En el Palacio

<p>En el Palacio</p>

POR MANUEL JIMÉNEZ
Carlos Amarante Baret, director general de Migración, ocupó su asiento justo frente a la mesa de honor de la ceremonia inaugural y,  muy cerca, a su derecha, se instaló el mayor general José Aníbal Sanz Jiminián. Pese a que ambos se caracterizan por la jovialidad y el buen humor, lo cierto fue que aquel escenario no pareció propicio para las bromas ni mucho menos para las poses.

Era el acto inaugural del nuevo aeropuerto internacional de El Catey, muy próximo al municipio de Sánchez, jurisdicción de la provincia de Samaná. El Presidente Leonel Fernández llegó con retraso al acto, pero durante la espera se improvisaron algunas tertulias. En ellas se vio como muy activos  conversadores al senador perredeista por Nagua, Jesús Vásquez y a su colega peledeista-reformista por Samaná, Prim Pujals. Cinco minutos antes de las 12:00 del día se divisó mientras descendían sobre la pista de la nueva terminal una flotilla de tres helicópteros, uno de ellos transportando al Presidente Fernández y a su esposa Margarita Cedeño de Fernández. Desde uno de los dos helicópteros militares que sirvieron de escoltas al aparato presidencial, se vio descender, acompañado del secretario de Obras Públicas, Manuel de Jesús Pérez (Freddy), al doctor Milton Ray Guevara, dirigente del opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD), pero que, al parecer, fue invitado a la ceremonia en su condición de ex senador por Samaná. La pregunta que algunos se hicieron es si la invitación fue a iniciativa del gobierno o de la empresa Aerodom, constructora de la nueva terminal. Y era lógico que las dudas se expusieran, puesto que los invitados de Aerodom llegaron en un autobús a El Catey, pero el hecho de que Ray Guevara lo hiciera a bordo de un helicóptero militar supone que alguna autoridad con mando dio el visto bueno o le cursó la invitación. No hay que olvidar que el ex senador por Samaná es miembro de la comisión de juristas que trabaja en la redacción del proyecto de reforma constitucional. Al término de la ceremonia, al reconocido abogado se le vio conversar animadamente, al menos en dos ocasiones, con el Presidente Fernández, privilegio que no disfrutó el director de Migración, Amarante Baret, a quien se le vio a distancia. Al menos, ese fue el consenso de la prensa.

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Aunque muchos dicen que nunca ha estado amenazado, Amarante Baret es un funcionario que se ha jugado el cargo defendiendo a su candidato, Danilo Medina, en la contienda interna del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Pero ayer hubo de tragar en seco al escuchar discursos de representantes de los sectores público y privado cargados de reconocimientos y elogios a la gestión del Presidente Fernández e, incluso, una arenga reeleccionista del secretario de Obras Publicas, Freddy Pérez. Abraham Hazoury, presidente de Aeropuertos Dominicanos (Aerodom), dio todo el crédito de la obra al Presidente Fernández, incluso, resaltando su “reiterada e insistente preocupación ante la imperiosa necesidad que tenía Samaná y el resto de la región Nordeste de contar con una herramienta que le conectara al resto del mundo”. Dijo, además,  que “gracias a la confianza que ha generado el gobierno del Presidente Fernández”, tanto su empresa como la que construye la carretera Santo Domingo-Samaná, pudieron concretizar la obtención del financiamiento internacional para la ejecución de esas obras de infraestructura. La expresión fue saludada con aplausos por parte de los presentes, gesto que  imitó Amarante Baret no se sabe si por mera cortesía o si por identificación con ese juicio de valor. Más tarde, se le observó un tanto serio, pues el discurso del titular de Obras Públicas fue en esencia política desde el principio hasta el final. Pérez destacó que las obras construidas y las que están en ejecución en Samaná son el fruto de la confianza generada por esta administración y consideró a Fernández dotado “de la paciencia de Job, la sabiduría de Salomón y la valentía de David”. Escuché que alguien sólo llegó a preguntar ¿Y quien es Goliat?. Los aplausos se dejaron sentir nuevamente y, repito, no se sabe si por simple caballerosidad o porque estaría de acuerdo. Amarante Baret volvió a golpear sus manos. El acto se prolongó por unos 45 minutos y concluyó con el develizamiento de una tarja conmemorativa. Acto seguido, el Presidente fue invitado a recorrer las instalaciones de la terminal, pero bajo la severa advertencia de que solo le acompañaría personal autorizado. Antes, el jefe de Estado extendió un saludo cortés al veterano periodista y comentarista radial Bonaparte Gautreaux Piñeyro (Cabito).

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