En el Palacio

En el Palacio

POR MANUEL JIMENEZ
El Presidente Leonel Fernández se somete a un horario de trabajo bastante intenso, sin distracciones o escapes al estilo del pasado, mayormente concentrado entre su oficina de la segunda planta del Palacio Nacional y un salón de trabajo habilitado en la tercera planta. Ese horario se inicia promediando las 10:00 de la mañana, pero si por alguna casualidad usted cruza por los frentes del Palacio Nacional pasada la medianoche, podrá darse perfectamente cuenta que el gobernante está aun en su interior por la presencia de los policías de tránsito, así como de efectivos militares en su ruta habitual.

En estos días, sin embargo, el Presidente Fernández prácticamente ha amanecido en Palacio, pues en dos ocasiones, y ayer fue una de ellas, su vehículo y los de su escolta han sido visto bien temprano en la mañana estacionados en su área de parqueo. Es más, ayer se comentó en algunas fuentes que el Presidente había pernoctado en sus habitaciones de Palacio. El dato no lo pude confirmar en ninguna fuente oficial, pese a los esfuerzos que hice en este sentido. Pero alguien de confianza me comentó bien temprano, “el Presidente amaneció aquí”.

El dato se refuerza con una versión adicional, y es que a eso de las 7:00 de la mañana de ayer el vehículo de la Policía que sirve de avanzada a la caravana presidencial, más las motocicletas de los franqueadores, ya estaban estacionados en sus lugares habituales. ¿Madrugó el Presidente o ciertamente pernoctó en sus habitaciones de Palacio?. En un extremo, en el tercer piso del Palacio Nacional, existe una suite presidencial, dotada de un cómodo dormitorio, sala, comedor, baño y escritorio. Es como estar en su propia casa, incluso, bajo una mayor y segura protección. Recuerdo que en una ocasión, en un momento de crisis política, el entonces Presidente Salvador Jorge Blanco pernoctó en esa suite del Palacio junto a su esposa Asela Mera de Jorge. Desde entonces, no registro otro precedente. Pero repito que el dato que comento se basa en versiones de fuentes no oficiales, pues por razones de seguridad es difícil que alguien lo confirme de manera oficial.

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El briefing que auspicia la Dirección de Prensa del Palacio Nacional ha sido un excelente pie de amigo para los periodistas acreditados a la fuente del Palacio Nacional. Por esta iniciativa se merecen felicitaciones tanto su auspiciador principal, Rafael Núñez, como el portavoz gubernamental, Roberto Rodríguez Marchena. Estos encuentros, que se celebran habitualmente en el salón Hermanas Mirabal, en la primera planta de Palacio, han sido una enriquecedora fuente de información diaria para la prensa acreditada. Siempre se tiene a quien preguntar e indagar sobre posiciones oficiales en torno a asuntos de interés. Se hace la salvedad, de que cada lunes se lleva a un invitado especial, que puede ser un secretario de Estado o un director general de alguna institución pública. Estos hacen una exposición inicial y luego se someten a las preguntas de los reporteros. La iniciativa ha sido positiva, y eso hay que reconocerlo.

Ahora bien, esta actividad no puede ni debe interferir con la agenda del Presidente de la República. Para un periodista asignado a Palacio, lo primero es el Presidente de la República, sin perder el interés en torno al resto de lo que pueda ocurrir en esa fuente. El lunes de la semana pasada, el Presidente Fernández asistió a un evento en el hotel Quinto Centenario, prácticamente a la misma hora en que la Dirección de Prensa convocaba al briefing con el secretario de Trabajo, José Ramón Fadul (Monchy). La confusión que reinó en torno a la hora en que el Presidente Fernández asistiría a ese evento evitó que algunos medios acreditados no estuvieran presentes en esa actividad, aunque sí en el briefing. Se trata de un asunto espinoso y en el futuro se debería tomar la precaución de no hacer coincidir una actividad principal del briefing con la agenda presidencial.

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