En el Palacio

En el Palacio

POR MANUEL JIMÉNEZ
Es usual que los periodistas acreditados a la fuente del Palacio Nacional no tengan acceso a las reuniones del Consejo de Gobierno, un organismo de deliberaciones y decisiones de medidas oficiales, que encabeza el Presidente de la República. Ha habido sus excepciones, sin embargo. Durante la administración del entonces Presidente Hipólito Mejía se puso de moda la celebración de consejos de gobierno provinciales, un mecanismo de interacción con los representantes comunitarios un tanto parecido a las audiencias populares que está encabezando ahora el Presidente Leonel Fernández.

En esos consejos se permitía el acceso de los periodistas, pues allí hablaban los representantes comunitarios y, al final, el Presidente anunciaba las posibles soluciones a sus problemas, y en todo aquello la prensa jugaba un papel de interés para los intereses publicitarios del gobierno. Pero en los consejos de gobierno formales, lo que se estila es que al final se ofrezca a la prensa un resumen de las decisiones más importantes y  que se entiende que deben ser del conocimiento de la opinión pública.

En ocasiones, el periodista que no quiere tan solo quedarse con los anuncios oficiales, trata de hurgar en diferentes fuentes otros detalles, algo interesante que no ha sido informado y que podría representar “un palo noticioso”, como se llama en el argot periodístico a una nota exclusiva. Pues eso hice el lunes en la tarde, al término del Consejo de Gobierno Ampliado que encabezó el Presidente Fernández en el Palacio Nacional, tratando de conocer otros detalles que se relacionaran con el programa de prevención y castigo a la corrupción que había conocido el organismo.

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En un concurrido restaurante de la capital, tres funcionarios que habían participado en el encuentro comentaban detalles de lo tratado, a veces entre bromas, y en ese marco se refirieron a la exposición que hizo en el Consejo, el doctor José Joaquín Bidó Medina, Presidente de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción. Gozaron que Bidó Medina hablara de “mega divas” y de las previsiones que los funcionarios debían tomar para no enviar mensajes equivocados a la gente de su real situación financiera. Bidó Medina se refería concretamente a situaciones que, según informó, se presentaron en la administración anterior. No habló que situaciones parecidas se estuviesen presentando en este gobierno, sino que habló en pasado. 

Uno de los funcionarios presente en el restaurante comentó  que Víctor Díaz, Director del INAPA, se había levantado en el curso de la sesión para aclarar que posee una villa en Casa de Campo desde hace 15 años, algo que todo el que le conoce sabe que es perfectamente cierto, pues ha sido un ingeniero de éxitos acumulados en el ejercicio privado de su profesión. Pero tal intervención no fue cierta, y en esto admito que incurrí en un error al informar en una columna anterior  que Díaz habló en ese Consejo, basado en la conversación citada. El funcionario no abrió la boca y así lo atestiguan el resto de los presentes en aquella reunión.

Ahora, obviamente, en una mesa donde tres funcionarios coinciden en narrar lo mismo, y tomando en cuenta que habían participado de la reunión, el periodista no tiene porqué dudar que así ocurrieran los hechos. Pero en el ejercicio de esta profesión cada día se aprende más, y cada lección obliga a uno a ser más exigente en la confirmación de cada dato que te llega a las manos, aun en el caso de que la fuente te resulte enteramente confiable, pues en los gobiernos se dan luchas de intereses que, por lo general, no son del dominio de todo el mundo.  Por lo demás, no me queda más que extender mis sinceras disculpas al amigo Víctor Díaz.

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