En el país hay 46 embutidoras pero solo 20 están registradas

En el país hay 46 embutidoras pero solo 20 están registradas

Un grupo de técnicos de las fábricas de embutidos del país pidió a las autoridades que cierren las empresas que no cumplen las normas vigentes. Emilio Ureña, que habló a nombre del grupo, señaló que en el país hay dos asociaciones de empresas embutidoras: una en el Cibao, con 13 miembros, y otra en Santo Domingo, con 7, pero que aquí  hay 46 fábricas.   

Dijo que las 26 restantes no están afiliadas, aunque “algunas   operan bien, otras regular y muchas  dan pena y vergüenza”. Agregó que la Dirección General de Normas y Sistemas de Calidad (Digenor) debe actuar contra las que no cumplen con las normas establecidas.

Expresó que las autoridades tienen una confusión porque Pro Consumidor habló de 22 empresas y Digenor  de  110 el miércoles, pero son  46  embutidoras.

Exhortó a esas empresas afiliarse a las asociaciones que ya existen y dijo que le toca a Digenor  velar porque se cumplan las regulaciones nacionales. La norma actual tiene tres categorías de salamis: super-especial, especial y económica.

Cada una tiene su calificación de proteína, humedad y grasa, acogiéndose a las normas vigentes, que son viejas, de cuando se utilizaba la tecnología de tripas fibrosas, en el que el producto se iba secando con el tiempo. Esa tecnología ya cambió y Digenor no actualizó y debió hacerlo en el 2000, dijo el vocero de los técnicos.

Granjas y subsidio. Los granjeros José Alba y José López consideraron que para bajar costos en la producción pecuaria, el Gobierno debería subsidiar el gasoil, establecer una tarifa especial para la energía eléctrica y decretar la libre contratación del transporte pesado.

Alba y López,  dos productores de cerdos y pollos  de muchos años en el Cibao que han acumulado una larga experiencia, aseguran que sin  el sector agropecuario no hay vida, porque es el que produce los alimentos en todo el mundo.

Recordaron que los precios de los alimentos básicos (maíz, soya y grasa) que le echan a sus animales cambian de manera constante y en los últimos lo han hecho hacia arriba.  Alba dijo que “nosotros alimentamos a 4 millones de haitianos en el país, 10 millones de dominicanos y un millón  de turistas flotantes”.

Si damos una ojeada, hace 30 días la grasa vegetal cuesta US$54.24 el quintal, el de  harina de soya US$24 y el de maíz US$14.50. Hace unos 12 días la soya subió a US$30 el quintal, pero lo tuvimos que comprar a US$31.50, que significa US$7.50 más. El maíz aumentó a US$17 el quintal”, manifestó Alba, al participar recientemente en el Gobierno de la Mañana, de la Z-101, realizado en Moca, junto a López y los técnicos de las embutidoras. 

El consumo de salami y otros embutidos se ha reducido en el país, luego de que Pro Consumidor dio a conocer los resultados de  un estudio realizado en enero último a 284 muestras de salami. En el 97% de ellas  se detectaron bajos niveles nutricionales, mientras que en el 15% se hallaron   coliformes feca y en el 51% altas concentraciones de nitrito de sodio, es decir, con niveles  por encima de los límites  establecidos.

Ayer, el Ministerio de  Salud Pública anunció que realizará un nuevo estudio a los salami, tras obviar el que hizo Pro Consumidor debido a que se hizo en enero y, según las autoridades, no permite determinar la calidad de ese producto. 

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Subsidio alimentos

La producción de alimentos aquí no recibe subsidio en combustibles (el gasoil) para las fábricas, las plantas eléctricas en las granjas ni en las fábricas de alimentos, como lo reciben los generadores eléctricos, los sindicatos del transporte y otras instituciones que no se sabe cuántas hay, porque sin que ofendan esas instituciones, tenemos ofertas de combustibles a precios muy asequibles, manifestó José Alba.

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