Hoy 
POR MANUEL JIMÉNEZ
El avión bimotor de Trans Caribbean levantó vuelo con retraso involuntario desde el aeropuerto de Herrera, en esta capital, con destino a Punta Cana, en la costa este del país, transportando al grupo de reporteros acreditado a los actos de puesta en operación de un moderno sistema de radar y la inauguración del edificio del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria (CESA), inversiones realizadas por el Grupo Punta Cana.
Con intervalos de tiempo partieron desde los helipuertos del Palacio Nacional y de la secretaría de las Fuerzas Armadas cinco helicópteros militares, entre ellos el del presidente Leonel Fernández, quien encabezó los actos, trasladando a la zona a funcionarios civiles y comandantes militares, así como otros oficiales adscritos a la seguridad presidencial.
El presidente Fernández fue relativamente puntual, algo que llamó la atención de los reporteros acostumbrados a la rutina de su tardanza haciendo acto de presencia en ceremonias oficiales. El bimotor cubrió una ruta de aproximadamente 25 minutos previo a su aterrizaje en el aeropuerto de Punta Canta, donde ya habían descendido dos de los helicópteros militares.
El coronel Julio Campo, de la escolta presidencial, sufrió un percance al descender de uno de los aparatos, ocasionándose un par de heridas leves en su pierna derecha que merecieron atención médica, pero sin mayores inconvenientes. Hace un par de semanas, durante una visita presidencial a Puerto Plata, el asistente personal del presidente Fernández, Danilo Pérez, tuvo un percance similar al desmontarse de otro aparato, ocasionándose una leve herida, también en su pierna derecha, pero sin rodar por el suelo, como se rumoró en la ocasión.
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El embajador de Francia, Jean Claude Moyre, acompañado del diputado-presidente del Grupo de Amistad entre Francia y la República Dominicana, Stefan de Milli, así como el diseñador Oscar de la Renta y Frank Rainieri, presidente del Grupo Punta Cana ya estaban en la terminal a la espera del presidente Fernández y su comitiva, que incluyó, entre otros, al secretario de Obras Públicas, Freddy Pérez; el director de Aeronáutica Civil, Norge Botello, y al comandante del CESA, general de brigada Santo Domingo Clase, Ejército Nacional. La ceremonia de inauguración del radar, adquirido a una firma francesa a un costo de 6.9 millones de dólares, se efectuó con rapidez.
El Presidente observó las instalaciones y posteriormente se dirigió hasta el edificio del CESA, muy cerca de la terminal, a bordo de una jeepeta conducida por el propio Rainieri. La ceremonia de inauguración tardó unos minutos a la espera de Monseñor Nicanor Peña, obispo de Higüey, quien bendijo las instalaciones. El presidente Fernández recorría las instalaciones del edificio militar, cuando se percató de que los muchachos de la prensa lo estaban gardeando. Primero nos dirigió un saludo a prudente distancia, pero finalmente se decidió por acercarse, sobre todo al observar la presencia en el grupo de Milcíades Guerrero, vocalista del grupo Maniel y reportero de la dirección de Prensa del Palacio Nacional. «Vi en televisión en estos días a un conjunto tocando Son y había un cantante ¡muy bueno!, pero muy parecido a usted», le comentó el presidente a Milcíades tratando de jugarle una broma, pues el mandatario está al tanto de su doble condición de periodista y cantante, y quiso sorprenderle. «!Usted canta muy bien!», le reconoció el mandatario. Después de la ocurrencia, surgieron las preguntas y Fernández habló con soltura de cada uno de los temas que le pusieron en carpeta los periodistas, entre éstos el sirop de maíz y el decomiso de los 1,387 kilos de cocaína. Todo el país, además, estuvo enterado de la celebración, el domingo pasado, del cumpleaños del jefe de Estado. Al Palacio Nacional acudieron funcionarios y jefes militares a felicitarle y entregarle presentes.
No quise pasar por alto esa ocasión y ayer felicité al Presidente por su natalicio: «Manuel», me dijo sonriente, «ya yo no cumplo años, lo que hago es que me acercó al Señor». La actividad fue clausurada en horas de la tarde con un almuerzo en una villa de Punta Cana, sin acceso a la prensa, donde estuvo presente el ex Secretario de Estado estadounidense, Henry Kissiger, de vacaciones en el país.
