En el Palacio

En el Palacio

El lunes, bien temprano, acudí al hotel Quinta Real, previo a la llegada del presidente Hipólito Mejía y su reducida comitiva oficial. Había acordado con el coronel Rubio, jefe de la Avanzada de Seguridad, estar en el hotel a las 9:00 de la mañana para facilitarme el transporte al aeropuerto en uno de los vehículos asignados a la delegación dominicana. Pero mi pase de periodista acreditado a la Cumbre Extraordinaria de las Américas no bastó para que los agentes de seguridad instalados en la zona de acceso al establecimiento me permitieran la entrada. Esperé un tiempo en un área reservada a la prensa, frente al hotel, bajo la inclemencia del frío que se registraba para entonces en Monterrey, pero gracias a Dios había tomado la precaución de llevarme mi abrigo. La falta de comunicación con la comitiva de avanzada dominicana me hizo desesperar y tomé un taxi al Centro de Prensa Internacional en la creencia de que desde allí, como ha sido habitual en las anteriores cumbres, estarían saliendo autobuses para transportar la prensa al aeropuerto. ¡Oh sorpresa! Ese servicio no estaba en agenda. La ruta al aeropuerto me tomaría en taxi casi una hora, y probablemente más por los taponamientos en el tránsito. Al fin, no pude estar presente en la ceremonia de recibimiento, pero el colega Máximo Manuel Pérez, del Listín Diario, que pudo agenciarse cupo en los vehículos de la comitiva, me facilitó los datos de la bienvenida. El presidente Mejía, su esposa, el Canciller y el resto de su comitiva se registraron en el Quinta Real, donde ya se encontraba hospedado desde la noche anterior el presidente de México, Vicente Fox, y su esposa Martha Sahagún. La tarde de aquel lunes tendría lugar en ese hotel un encuentro bilateral entre los presidentes Fox y George Bush, de los Estados Unidos. La reunión imponía que las medidas de seguridad de acceso al hotel fuesen aún más drásticas.

Las vías de acceso al establecimiento hotelero fueron bloqueadas y sólo estaba autorizado el acceso a taxis y otros vehículos privados con acreditaciones de la cumbre. El presidente Mejía descansó en su hotel antes de cumplir uno de sus primeros compromisos en Monterrey, un encuentro convocado por el presidente Bush con los países del Mercado Común Caribeño (CARICOM), entre estos Haití y República Dominicana, en el hotel Presidente Intercontinental, donde se estaba quedando la delegación estadounidense. Este hotel está ubicado a poca distancia del Quinta Real. El encuentro fue inicialmente encabezado por el secretario de Estado estadounidense, Collin Powell, acompañado de los subsecretarios del Tesoro, John Taylor, y para Asuntos Interamericanos, Rogers Noriega. Más tarde, se incorporó el presidente Bush. El tema de agenda versó sobre una oferta norteamericana presentada en la anterior Cumbre de las Américas celebrada en abril del 2001 en Québec, Canadá, referente a un plan de ayuda denominado la Tercera Frontera. Como las fronteras primarias para Estados Unidos son México y Canadá, en esta ocasión el gran coloso del norte definía una tercera línea demarcatoria, el Caribe. Los asuntos de carácter bilateral pasaron a un segundo plano y la agenda se concentró en lo regional: ¿qué hacer para afrontar el SIDA?, fortalecer los programas de educación, así como enfrentar la pobreza, el terrorismo y la corrupción en estos países. El director de Prensa del Palacio Nacional, Luis González Fabra, me asegura que después del encuentro, el presidente Mejía conversó informalmente con el presidente Bush, pero no adelantó sobre cuáles temas. Las reuniones formales y bilaterales de Bush se limitaron en este encuentro a los presidentes de México, que era el anfitrión; al brasileño Inacio Lula Da Silva, el argentino Nestor Kirchner y el peruano Alejandro Toledo, que estuvo interesado en que Washington desbloqueara fondos congelados al ex jefe de seguridad de su país, Vladimiro Montesinos. Poco después de las 5:00 de la tarde fueron llegando gradualmente los jefes de Estado y de Gobierno al gran centro de convenciones de Monterrey, en medio de estrictas medidas de seguridad, para dar inicio formal a la Cumbre Extraordinaria de las Américas, un evento auspiciado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se convocó anticipadamente debido a la complejidad de los problemas en la región.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas