POR MANUEL JIMÉNEZ
Marcial Valera, senador perredeísta por la provincia de El Seibo, no lucía el viernes con mucho entusiasmo mientras el presidente Hipólito Mejía procedía a la inauguración del habitacional Villa Guerrero, en las afueras de esa ciudad. Estaba sentado en el extremo izquierdo de la mesa.

Al centro estaba el presidente Mejía, muy distante de Roberto Rodríguez, director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) y quien le reclama que le devuelva su curul en el Senado.

El presidente Mejía pareció no tomar partido en la disputa, pero se le observó siempre a distancia de Valera, un dirigente provincial de vieja data del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Lo que más llamó la atención fueron  las cintas blancas que hombres y mujeres llevaban colocados sobre el brazo y el pecho, así como los grandes lienzos del mismo color que se desplegaron sobre postes del tendido eléctrico y vehículos a todo lo largo de la ruta que transitó la caravana presidencial para llegar hasta Villa Guerrero.

Aquello era una manifestación de luto porque Valera se niega a honrar el acuerdo a que habría llegado con Roberto Rodríguez después de las elecciones congresionales del 2002, según se explicó. “¡Entrégala que no es tuya!”, vociferaban algunos a Valera, quien permanecía inmóvil y con un porte que reflejaba firmeza. Se mantuvo siempre en silencio y virtualmente no se le vio intercambiar palabras con ninguno de los presentes, a excepción de su hijo, que es el síndico de El Seibo. Esta disputa es la comidilla en El Seibo, pues Valera y Rodríguez, además de compañeros de partido, son viejos amigos personales y a ello se debe que el segundo cediera la senaduría al primero con el compromiso de que se la devolviera al final de la presente gestión gubernamental, es decir, el 16 de agosto próximo. Rodríguez fue el postulado al cargo en la boleta del PRD en las elecciones del 2002, pero luego de ganar, la cedió a Valera para quedarse al frente del INAPA a pedido del propio presidente Mejía, según lo que se comenta. El hecho es que Valera no quiere ahora dar marcha atrás y en el PRD parece lavarse las manos.

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En los gobiernos los cargos de cónsul general siempre representan la codicia de muchos. Lo que se dice es que se trata de funciones bien remuneradas, aunque no en todos los casos, pues dependen mucho de la ciudad o el país de que se trate. Además del sueldo que el cónsul percibe del Estado Dominicano a través de la Cancillería, están los porcentajes que les corresponden por los servicios normales que allí se prestan, entre ellos otorgar visado, venta de pasaportes y otras atenciones a dominicanos o extranjeros. Pues bien, en estos días se ha estado rumorando que la Cancillería despojaría de la facultad de expedir visado a determinados consulados en el exterior y la confidencia ha generado un verdadero revuelo.

Lo que se está diciendo es que el departamento de la Cancillería que tiene a su cargo el asunto de los visados asumirá esa función y que los cónsules de servicio en determinadas ciudades solo servirían de intermediarios en el trámite. Hay cónsules que se están moviendo, un tanto preocupados, pues se les quiere quitar ese medio de ingreso adicional justo cuando se está llegando al fin. A ver ¿qué explicación ofrece el Canciller Frank Guerrero Prats?

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Los informes que tengo es que el fotógrafo Roberto Rotchi ha sido cancelado del trabajo que desempeñaba en la dirección de Prensa del Palacio Nacional. La decisión, obviamente, emanó del director de Prensa, Luis González Fabra, a quien el director del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), mayor general Fernando Cruz Méndez, le atribuye haber pedido el arresto del fotógrafo.

Rotchi fue arrestado por el coronel Márquez, de servicio en la oficina de Prensa del Palacio Nacional, porque no asistió a cubrir el acto en el cual el presidente Hipólito Mejía y su esposa doña Rosa Gómez de Mejía inauguraron un centro donado por el gobierno de Taiwán al Instituto Tecnológico de Las Américas que dirige el joven profesional Sergio Grullón Mejía, hijo del secretario de la Presidencia, Sergio Grullón y de Isabel Mejía de Grullón, hermana esta última del presidente de la República.

Rotchi pasó una noche bajo arresto en la sede del DNI, en un cuarto frío, según relató posteriormente, y se le puso en libertad sin que se le formularan cargos. Se trata del segundo caso de esta naturaleza en la dirección de Prensa del Palacio. El primero fue contra Ulises Urbáez, aunque éste fue arrestado personalmente por el coronel Pepe Goico.