POR MANUEL JIMÉNEZ
Pasaban de las 10:00 de la noche cuando la caravana presidencial partió desde San José Dos Campos con destino a Sao Paulo,  aproximadamente a una hora por carretera. No puede decirse que las autoridades brasileñas asignaron una escolta excesiva, pero tampoco insuficiente al Presidente Leonel Fernández. Me pareció una seguridad normal en comparación a lo que se estila en otros países, incluyendo el nuestro, donde tradicionalmente se hace alarde de gran aparatosidad.

La caravana se desplazó a buena velocidad por la carretera e hizo su entrada a Sao Paulo rondando las 11:00 de la noche. Se había reducido la velocidad cuando al llegar a un puente elevado, la caravana encontró de repente  un vehículo mal estacionado, al parecer con desperfectos  y las luces apagadas. El conductor del vehículo blindado que transportaba al Presidente  y a su esposa Margarita Cedeño hizo un rápido viraje y pudo esquivarlo, pero no así el vehículo en el que iban el jefe  de los Ayudantes Militares, mayor general Héctor B. Medina y el ayudante civil, Víctor Crispín, que  chocó de frente la parte trasera del auto estacionado y fue a parar justo a la barandilla del puente. El golpe había sido violento, pero tanto Medina como Crispín llevaban los cinturones de seguridad, amen de que se trataba de un vehiculo blindado que hubo que dejarlo en el lugar bajo custodia policial, pues los daños sufridos no le permitían moverse.

Medina solo sufrió un golpe en el brazo y un rasguño en un dedo. Otros dos vehículos de la caravana no tuvieron tiempo para evitar estrellarse uno seguido del otro. No hubo lesionados a bordo de esos dos vehículos, aunque sí un gran susto. Fue momento de  confusión y hasta de nervios. La seguridad brasileña y dominicana actuó rápido, incluso con algunas armas en mano, pero, en principio, se estableció que se trataba de un accidente, aunque quedó abierta una investigación, según fuentes.

En la caravana iban, además  del Presidente y su esposa, el secretario Luis Manuel Bonetti; los empresarios José Luís Corripio Estrada  y José Miguel Bonetti;   Víctor Díaz, director de INAPA; Eddy Martínez, del CEI-RD y el embajador en Brasil, Manuel Morales Lama, entre otros. Al menos, eran los que iban en los vehículos envueltos en el triple choque. Cuando la caravana  llegó al Grand Hyatt Sao Paulo,  todos, incluyendo el propio Presidente Fernández, se empeñaban en recomponer la escena del accidente, indagaban si alguien había resultado herido, pero los informes daban cuenta de que todos los integrantes de la comitiva habían resultado ilesos. La mañana del martes 19 de junio  encontré en el lobby  a una comitiva interesante que había viajado a Brasil invitada por el Presidente. Eran dirigentes de la Asociación Dominicana de Productores de Televisión encabezada por su presidente, Freddy Beras Goico, quien viajaba junto a su esposa Pilar y que completaban Fernando Hasbún y su esposa  la periodista Alicia Ortega, así como Fernando Cavada. Cherchaban y bromeaban , sobre todo porque habían tenido informes de una serie de rumores puestos a correr en Santo Domingo sobre las razones de su presencia en Brasil acompañando al Presidente Fernández. En ese momento bajó de sus habitaciones el Presidente Fernández, quien se dirigió al grupo para saludarle. Hasbún, que pareció más preocupado “por los chismes” informó a Fernández que “allá están diciendo que nosotros andamos por aquí para arrendar uno de los canales intervenidos”. ¡Oye eso, y para arrendarlo yo tengo que venir tan lejos!, se escuchó decir a Beras Goico. En realidad, me dijo Hasbún, nosotros hemos sido invitados porque el Presidente tiene interés en que nos reunamos con las autoridades, productores y publicistas de aquí para conocer su experiencia con una ley de publicidad que se implementa aquí”. Y en efecto, se reunieron tanto en Sao Paulo, Brasilia y Río de Janeiro con la gente que tenían en agenda y mas tarde Beras Goico me informó que todo había resultado gratamente interesante, pues habían acumulado informaciones de gran interés para su proyecto, que es crear una ley de publicidad en República Dominicana.