de sus excesivas, sutiles y electrizantes clarividencias estéticas.
La extraordinaria capacidad de resistencia crítica que especializa la propuesta estética de HRSURIEL, subyace en la misma intensidad ontológica con que él abraza la pintura, los medios y los recursos extrapictóricos con que materializa su catártica taumaturgia. Y aunque se pueda sostener que sus desconcertantes pruebas transfigurales, traslucen las brumas y claridades de sus convicciones estético-filosóficas, HRSURIEL trabaja sobre todo con la materia y no únicamente con los signos y las ideas.
Su radical apuesta por la informalidad ya no admite el arrojamiento brutal o artificioso, sino la expresión pura, “orgánica” y sutil de la absoluta matericidad del hecho plástico en tanto acción espiritual que prospera esplendorosamente desde su viraje cotidiano hacia los profusos abismos del sujeto y el objeto. Entonces, por sus insólitos y atractivos niveles de artisticidad y por el mismo vuelo poético de sus contenidos conceptuales, la obra reciente de HRSURIEL, deviene súbitamente como una de las pruebas más vitales, elocuentes y distintivas del arte dominicano contemporáneo…