En el Palacio

En el Palacio

POR MANUEL JIMÉNEZ
El padre Andrés Duma, con varios años de servicios pastoral en la ciudad de Nagua hubo de levantar con fuerza su voz para no ser ahogado por los insistentes gritos del público que reclamaba ¡que hable Rogelio!”, otro sacerdote católico virtualmente recién llegado a la comunidad agrícola de El Factor, en la provincia María Trinidad Sánchez. En efecto,  Rogelio Cruz, el otrora sacerdote en Cristo Rey, populosa barriada de la capital, no figuraba en la lista de oradores en la audiencia popular que encabezó el viernes en Nagua el Presidente Leonel Fernández.

Pero su presencia, obviamente, no pasó desapercibida.

El Presidente Fernández lo divisó a su derecha,  sentado sobre los asientos de cemento, aun sin empañetar, del salón multiuso que sirvió de escenario al encuentro, y le hizo llamar. Terminaba la actividad y muchos del público que momentos antes reclamaron la intervención del sacerdote probablemente no llegaron a percatarse del encuentro. Rogelio tenía su propio listado de peticiones que entregó personalmente al jefe de Estado, quien, de paso, le pidió que se convirtiera en una especie de canal entre la comunidad y la  presidencia para dar seguimiento a la ejecución de las obras anunciadas, más de una veintena, algunas de ellas contenidas en el listado preparado por el propio sacerdote. Entre la mayoría de los oradores primó, sobre todo, la construcción del acueducto y del Centro Universitario Regional de Nagua (CURNA), así como la terminación de los multiusos dejados en proceso de construcción por la anterior administración, incluso, el que sirvió de escenario a la audiencia popular.

Hubo quejas por la falta de seguridad en Nagua, el auge de la delincuencia, el tráfico y consumo de drogas, robos de ganado, así como a establecimientos comerciales, muchos de los cuales se ven precisados a cerrar sus puertas desde las 7:00 de la noche, dijo uno de los oradores. En realidad, las peticiones hechas por el padre Rogelio y los sacerdotes que en aquel encuentro ostentaron la representación oficial de la Iglesia Católica, los sacerdotes Andrés Duma y Eligio Báez, no se diferenciaban mucho. En esencia, casi todo el mundo pidió lo mismo.

——

El Presidente Fernández llegó ese viernes a Nagua a las 10:55 de la mañana a bordo del helicóptero que le ha estado facilitando una institución bancaria privada, pues el de su uso oficial esta en proceso de reacondicionamiento en la Base Aérea de San Isidro. Al llegar al Polideportivo o Multiuso, un edificio sin terminar, un grupo identificado como activistas y miembros del PLD montaba una protesta levantando pancartas y repartiendo volantes donde se cuestionaba a las autoridades locales del partido y del gobierno. ¡Que el Partido asuma su papel como partido de gobierno! ¡Revisión de la nómina caso por caso! ¡Cese de la arrogancia y prepotencia de los funcionarios! ¡Atención a los compañeros que hicieron posible el triunfo del PLD!

¡Desplazar a los perredeístas que ocupan cargos en estos momentos!, eran tan solo algunas de las demandas que exhibían. Este grupo, sin embargo, no tuvo acceso al salón donde se celebró la audiencia popular, donde los partidarios del gobernador, José Luis Cosme, parecieron tener pleno control. En la audiencia hablaron representantes de una variada gama de sectores. Las iglesias, las juntas de vecinos, los campesinos, los empresarios, los comerciantes, los ganaderos, los pescadores, los deportistas, el turismo y los molineros estuvieron representados. Al final, el Presidente Fernández intervino y se comprometió a dar inicio este año a una veintena de obras, entre las que figuran el acueducto, la extensión de la UASD, arreglo de caminos vecinales y carreteras, construcción y terminación de escuelas básicas y liceos secundarios, así como de templos religiosos. El mandatario tuvo un lapsus al referirse al acueducto de Nagua y lo estimó como “muy costoso”, al destacar que la inversión rondaba los US$140 millones, es decir “casi 5 mil millones de pesos”, dijo. El público quedó impactado, en silencio. Probablemente pensó que la obra se ponía difícil.

No obstante, Víctor Díaz, Director de Inapa, aclaró que en realidad el costo es de unos US$54 millones (RD$1,620 millones a la tasa vigente). Cuando el encuentro llegó a su fin, muchos querían una segunda fase de audiencia, pero a nivel privado con el Presidente Fernández. Hubo forcejeos entre la seguridad y gente que quería llegar hasta el mandatario. Una escena jocosa la protagonizó un señor, ya fuera de las instalaciones del multiuso, al solicitar un empleo al gobernante. Le paso su cedula de identidad al personal al Presidente. ¡Llévesela, que yo tengo otra igualita!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas