POR MANUEL JIMÉNEZ
Pese a la refrescante brisa que soplaba por momentos en Jubey, Boca Chica, lo cierto es que el calor era sofocante, tedioso, y no pocos se arrepintieron de haber acudido a la ceremonia de saco y corbata. El Presidente Leonel Fernández llegó poco antes del mediodía y fue recibido por los ejecutivos de los Mets de Nueva York, equipo de las Grandes Ligas que inició ayer en esa comunidad la construcción de una moderna escuela de entrenamiento de béisbol a un costo de US$7.5 millones. Allí las atracciones eran variadas, desde la propia figura del Presidente de la República, el Secretario de Deportes, Felipe Payano y Leonardo Matos Berrido, Presidente de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional, hasta Omar Minaya, un dominicano que ha alcanzado la envidiable posición de Gerente General de los Mets. Otros invitados extranjeros, entre ellos periodistas de la crónica de deporte de los Estados Unidos, figuraron entre los presentes. Pero en el marco de aquella ceremonia un solo hecho fue el que llamó poderosamente la atención e impactó sobremanera, no sólo entre periodistas, sino entre el resto de los invitados. La gran curiosidad entre los colegas no era el 2 a 1 que hizo mención el Presidente Fernández en su discurso y que no pocos (sobre todo lo que no conocemos mucho de béisbol) comenzamos a dar una errónea interpretación  política, sino la prolongada conversación, bien aparte, sostenida entre el jefe de Estado y la periodista Ana Mitila Lora, comentarista del espacio de televisión Uno más Uno, de Teleantillas. Dicen que los periodistas no somos noticia, pero el criterio es relativo.

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 Esto depende de las circunstancias o acontecimiento en que el periodista se convierte en centro de atención o interés publico. Si entre el Presidente Fernández y la periodista Lora hubiese ocurrido un intercambio formal, protocolar de saludo, las cosas hubiesen pasado como algo normal, entendible. Pero el hecho es que Lora, junto a su esposo, el arquitecto José Mella Febles, fueron invitados por el propio gobernante a tomar asientos en su mesa, junto a las autoridades nacionales de deporte y de los ejecutivos de los Mets. Pareció que el jefe de Estado estaba advertido de aquella presencia. Después de un prolongado intercambio entre todos los ocupantes de aquella mesa, sorpresivamente, el jefe de Estado y la comunicadora decidieron hacer el aparte, sentados de frente, pero en otra mesa contigua a la que ocupaban, e iniciaron el diálogo que algunos estiman que se prolongó entre 15 a 20  minutos. Al Presidente se le observaba explicativo, empeñandose en ser convincente, en tanto que a la comunicadora se le vió atenta, pero igualmente prolongada en sus juicios. Parecía un buen match o un apasionante intercambio de ideas y de conceptos, y quien sabe, hasta de políticas públicas. En resumen,  la impresión de los expectadores a distancia era que el o los temas de agenda desbordaban aquel marco deportivo, pese a que el equipo anfitrión es de Grandes Ligas.

 Alguien desde un micrófono invitó al público a formar la fila para el buffet, probablemente queriendo disuadir de alguna manera que aquella conversación siguiese prolongándose. Al contrario, la escena se extendió por algunos minutos más. Se escuchó a un ejecutivo de Los Mets comentar, no se si en broma o en serio: “Bueno, aquí la anfitriona parece ser una de las invitadas. Habrá que llevarle la cuenta”. Otro paisano, mucho más practico, comentó entonces que por nada del mundo se perdería hoy en la mañana a Uno más Uno porque suponía “que algo tendrá que decir”. Así transcurrió la ceremonia, con un acto formal, matizado de  un encuentro al margen, informal, pero que se convirtió en el murmullo y cuchicheos de muchos.

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El Palacio Nacional y la Cancillería trabajan aceleradamente en los preparativos del viaje a Brasil del Presidente Leonel Fernández. Los informes son de que el Presidente Fernández saldrá el 16 de Junio y estará de regreso el 22 del mismo mes.