En  el palacio

En  el palacio

Abel Rodríguez del Orbe es de esas personas que gusta ser franca y abierta al hablar. Tiene la cualidad de mostrarse autoritario, pero al mismo tiempo jovial, y en sus funciones públicas siempre ha tratado de mezclar ambas cosas, y en cierto modo no puede negarse que le ha ido bien. Ha forjado una personalidad que es fuente de anécdotas y de variadas ocurrencias. En la mañana del martes, cuando recibió informalmente en su despacho a un grupo de periodistas, tenía la plena convicción de que no estaba concediendo una entrevista de prensa, pero cometió el error de autorizar a los camarógrafos de televisión que grabaran. A partir de entonces todos sus gestos y expresiones entraron en récord. El “off the record” inicial se revirtió totalmente, y a ello se debió que ese encuentro fuera ampliamente publicitado por  los medios de prensa, especialmente la televisión y los periódicos. Ahora bien, hay expresiones que se atribuyen al nuevo consultor jurídico del Poder Ejecutivo citadas por algunos  medios que pueden considerarse un tanto fuera de contexto. Rodríguez del Orbe, en el caso del sonado decreto 355-08 ni negó ni confirmó nada.  Una de las periodistas presentes, locuaz por lo demás, trató en un momento de sacarlo de sus casillas y llevarlo al terreno de su interés, pero Abel, como viejo zorro, no hizo más que seguirle el juego. “Entonces fue un error lo que ocurrió con ese decreto”, le comentó la reportera. “Ah, ¿tú dices que fue un error? ¡Ah, pues fue un error!, fue la expresión del consultor. La respuesta, como se ve, no entraña una admisión, pues mal podía ese funcionario hablar de error cuando perfectamente él sabe  qué ocurrió. El decreto sí fue retirado después de haber sido entregado a la Dirección de Prensa para su difusión a los medios, pero no por un error, sino porque en las alturas del poder se quería evitar la repetición de situaciones molestosas. En algunas fuentes se dice que el ingeniero Frank Rodríguez estaba resistiendo su designación al frente del Instituto Agrario Dominicano (IAD), por lo que después de lo sucedido con Jaime David Fernández Mirabal no pareció aconsejable otra manifestación  de rebeldía frente a una decisión presidencial. Pero se dice, además, que el nombre de Rodríguez  llegó a ser barajado para la Secretaría de Medio Ambiente, y que hasta que las cosas estuvieran claras, ese decreto iba a mantenerse engavetado. El puesto de Peña Guaba en la Lotería nunca estuvo en juego, pues el hijo del extinto José Francisco Peña Gómez se había acogido  desde hacía buen tiempo a la palabra del Presidente, doctor Leonel  Fernández, e incluso, se presentó el domingo pasado  al Palacio buscando  reconfirmación.

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