POR MANUEL JIMÉNEZ
Pese a la gran cantidad de vehículos que se congregó en el área, el encuentro que el presidente Leonel Fernández encabezó el viernes pasado con los síndicos y diputados del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de todo el país pasó desapercibido para los medios de comunicación.

La convocatoria fue en horas de la tarde en el Club de La Manicera, en esta capital, y tuvo por objetivo hacer un examen crítico del posicionamiento electoral del PLD en cada una de las provincias del país, según mis fuentes. El presidente Fernández, quien busca la reelección en las elecciones del 16 de mayo, hizo una larga exposición en la que dio resultados de encuestas que revelan no sólo porcentajes de aceptación o rechazo en cada una de esas demarcaciones, sino que analizan las razones por las cuales en una determinada provincia se está muy alto y en otra más bajo. Muchos síndicos y diputados peledeístas presentes se quedaron atónitos, pues Fernández reveló datos que eran, hasta ese momento, desconocidos por ellos. Con lujos de detalles, y demostrando que realmente es el estratega de su propia campaña, el presidente dijo qué debía hacerse en aquellas provincias y municipios dónde los números no son tan favorables al PLD o por lo menos no alcanzan la proporción a que se aspira, según las fuentes. Se le escuchó varias veces a Fernández pronunciar la frase de que “hay que meterse ahí e incrementar estos porcentajes”. Mis fuentes no quisieran adelantar detalles en torno a las provincias en dónde a partir de ahora se hará un mayor esfuerzo, pero aclararon que prácticamente en todo el país la reelección esta a la cabeza de las preferencias electorales. Fue en ese encuentro del Club de La Manicera, dijeron, que el presidente Fernández reveló por primera vez que el posicionamiento de su candidatura ronda el 53 por ciento, aunque los esfuerzos están concentrados en igualar o superar la votación del 2004, es decir el 57 por ciento de los votos que se emitan en mayo, según esas fuentes. ¿Sería esto posible?. Bueno, el proyecto parece temerario.

  Miguel Vargas Maldonado, candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), llegó a Guatemala para asistir a los actos de toma de posesión del presidente electo, Álvaro Hugo León. Lo interesante del caso es que la representación del gobierno dominicano a los actos la encabeza el Vicepresidente Rafael Alburquerque. La presencia de ambos en los actos representa un reto para sus respectivos responsables de prensa. Al menos, Felipe Romero, está en Guatemala y es el responsable de los asuntos de prensa del Vice Alburquerque. No tengo informes de si el candidato de oposición está acompañado de algún equipo de prensa, pero imagino que sí. El Vicepresidente dominicano, sin embargo, tiene la ventaja de que encabeza una delegación oficial, en representación de un país, y el protocolo obliga a un trato diferente y distanciado al que se ofrece a los invitados especiales,  que es donde cae el candidato del PRD.

El tema de la  homosexualidad en las Fuerzas Armadas nunca ha sido objeto de debate en la República Dominicana, al menos a los niveles que alcanzó en los Estados Unidos durante la administración del Presidente Bill Clinton cuando hubo que aceptar la presencia de homosexuales en las filas de la armada estadounidense. Pero es posible que estemos a la puerta de un debate parecido en el país luego de que en la Academia Militar Batalla de Las Carreras dos cadetes, uno de ellos de cuarto año, fueron expulsados de manera sumaria por practicar la homosexualidad.  No es la primera vez que en esa escuela militar se descubre un caso similar, sólo que esta vez, al parecer, uno de los expulsados no estaría de acuerdo con la decisión y ha decidido recurrir a un abogado. Mis fuentes dicen que el abogado seleccionado es un Secretario de Estado sin Cartera, con despacho en el Palacio Nacional, y que proviene de las filas de un grupo político aliado al PLD. Esa decisión de ese abogado no ha sido bien vista en otras fuentes del gobierno. En buen juicio, esa decisión no tendría nada de censurable si las cosas se analiza partiendo del principio de que todo acusado debe ser asistido por una buena defensa. El caso está ahí y habrá que esperar sus repercusiones. Por lo menos, según mis fuentes, el Director de la Academia fue reemplazo en su puesto, aunque no se sabe si la destitución tiene relación con el caso.