En el palacio

En el palacio

POR MANUEL JIMÉNEZ
Días soleados han servido de marco a sendas ceremonias oficiales encabezadas por el presidente Leonel Fernández en la explanada frontal del Palacio Nacional. El miércoles para hacer entrega de una flotilla de unos 70 vehículos, entre ellos 28 clínicas móviles, que prestarán servicios en la zona de la frontera y el jueves para observar el primer autobús de la OMSA convertido a Biodiesel. En la primera ocasión, los muchachos de la prensa fallaron en su intento por abordarlo, pero en la segunda encontraron a un mandatario receptivo y dispuesto a responder a sus preguntas. Fue una especie de  rueda de prensa improvisada en la que las preguntas se concentraron en el plan de ahorro energético que ha anunciado el gobierno y sobre algo que no podía pasar por alto, la operación de compra de las acciones de la Shell en la Refinería Dominicana de Petróleo.

Pero lo que el mandatario no tenía en agenda era que después de esa improvisada rueda, tuviese que acceder a otra, totalmente informal, of the record, como se dice y escuchar un asesoramiento estratégico honorífico de algunos colegas en torno a la forma que entienden deben  organizarse los consejos de gobierno que se celebran fuera del Palacio Nacional. ¡Presidente, déjeme aconsejarle algo!, le comentó con soltura y confianza un colega de la fuente. Le dijo que hace falta que esos consejos sean “más abiertos”, que se “escuche a esa gente de la calle que quiere exponer sus problemas” e, incluso,  que se coloquen bocinas de gran potencia, hasta en el parque si es necesario, para que la gente esté atenta y disfrute de todo lo que se discute y se maneja en estas reuniones.

En pocas palabras, que esos consejos de gobierno se transformen en una especie de audiencias populares, con lo que obviamente se desnaturalizaría su esencia. Ha sido norma que cuando un Consejo de Gobierno se monta en una ciudad del interior, las organizaciones de la sociedad civil escogen sus representantes por anticipado, elaboran un documento consensuado donde exponen sus problemas y plantean soluciones a cada uno de ellos, sometiéndolo, al final,  a la consideración del gobierno. Pero hay colegas que entienden otra cosa, y esto lo plantearon al Presidente con mucha preocupación, que ese abanico de participación debe cambiarse y ampliarse, dándole a esas reuniones una especie de “sabor a pueblo”. En San José de Ocoa, por ejemplo, no bastó, a juzgar por las preocupaciones de los colegas, que en el Consejo de Gobierno reciente el cura párroco y el Presidente de la Asociación para el Desarrollo, así como otros cinco representantes de organizaciones de la sociedad civil estuvieran ahí representando a su comunidad. Hizo falta, según entienden, que se agarrara del brazo a Juancito, a Pedrito, a Vicentica y a Pepito que estaban en la calle llamando la atención y se le diera el chance de su vida. De esa manera, me imagino, no hubiese habido primera plana resaltando quejas individuales, que no venían de sectores organizados en la provincia. Por lo demás, para el lunes está convocado otro Consejo de Gobierno en San Cristóbal,  pero ya el Presidente recibió su “asesoría honorífica”  en torno a la forma de cosechar el éxito y dejar a todo el mundo contento con estas reuniones. Esperamos entonces que este lunes ese Consejo se parezca en algo al slogan que ha popularizado el amigo Tony Raful: ¡Venga pueblo, Venga Gente!

No sólo está confirmado que el presidente Leonel Fernández viajara a Cuba a mediados de diciembre para estar presente en la cumbre de Petrocaribe, sino que antes de finalizar el presente año hay programadas otras dos visitas al exterior, una a Colombia y otra a Barbados. El Gobierno de Cuba está trabajando en la organización de esta cumbre que inicialmente tendría como sede  La Habana, pero que ahora ha sido trasladada a Cienfuegos. Sobre el viaje a Colombia y Barbados no hay aun muchos detalles, pero ambas están relacionadas con temas energéticos, adelantó una fuente a esta columna.

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