En el Museo de Arte Moderno Nicholas Kripal y Jeffrey Mongrain ¡DESDE EL ESPÍRITU & LA MATERIA!

En el Museo de Arte Moderno Nicholas Kripal y Jeffrey Mongrain ¡DESDE EL ESPÍRITU & LA MATERIA!

Nicholas Kripal (1953) y Jeffrey Mongrain (1956) son dos consagrados creadores y docentes norteamericanos cuyas búsquedas y experimentaciones estéticas a través de la cerámica y otros materiales nos confirman que el reconocimiento artístico siempre viene relacionado con la profundidad de las convicciones estéticos-filosóficas, la vitalidad creativa, la sensibilidad social, la eticidad, la amplitud formativa y la persistencia reflexiva.

Un diálogo traslúcido e inevitablemente revelador, o lo que es lo mismo, una mística CONEXIÓN con la naturaleza, lo elemental, lo metafísico, el mundo fáctico, los espacios y signos arquitectónicos impregnados de resonancias históricas y espirituales, se establece como “prima materia” en las poéticas operativas de Jeffrey Mongrain y Nicholas Kripal. Desde su específica y rizomatica espacialidad, sus esculturas e instalaciones polivalentes, resuenan con un lenguaje densamente articulado, una presencia enigmáticamente sugestiva y una efectividad estética todavía más admirable.

Tal como sostiene Ezequiel Taveras, reconocido artista, educador y curador de esta representativa exposición de las obras recientes de Mongrain y Kripal que enriquece el programa expositivo del Museo de Arte Moderno en el marco de la celebración de la quinta edición de la Trienal Internacional del Tile Cerámico / Elite Tile, con los auspicios del Ministerio de Cultura y en colaboración con la Embajada de los Estados Unidos en la República Dominicana, la Fundación Falcondo y la Fundación Centro Cultural Altos de Chavón: “CONEXIÓN es una manifestación más de que los pueblos pueden hermanarse a través del arte. Eliminando las limitantes territoriales que crean fronteras, las diferencias lingüísticas, o los conflictos culturales, creando así un nuevo vínculo que solo existe a través de la emoción del planteamiento estético del arte mismo”…

Definitivamente asombrosa resulta la diversidad de materiales utilizados por Jeffrey Mongrain y Nicholas Kripal en el excelente cuerpo de obras que integran la muestra: arcilla, acero, agua, cera, metales, arena, cristal, sal, lente óptica, pan de oro, grafito, plexiglás, piedra volcánica, fotografía, caja de luz y resinas sintéticas…Las líneas puras de reminiscencias académicas, el rigor formal, la sobriedad de factura y el minimalismo de su dicción plástica se equiparan con el carácter abierto y sorprendente de sus visiones, ideas y travesías emocionales.

Tanto en las obras de Nicholas Kripal como las de Jeffrey Mongrain, advertimos un repertorio de formas abriéndose constantemente hacia una radical liquidación de toda expresividad enfática o innecesaria. En los resultados de sus investigaciones, resplandece un diálogo profundamente lúdico, ético y reflexivo con el misticismo y el arte religioso de Occidente. Y lo que nos resulta todavía más elocuente y conmovedor ante sus esculturas e instalaciones es la intensidad de sus convicciones estéticas, así como el alto grado de espiritualidad, artisticidad y efectividad expresiva que estos dos creadores excepcionales logran imprimirles a la materia primordial con que trabajan.

NICHOLAS KRIPAL

Desde principios de la sexta década del siglo XX, los artistas plásticos y visuales retoman de manera enfática el abordaje del misticismo y la religión. En casos paradigmáticos del expresionismo abstracto y el minimalismo como Mark Rothko (1903-1970), Barnett Newman (1905-1970) y Sean Scully (1945), los efectos más depurados llegan a resistir a través de unos niveles sublimes de elaboración formal y una lucidez filosófica definitivamente inquietante. En la obra de artistas como León Ferrari (1920-2013), Martin Kippenberger (1953-1997), Andrés Serrano (1950) y Maurizio Cattelan (1960), el abordaje del tema religioso se torna radicalmente crítico, irónico y hasta subversivo, mientras que en una parte considerable del arte posmoderno, la religión es “redescubierta” como componente fundamental de la cultura y la sociedad.

