POR MANUEL JIMÉNEZ
Tercera y última parte de la carta que el dirigente peledeísta y director de la Oficina de Gestión Presidencial, Juan Francisco Santamaría, dirigiera desde Madrid, España, el 28 de septiembre pasado, al Presidente Leonel Fernández y al licenciado Danilo Medina:
“También están los ambiciosos de siempre, que nunca están conformes con su papel y aspiran a tener cada vez mayores cuotas de participación y poder, y que, por lo tanto, ven en el enfrentamiento entre los dos principales líderes del Partido, la posibilidad de que algún colega caiga en desgracia, quedando fuera de competencia y sus puestos y posiciones libres para ser ocupadas por los ambiciosos que evitan exponer sus puntos de vista o tomar algún partido, limitándose a buscar la oportunidad de colocarse sin correr ningún riesgo. Finalmente, están también los envidiosos, que odian y desprecian por igual al Presidente y al secretario de la Presidencia y que harán todo lo que puedan y más, abierta o subrepticiamente, para enconar las contradicciones y llevarlas hasta donde haga más daño a los dos contrincantes y a todo su entorno, en la búsqueda de una carambola perversa que busca sacar de combate o debilitar a los dos compañeros con un solo tiro. Compañero Leonel, compañero Danilo, para bien o para mal, la realidad es como es y no como quisiéramos que fuera. Si el enfrentamiento entre ustedes no puede evitarse, con un acuerdo digno y aceptable para ambos, que sea. Sin embargo, como líderes de todos nosotros, como jefes administrativos de muchos y como amigos de larga data de bastantes, ustedes deben hacer lo máximo para evitar los daños colaterales a terceros y las posiciones irreductibles y/o los ataques personales que provocarían agravios irreversibles”
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“Humildemente, me permito sugerir que antes de que los enfrentamientos, la creciente falta de confianza reciproque entre ustedes, alcances niveles públicos y abiertos, ustedes dos, en forma conjunta impulsen algunas acciones amortiguadoras tales como: a) promover una campaña de exaltación histórica y moral del Partido, que implique pregonar ante la población todas las cosas buenas y positivas que ha hecho el PLD a lo largo de sus 33 años de existencia. Destacando nuestra participación en los gobiernos municipales, en las cámaras legislativas y en la Presidencia de la República en las dos veces que nos ha tocado gobernar. Nuestros aportes a las reformas políticas de 1994 y nuestra contribución a la gobernabilidad democrática del país cuando hemos sido oposición. b) Llamar a todos los organismos del Partido, en el país y en el exterior, a integrarse activamente en los debates sobre la reforma política y administrativa actualmente en marcha, tanto al interno de los organismos, como motivando y estimulando la participación de las comunidades y de los colectivos en los que estamos insertos y sobre los que incidimos. c) Crear una Comisión Especial Consultiva, no pública y de dictámenes no vinculantes, para que evalúe a profundidad y desde diversas perspectivas, las consecuencias para el Partido, el gobierno y la sociedad, de un enfrentamiento abierto entre los dos principales líderes de nuestro proyecto político. Esa Comisión debería estar compuesta por entre 9 y 15 compañeros de reconocida solvencia política y que no se hayan manifestado públicamente como beligerantes. Algunos posibles nombres podrían ser Temístocles Montás, Reinaldo Pared, Daniel Toribio, Carlos Dore, César Pina, Miguel Cocco, Euclides Gutiérrez, Alma Fernández, Alejandrina Germán, Carlos Amarante, Javier González, Francisco Domínguez, Gabriel Castro, Flavia García, Juan Santamaría. Si se desea incluir a no miembros del Partido algunos nombres podrían ser: Humberto Salazar, Miguel Mejía, Vincho Castillo, Max Puig, Amílcar Romero, Frank Peña Guaba, Andrés Van-der-horst. Compañero Presidente, compañero Danilo, pido excusas por la extensión de este comentario; espero que comprendan mis motivaciones. Les reitero mi respeto y admiración”.