POR MANUEL JIMÉNEZ
El presidente Leonel Fernández viajó a Panamá con una comitiva bastante reducida, no tan solo por los apuros económicos en que se encuentra el gobierno, sino porque su estadía en ese país sería igualmente muy corta. Apenas el canciller Carlos Morales Troncoso y el secretario Técnico de la Presidencia, Juan Temístocles Montás, figuraron como miembros oficiales de su comitiva, así como su señora esposa, Margarita Cedeño de Fernández.

El personal de apoyo estuvo integrado por el jefe del Cuerpo de Ayudantes Militares, general Ramón Aquino García, y el director de Prensa del Palacio Nacional, Rafael Núñez. Aunque su permanencia en Panamá básicamente se limitó a su participación en los actos de toma de posesión del presidente Martín Torrijos, Fernández tuvo una agenda adicional bastante intensa. Por ejemplo, el encuentro con el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, estaba programado para después de la ceremonia de toma de posesión de Torrijos, pero un hecho no previsto hizo adelantar la reunión. En efecto, el proceso de instalación del Congreso, que en Panamá es unicameral, es decir solo existe una Cámara de Diputados, retraso en dos horas la ceremonia de transmisión del mando presidencial la mañana del miércoles pasado. El retraso se debió a que en Panamá cada diputado se para a motivar su voto a favor de su favorito para desempeñar la presidencia del Congreso. Antes este hecho imprevisto, Powell y el presidente Fernández acordaron adelantar su reunión bilateral y entraron a un salón en el Centro de Convenciones Atlapa una hora antes de lo previsto. Esto hizo que el canciller Morales Troncoso y el ingeniero Montás llegaran al lugar del encuentro después haberse iniciado y el periodista Núñez pudo ubicar a tiempo a su fotógrafo y camarógrafo oficiales gracias a una oportuna llamada de la seguridad de Fernández. Mis fuentes coinciden en asegurar que el encuentro fue fructífero y que además de los temas que son de dominio público, el presidente Fernández y Powell tocaron asuntos relativos a las solicitudes de extradición de dominicanos hechas por la justicia de Estados Unidos, así como el tráfico de indocumentados a Puerto Rico y al propio territorio continental. Hay que destacar que en el encuentro estuvo presente Linda Watt, quien se desempeñó como encargada de negocios de la embajada de Estados Unidos en el país y que por algún tiempo estuvo como encargada de la legación diplomática. Fernández mantuvo también reuniones bilaterales con los presidentes de Chile, Ricardo Lagos, y de Taiwán, Chen Shui-Bian.

—————-

Ahora bien, por alguna razón, según mis fuentes, el presidente Fernández evadió o evito un encuentro formal con el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz, quien estuvo en Panamá participando de la ceremonia de toma de posesión de Torrijos. Esta República fue proclamada en febrero de 1976 en la zona del Sahara Occidental y ha sido fuente de conflicto en las relaciones entre España y Marruecos. Francia, de alguna manera, esta involucrada también en el conflicto diplomático. Lo cierto es que Fernández solo alcanzó a tener un breve intercambio de saludo, informal, con el presidente Abdelaziz cuando ambos se encontraron en uno de los salones del Centro Atlapa. En esta materia, sería interesante conocer qué interpretación tiene el ingeniero Hamlet Hermann sobre esta actitud del Presidente dominicano. Hermann es un experto en esto del conflicto del Sahara Occidental. Pero mis fuentes hablan también de los resultados de un encuentro que  Fernández sostuvo con inversionistas panameños, quienes le presentaron un novedoso plan de rescate y transformación de la zona de Sans Souci, en la parte oriental de Santo Domingo. Lo que se propuso fue realizar allí una inversión de US$600 millones en la construcción de una marina, un campo de golf de 18 hoyos para atraer cruceros que transportan jugadores de golf de todo el mundo, un hotel y un centro de convenciones, entre otras iniciativas. En el pasado se han presentado propuestas similares que han quedado solo en carpeta, aunque esta vez se asegura que el interés de los panameños es real y decisivo. Esperemos. Hay que destacar, además, que a la toma de posesión de Torrijos asistieron, por ejemplo, el empresario Rafael Perelló Abreu y el ejecutivo bancario Juan José Arteaga, ambos invitados personales del nuevo presidente panameño.