En el nuevo año potencia tu salud

En el nuevo año potencia tu salud

Decía Pitágoras que la salud es el silencio del cuerpo. En efecto, no notar el funcionamiento corporal equivale a estar libre de dolor y la enfermedad, que son signos de alarma cuando el organismo no funciona bien: ruidos sobre un fondo de silencio, entendido como equilibrio de las funciones

Para la OMS, la salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, no sólo la ausencia de enfermedad o minusvalía. Esta afirmación intenta abarcar las esferas psíquica y social del ser humano, aunque se confunda a menudo bienestar con supresión de determinados síntomas a base de medicamentos, en vez de ayudar a que el organismo se cure a través de sus propias capacidades.

El ser humano presenta una cualidad muy importante: es capaz de adaptarse a diferentes circunstancias, a menudo adversas. Puede vivir, por ejemplo, a temperaturas extremas, desde el ártico a las selvas tropicales. Puede pasar días sin comer o cicatrizar espontáneamente una herida. Puede entrar en contacto directo con sustancias tóxicas o microorganismos patógenos, y luchar para liberarse de ellos y vencer. Son justamente los signos de ese “combate” -fiebre, dolor, secreciones… – los que constituyen los síntomas de la llamada enfermedad, y serían el aspecto positivo de la misma. Pero también se puede enfermar por factores nocivos de orden psíquico que alteran las emociones y los pensamientos, y se pueden superar igualmente estas situaciones.

[b]CAPACIDAD DEFENSIVA[/b]

Las defensas naturales no son ilimitadas, pero sí suficientes para propiciar una vida larga y relativamente sana, con un buen equilibrio psicosomático. Llegar, por ejemplo, a la ancianidad -vejez es otra cosa- no debería significar invalidez física o mental, sino un atenuamiento general de las capacidades. ¿Por qué entonces este ideal de vida larga y plena no se da tan a menudo? Porque alguna de las energías básicas de la vida está perturbada. Estas energías son: la individual innata, que la medicina tradicional china llama «ancestral» y los científicos denominan genética; y otra, la que procede del exterior o cósmica, que incluye el aire, los alimentos, el sol y, en definitiva, el medio. La relación entre ambas es el fundamento de la salud.

La capacidad de equilibrio, sinónimo de salud, va mermando principalmente a causa de un modo de vida no «biológico», es decir, alteración de los ritmos naturales, alimentos adulterados o contaminación ambiental. Si, además, alguno de estos problemas viene ya de generaciones anteriores y no se ha solucionado, el potencial genético se va debilitando de padres a hijos.

La máxima mens sana in corpore sano se ha repetido mucho, pero no deja de ser verdad. Porque un cuerpo “limpio” por fuera y, sobre todo, por dentro, es lo más importante para estar sano; y cuando decimos por dentro, se entiende tanto la sangre como los pensamientos y los sentimientos.

[b] ¿QUÉ HACER PARA MANTENER LA SALUD?[/b]

Conviene respirar aire limpio lo más a menudo posible, cosa no tan fácil como parece. Es necesario hacer ejercicio físico, por lo menos caminar. Conviene descansar y dormir las horas suficientes, buscando momentos de relajación a lo largo del día. También hay que alimentarse bien, lavar el cuerpo y exponer la piel a los elementos naturales: sol, aire, luz…

El tema de la nutrición es tan importante que tanto la medicina tradicional como las alternativas reconocen que, mejorando la alimentación, podrían evitarse hasta la mitad de las enfermedades degenerativas que se dan en la actualidad y un tercio de los cánceres.

Una costumbre saludable es depurarse periódicamente. La primavera es una buena época, tal como indican las tradiciones religiosas al imponer semiayunos -cuaresma cristiana y ramadán musulmán- en esa estación.

[b]LA MENTE A TONO[/b]

Una nueva especialidad científica, la psiconeuroinmunología, pone de manifiesto las influencias de la mente y las emociones sobre el sistema inmunitario, Esto explica que quien tiene una actitud positiva y quiere curarse lo logra antes que el que se desespera y teme no conseguirlo. Las emociones y los sentimientos forman parte de nuestro modo de entender la vida, pero también influyen en la salud. No es indiferente ser colérico, avaro o envidioso a la hora de enfermar de una u otra manera.

Como es sabido, mantener una actividad intelectual o artística ayuda considerablemente a envejecer con plenas facultades. Se ha demostrado que si bien las neuronas no se regeneran una vez pérdidas, puede producirse un aumento de su plasticidad, la posibilidad de que las neuronas establezcan nuevas sinapsis o contactos con sus dendritas.

Cultivar la serenidad, ese estar un poco por encima de los altibajos de la vida, es un buen antídoto para muchos problemas y, abre la puerta a la dimensión espiritual del ser humano.

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