En el palacio

En el palacio

POR MANUEL JIMENEZ
El Westin Palace, un hotel construido en 1912 en el centro de Madrid por disposición de Alfonso XIII, no tan solo sirvió de albergue al Presidente Leonel Fernández, sino a otros gobernantes, ex presidentes y personalidades mundiales que asistieron a la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad, celebrada en la capital española entre el 8 y el 11 de marzo. En su portal de Internet, encontré parte de su cautivante historia que quisiera compartir con ustedes. Entre otras cosas, se destaca que el hotel «se edificó en el antiguo palacio de los Duques de Medinaceli.

Su construcción se realizó en un período de tiempo de 18 meses y, en este corto lapso, se levantó el hotel más grande de Europa en 1912. A lo largo de estos 90 años, agrega, ha sido y sigue siendo parte activa de la vida de Madrid y es algo más que un lujoso hotel dentro de un emblemático edificio». Se cuenta, además, que «desde 1912 el Palace es punto de encuentro y protagonista de todos los acontecimientos relevantes relacionados con la historia de España». Desde sus comienzos, agrega su promoción en Internet, el hotel fue muy frecuentado por artistas, intelectuales y políticos».

Dice que «en aquellos años encontramos en los archivos nombres de artistas tan destacados como el pintor Ignacio de Zuloaga que hizo del Palace su domicilio en Madrid; el escritor Vicente Blasco Ibáñez, autor de la famosa novela (más tarde llevada al cine y protagonizada por Rodolfo Valentino en su primera versión y en años más recientes por Glenn Ford, «Los cuatro jinetes del Apocalipsis»); Serge Diaghilev y sus famosos ballets rusos (cuyos principales bailarines eran Nijinsky y Pavlova); el pintor Pablo Picasso, el actor Buster Keaton, sin olvidar a la misteriosa Mata-Hari que vivió en el hotel bajo un seudónimo que se llevó con ella y cuyo aventurero espíritu aún vaga por algunas estancias del hotel».

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El comedor del establecimiento, en la primera planta, es una especie de extensión de su confortable área de recepción o lobby y allí observaba cada mañana desayunar, sentado a solas en una de las mesas, al ex Presidente de Costa Rica, José Figueres, uno de los invitados a la cumbre. Su soledad contrastaba con el resto de las mesas, donde siempre había más de dos comensales. Por ejemplo, llegue a observar a Enrique Iglesias, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), desayunar en varias ocasiones junto al ex secretario general de la OEA, el ex presidente colombiano César Gaviria, así como a lideres del mundo árabe, sentados en una mesa muy cercana a la del ex primer ministro de Israel, Shimón Peres, quien siempre se movía escoltado por un oficial de seguridad israelí.

En cambio, nunca vi desayunar en el restaurante al Presidente Fernández o al Secretario General de la ONU, Koffi Annan, quien también se alojó en el Westin Palace. En tanto, cada mañana se apersonaban al hotel pequeños grupos de dominicanos radicados en España, entre ellos cónsules, dirigentes y simpatizantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), interesados en abordar al Presidente Fernández. Una mañana, bien temprano, llegó una esbelta y trigueña dominicana que acababa de concluir un post grado en derecho en una Universidad de Sevilla y estaba interesada en entregar su tesis de grado al Presidente Fernández, algo que hizo esa misma mañana en que llegó al hotel.

Anyara Shakira Martínez, funcionaria de la embajada dominicana y ampliamente conocida en el país, estuvo también entre quienes tuvieron audiencia privada con el Presidente Fernández. Anyara, que realiza estudios de post grado en una Universidad de Madrid, estuvo acompañada de su novio Eduardo Aníbal Pérez Reyes, quien también realiza una maestría en administración pública en la capital española. Luis Ernesto Alcántara, Cónsul dominicano en Sevilla, lució siempre muy interesado en una reunión con el Presidente. Durante dos días consecutivos estuvo a la espera de ese encuentro, hasta que finalmente fue recibido. Según fuentes, planteó algunas contradicciones con funcionarios diplomáticos dominicanos locales, pero el consejo del Presidente, según los comentarios, fue de que nunca se ponche sin tirarle a la bola. ¡Sígale tirando, no se ponche sin tirarle!, le habría recomendado el Presidente.

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