En la República Dominicana no se está cumpliendo con el compromiso establecido con la UNESCO de proteger a Los Congos y a Los Guloyas. Los Congos tienen ocho años de proclamados Obra Maestra. Los Guloyas tienen cuatro. Y, en ambos casos, la aplicación de los planes de salvaguarda está detenida.
Hace años que Sixto Minier, Capitán de Los Congos, donó un solar para la construcción del local y allí no se ha puesto siquiera una cuerda de alambre. Los Guloyas se reúnen en un local donde no caben 10 personas sentadas. El espacio pertenece a la casucha donde vivía Linda. Pero ahora están a punto de ser echados, pues no tienen para pagar los 3,500 pesos que les cobran por el alquiler. El baño de este local es una letrina de hojalata que se está derrumbando.
La denuncia la hizo el escritor Avelino Stanley, ex subsecretario de Cultura, a quien le tocó hablar sobre Los Congos y Los Guloyas en la conferencia internacional sobre Conservación, tutela y uso de los bienes culturales en América Latina. Este evento fue organizado del 10 al 12 de septiembre por el Centro Internacional de Altos Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Údine con el apoyo de la Universidad de Trieste, en Italia.
Como hemos venido a hablar sobre conservación del patrimonio, con la responsabilidad que siempre me ha caracterizado, quiero hacer una denuncia ante ustedes, dijo Stanley, ante la concurrencia, después de haber expuesto sobre el origen, la vigencia actual y el reconocimiento internacional hecho por UNESCO a las dos manifestaciones culturales dominicanas.
Stanley, quien desertó el día que el evento sesionó en la Universidad de Trieste, informó que Sixto Minier, Capitán de Los Congos, murió en el 2008, y Daniel Henderson (Linda), Director de Los Guloyas, acaba de fallecer en el 2009. Y ninguno de los dos vio la realidad de tener a disposición un simple local donde pudieran realizar sus ensayos e integrar a los niños para que no perezca la tradición. Con Los Congos, a 8 años de su declaratoria, nunca se ha realizado el festival de música que por fin estaba programado para el 2009. El festival de los Guloyas lleva dos versiones, ambas muy pírricas, debido a los limitadísimos recursos que son destinados a los mismos. Todo esto demuestra un desdén, un desinterés hacia la cultura popular por parte de la instancia oficial encargada de asistir a estas manifestaciones culturales.
El testimonio de Avelino Stanley compungió a los presentes, pues mostró diversas fotos del estado de abandono en que están dichas manifestaciones culturales. Stanley sostuvo que sus integrantes viven en condiciones deplorables. Linda murió en la extrema pobreza. Sixto Minier no estuvo lejos de ello. Juan Felipe Simón (Ruddy), que ha pasado a ser el líder de los Guloyas tras la muerte de Linda, vive en una casa que carece de las acondiciones más elementales. Allí ni siquiera hay una letrina. A Ruddy se le otorgó una pensión de 15 mil pesos en abril del 2008 y todavía a septiembre del 2009 no ha podido cobrar un centavo por negligencia administrativa. Al llegar a la casa de Ruddy vi algo que me partió el alma. Serían poco más de las dos de la tarde. Noté que él le preguntó a un niño de unos 9 años el por qué no estaba en la escuela. Y una señora adulta respondió llena de tristeza: Porque no tiene zapatos.
La condición de Obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad que la UNESCO le ha otorgado a Los Congos de Villa Mella y a Los Guloyas de San Pedro de Macorís no es un mero reconocimiento. Es una proclamación que a la vez implica un compromiso asumido por el país donde se reconoce una manifestación cultural. Como parte de dicho compromiso, en la República Dominicana se debería estar aplicando un plan de salvaguarda con Los Congos y Los Guloyas. Dicho plan incluye la recuperación de toques y bailes de estas manifestaciones y la vinculación de jóvenes y niños para preservar dichas manifestaciones culturales. De igual manera, a estos dos grupos se les debe dotar de un espacio o local que les sirva como sede de operación para ensayos, enseñanza de la tradición, la formación de un museo, y como punto de referencia. Además, cada año debe hacerse un festival musical con estas manifestaciones en sus lugares de origen.
Concebida como uno de los eventos preparatorios de la IV Conferencia Internacional Italia-América Latina, que se celebrará en Milán a comienzos de diciembre del 2009, en la Conferencia de Údine, donde se presentó el estado de Los Congos y Los Guloyas, participaron representantes de instituciones culturales de toda Latinoamérica, de España y de Italia. Entre los asistentes estaban el Embajador Paolo Bruni, secretario general del Instituto Italo-Latinoamericano; el Embajador José Luis Dicenta, representante de la Unión Latina en París; Pietro Amato, Curador del Museo del Vaticano; Alexis Rivas Toledo, Ministro de Coordinación de Patrimonio de Ecuador; y José Manuel del Río, de la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales del Vaticano.
Bajo la coordinación del profesor Mario Sartor, también disertaron en la Conferencia de Údine, Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida, Venezuela; María de las Nieves Arias Incolla, de la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos de la Secretaría de Cultura de Argentina, y Lilia Rivero Weber, Coordinadora Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural de México.
Asimismo, Armando Galiardi, Dirección de Museos de Caracas; Ascención Hernández, Directora del Secretariado de Actividades Culturales de la Universidad de Zaragoza, y Francisco Vidargas, subdirector de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
Igualmente, Bruno Zanardi, meritorio profesor de la Universidad de Urbino.
También la experta Ángela Rojas, del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), de La Habana, entre muchos otros.