Nicholas Kripal es un reconocido escultor, instalador, educador y curador que privilegia el medio de la cerámica en la creación de esculturas, ambientes e instalaciones que se tornan en verdaderas realidades místicas, tal como Marcel Duchamp (1887-1968) llegaría a definir las auténticas obras de arte. Precisamente, una parte considerable de su producción está compuesta por sus instalaciones en sitios específicos. En esta dirección, destacan sus instalaciones escultóricas e intervenciones arquitectónicas dentro de espacios sagrados como la Catedral de San Juan el Divino en la ciudad de Nueva York; la Iglesia de San Patricio, en Indianápolis y la Iglesia Corpus Christi de Baltimore.

En el caso de Nicholas Kripal, se impone destacar el carácter implicante del mismo proceso creativo. Además del arduo proceso de investigación, negociación e integración conceptual de la propuesta en el sitio especifico, en su práctica creadora, la historia, la ritualidad y la iconografía arquitectónica del espacio sagrado se constituyen en aspectos esenciales. De esta manera, a diferencia de las ya tradicionales exposiciones de instalaciones en la galería de caja blanca, las instalaciones escultóricas de Nick Kripal operan como una suerte de “electrón”, como una interfaz o zona de contacto, comunicación y acción que, de forma inesperada, se transforma en una nueva y excitante realidad mística y estética. Realidad eminentemente dialógica, lúdica y especular, capaz de provocar nuevas experiencias perceptivas, cognitivas y espirituales en la congregación y la consciencia de los espectadores.

La confirmación de este señalamiento estaría cifrada en la instalación escultórica titulada “Epifanía” (2012), la cual el propio artista propone como ejemplo. “Epifanía se define como: 1. realización repentina. 2. aparición de Dios. Es un término utilizado a menudo por artistas para describir un momento crítico en el proceso creativo. Las letras de acero galvanizado que conforman la palabra están llenas de sal. La sal tiene muchos usos importantes en la religión y la cultura y a menudo se encuentra en una variedad de rituales de purificación. Tanto en el contexto del antiguo como del nuevo testamento, los pactos se sellan con sal y de ahí el origen de la palabra salvación»…

JEFFREY MOINGRAIN

En sus obras, Jeffrey Mongrain se nos revela como un artista de gran talento y singular personalidad, capaz de asimilar, transmutar y expresar la diversidad y unicidad de la vida y la existencia a través de un repertorio de formas, espacios, signos y recursos expresivos con los que logra definir una de las propuestas estéticas más brillantes y renovadoras del arte contemporáneo estadounidense.

En sus esculturas e instalaciones recientes, Mongrain utiliza el espacio físico como recurso provocador del pensamiento, la curiosidad y la excitación de los sentidos del espectador. Sin embargo, la clave última para la intelección y el pleno disfrute de sus obras no depende únicamente de su lectura iconográfica, sino también de la disposición de cada espectador en particular para arriesgarse a una experiencia estética que reclama la atención sobre la complejidad de sus más intimas preocupaciones sobre las mutaciones sociales y sobre las problemáticas religiosas, políticas, ecológicas, biotecnológicas y culturales que signan la realidad contemporánea.

En este sentido, sus instalaciones operan como presencias concretas de polivalente y vertiginoso potencial significativo que al mismo tiempo rectifican, reedifican y desbordan lo sagrado, lo profano, la historicidad, la memoria y lo real, situándonos ante los territorios especulares del sueño, la ilusión, lo inmaterial y lo sublime. Territorios metafóricos, materializándose esplendorosamente como imágenes, percepciones, sensaciones y sentimientos esenciales cargados de poder y de deseos…

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