En el Palacio

En el Palacio

La Asociación de Estados del Caribe (AEC) sesionará entre el 13 y el 14 de este mes en Ciudad Panamá y está prevista la presencia del presidente Hipólito Mejía. Su viaje será corto, según mis fuentes. Saldrá en la mañana del sábado 14 en avión privado y estará de regreso al anochecer del mismo día. Su comitiva será reducida, apenas unas cuatro personas, al margen del equipo de seguridad y el Jefe del Cuerpo de Ayudantes Militares. Una de las razones que motivan la presencia del presidente Mejía en esta cumbre es que se da por un hecho la escogencia del dominicano Rubén Silié como Secretario General del organismo regional, en lugar de Norman Girvan. Silié es un reconocido sociólogo y catedrático universitario. Ahora bien, en Panamá se ha estado comentando que no todos los jefes de Estado y de Gobierno supuestos a estar presentes en esta reunión han confirmado su asistencia. Esto ha generado diversas especulaciones, entre ellas la posibilidad de que la cumbre presidencial se transforme en una reunión a nivel ministerial. Si éste fuese el caso, la presencia del presidente Mejía estaría en dudas. Hasta ahora, sin embargo, todos los preparativos apuntan a que el viaje será una realidad. La AEC funciona como un mecanismo de concertación y cooperación con un propósito integrador. El 24 de julio de 1994 fue firmado en Cartagena de Indias, Colombia, el convenio para establecerla. La Cumbre inaugural tuvo lugar en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, del 17 al 18 de agosto de 1995. Allí los Jefes de Estado y Gobierno ratificaron el convenio constitutivo de la AEC y adoptaron el Plan de Acción con énfasis en tres temas principales: transporte, comercio y turismo. Santo Domingo acogió a la II Cumbre, en 1999, y se pronunció por potenciar esas tres esferas como ejes del desarrollo sustentable de la región. Los estados miembros totalizan 25: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname, Trinidad y Tobago, México, Venezuela y Puerto Rico. En la Asociación confluyen otros bloques: el Grupo de los Tres (México, Colombia y Venezuela); la Comunidad del Caribe CARICOM, con 15 pequeños estados, en su mayoría insulares, y el Sistema de Integración Centroamericano (SICA).

Tomás Aybar, un viejo y reconocido foto-periodista que residió por algunos años en la ciudad de Nueva York, es un hombre ameno, de inquietudes, pero sobre todo muy decidido. Toma en serio su meta y en los objetivos que se traza se juega hasta la vida. Sus parciales en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), entidad en la que milita desde que tuvo uso de razón en su natal Haina, cuentan anécdotas de su arrojo y valentía. Tomás, es un viejo amigo personal que conocí en los años de la administración del ex presidente Salvador Jorge Blanco. En aquel entonces era un ferviente y ciego seguidor del licenciado Hatuey de Camps. Pero los tiempos cambian, así como las simpatías políticas. Aybar, pequeño de estatura pero de voz y gestos firmes, sigue siendo perredeísta, pero hoy está enrolado en el Proyecto Presidencial Hipólito (PPH) y, por ende, es devoto de la reelección. Fiel a su compromiso político, Tomás, sorpresivamente, decidió el miércoles “adornar” todos los vehículos estacionados en el área para visitantes del Palacio Nacional con unos flecos blancos, colgados de las antenas. Muchos propietarios de vehículos lo miraban mientras cumplía la tarea política que se había impuesto. Ni los vehículos de algunos periodistas asignados a la fuente se salvaron (aunque obviamente, esto último lo hizo con GADEJO), pues en su íntima convicción todo el que acude al Palacio tiene que estar con la reelección. En eso estaba cuando se acercó a una lujosa jeepeta, modelo reciente, y mientras sacaba los flecos blancos para colgarlos a la antena del imponente aparato 4×4, de su interior salió un disgustado propietario. “¿Tú has comprado esta jeepeta?”, le preguntó con cara de mal amigo. Tomás, hombre de pelo en pecho, se envalentonó y le reprochó su conducta, pero el dueño de la jeepeta hizo retroceder al activista pepehachista. Tomás se replegó, pero retornó acompañado. Craso error. El hombre desenfundó una pistola, y Tomás y sus acompañantes hicieron como el León Melquíades Corazón de Melón, aquel famoso personaje de las tiras cómicas: “Huyamos hacia la derecha…”

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