EN EL MUSEO DEL HOMBRE DOMINICANO
Ritos, Juegos y Danzas Exposicion homenaje
a Gaspar Mario Cruz

EN EL MUSEO DEL HOMBRE DOMINICANO <BR>Ritos, Juegos y Danzas Exposicion homenaje <BR>a Gaspar Mario Cruz

POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
El próximo martes 9 de agosto, a partir de las 8:00 de la noche, la Secretaría de Estado de Cultura, el Museo de Arte Moderno, el Comité Organizador de la XXlll Bienal Nacional de Artes Visuales y Ultimo Arte S.A. dejarán inaugurada la exposición «Ritos, Juegos y Danzas» en homenaje al maestro Gaspar Mario Cruz.

La muestra estará instalada en la primera planta del Museo del Hombre Dominicano con museografía a cargo de la arquitecto Ingrid González y el reconocido artista Orlando Menicucci. Está compuesta por 32 esculturas magistrales y cinco dibujos sobre papel que pertenecen a la colección de Ultimo Arte S.A. que preside el empresario José Muñoz y a la colección permanente del MAM.

Además de las obras ganadoras de premios en distintas bienales nacionales, en la muestra «Ritos, Juegos y Danzas» figuran tallas en caoba que resultan obras capitales de la vasta producción escultorica de Gaspar Mario Cruz, tales como «Cabeza africana»(1950), «Cabeza astral»(1960), «El Maestro, los discípulos y los ángeles»(1964), «El Manatí protector de los aborígenes»(1969), «Ofrenda de flores»(1980), «Calitomé XXV»(1989), «Los mitos de San Miguel(1993), «Anacaona y la paz»(1994), «Mulatas danzantes»(1996), «Músicos familiares»(1998), «Cabeza indígena»(2000),»Ciguapa»(2002), «Memorias de un sueño»(2004» y «Anaísa»(2005».

La Dra. Laura Gil Fiallo, encargada de investigación del Museo de Arte Moderno y curadora de la exposición, señala que: «Gaspar Mario Cruz ha logrado una extraña fusión entre lo atávico y lo vanguardista en uno de los corpus artístico-visuales más significativos y coherentes de todo el arte dominicano. Esto hasta el punto de que no dudaremos en aplicarle el apelativo de «Brancusi en el Trópico» para resumir esta fértil dualidad que lo caracteriza. Se trata de un artista culto, que maneja los lenguajes y las técnicas propios de las academias, pero cuyo espíritu esta muy cercano a la devoción de los santeros de palo, para quienes la creación artística es una especie de ritual, por el cual se materializan las energías sagradas y se ponen a la disposición de los fieles».

Por su parte, el crítico de arte Jose Saldaña, subdirector del MAM y coordinador de la exposición, señala que: «En esta muestra homenaje que presenta el Museo de Arte Moderno en el Museo del Hombre Dominicano a don Gaspar Mario Cruz, el espectador comprobará modalidades, actitudes, logros, aportaciones y huellas muy personales e inconfundibles. Lo que más gratamente sorprenderá al espectador es la identidad lograda por Mario Cruz ante la obra de arte y nuestra cultura, es decir, el sincretismo que se aprecia en todas sus obras, costumbres, tradiciones, religión, de las cuales se nutren los pueblos para expresar sus raíces a través del arte. Gaspar Mario Cruz procede del pueblo y esos sentimientos son profundos y sinceros».

En su libro «Gaspar Mario Cruz, poeta de las formas», la respetada historiadora de arte Jeannette Miller sostiene que: «La obra de Gaspar Mario Cruz puede, a grandes rasgos, dividirse en cuatro periodos. El primero abarca desde sus inicios autodidactas en San Francisco de Macorís en 1937, hasta la entrada a la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1948. El segundo, desde su entrada a la academia (1948), donde aprende el rigor de la escultura, hasta la década del 60, en que los cambios políticos y sociales repercuten en sus tallas de manera muy particular. El tercero es el más amplio, incluye los años 60, 70 y 80, época en que su obra asume la escala monumental y alcanza plena madurez, colocándose como una de las más importantes, no solo en el ámbito nacional, sino continental. El cuarto periodo se inicia a mediados de los 80, cuando aborda el «periodo tranquilo» que distinguirá las puertas de la Catedral de Santiago Apóstol (1990) y su trabajo posterior»(1).

Gaspar Mario Cruz nace en San Francisco de Macorís el 6 de enero de 1925.

Desde los doce años de edad elabora figuras de santos con barro modelado. Entre 1940 y 1941 comienza a tallar la madera.

En 1948 se traslada a Santo Domingo e ingresa en la Escuela Nacional de Bellas Artes, bajo la orientacion directa de Manolo Pascual.

En 1952 la crítica se interesa en la obra escultórica de Gaspar Mario Cruz  como una tendencia específica de la escultura dominicana. En 1956 gana el Primer Premio de Escultura en la VIII Bienal Nacional de Artes Plásticas con su obra «Llanto de Baquiní». En 1957 ingresa al cuerpo docente de la Escuela Nacional de Bellas Artes y al siguiente año obtiene nuevamente el Primer Premio de Escultura de la  IX Bienal con su talla en caoba titulada «Amantes».

En 1960 gana el Segundo Premio de Escultura de la X Bienal con «Muchachos con Flauta Taína». En 1964 el artista hace su primera exposición individual en la Alianza Francesa y gana el Tercer Premio de Escultura del concurso E. Leon Jimenes. En 1965 Gaspar Mario Cruz participa en las exposiciones del Frente Cultural, apoyando al movimiento constitucionalista. En el año 1967 presenta su segunda exposición individual en la Alianza Francesa. Participa en la Bienal de Sao Paulo. En 1968 forma parte del recién fundado grupo Proyecta con Ada Balcácer, Domingo Liz, Fernando Peña Defilló, Felix Gontier, Thimo Pimentel y Lepe. En 1981 participa en una colectiva de arte dominicano contemporáneo en la Signs Gallery de New York.

En 1985, como Presidente del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, organiza el Primer Simposio Iberoamericano de Escultura en la Galería de Arte Moderno. En este evento comparte experiencias con artistas internacionales como Nancy Craves (USA), Estuardo Maldonado (Ecuador), Martha Minujin (Argentina), Pablo Rubio (Puerto Rico) y con reconocidos criticos de arte como Luis Gonzalez Robles (España), Gaston Diehl (Francia), Raquel Tibol (Mexico) y Bélgica Rodríguez (Venezuela), entre otros. En 1989 le encargan las puertas de la Catedral de Santiago de los Caballeros. Este mismo año, la Magna Asamblea de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos, adscrita a la UNESCO, lo elige en Madrid como Presidente de Honor junto a otros artistas latinoamericanos sobresalientes. En 1997 realiza su cuarta exposición individual en la Galería Ultimo Arte y en el 2001 expone individualmente en Casa de Bastidas, en el contexto de la lV Bienal del Caribe.

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