En el palacio

En el palacio

POR MANUEL JIMÉNEZ
Algunas fuentes hablaron la semana pasada en torno a un posible viaje del Presidente Leonel Fernández a Caracas, Venezuela, para un encuentro de algunas horas con su homólogo y amigo Hugo Chávez Frías. Se dijo que Fernández estaba supuesto a viajar el  lunes pasado, en vuelo privado, y que retornaría en la tarde del mismo día. Es mas, se mencionaron nombres de posibles acompañantes, entre estos a los secretarios, de Finanzas, Vicente Bengoa y sin Cartera, Miguel Mejía. No se habló del secretario Técnico de la Presidencia, Temístocles Montás, pero es probable que estuviera igualmente en la lista.

Las razones del rápido viaje no son del dominio de las fuentes consultadas por esta columna, pero, al parecer, tienen relación directa con los resultados de la “II Cumbre sobre la Iniciativa Energética de Mesoamérica” que reunió en Casa de Campo, La Romana, a los jefes de Estado de Centroamérica, México, Colombia y República Dominicana. Se ha especulado en torno a que el Presidente Fernández estaba al tanto de algunas inquietudes del Presidente Chávez en relación a esta cumbre, pero más aun, de algún mensaje del mandatario venezolano. Venezuela y México se han distanciado en los últimos meses y el programa energético que se discutió en esa cumbre es esencialmente impulsado por el Presidente Vicente Fox. Otro país con buenos recursos petroleros en la región es Colombia, cuyo Presidente Álvaro Uribe, estuvo también en la cumbre, en una señal de integración a la iniciativa mexicana. ¿Fue Fernández portavoz de algún mensaje del Presidente Chávez al Presidente Fox o se estaría manejando la posibilidad de que Venezuela se integre al programa energético de Mesoamérica?. Estas son interrogantes que sencillamente quedan en el aire. De seguro que de hubiese dado el viaje, los temas de interés bilateral hubiesen estado en la agenda, pues Venezuela es nuestro principal abastecedor de crudo y nos favorecemos del acuerdo de Petrocaribe, que nos financia la compra de 50,000 barriles diarios. Otras fuentes dicen que los presidentes Fernández y Chávez conversaron por teléfono y que en ese diálogo se habría decidido postergar el encuentro proyectado.

El Vicepresidente Rafael Alburquerque llegó ayer a sus oficinas, en la segunda planta del Palacio Nacional, con el buen humor habitual, sonriente, afable, pero sobre todo con sus ocurrencias para el personal a su servicio. A nadie había comentado que el 14 de junio, una fecha memorable en la conciencia nacional, es su  natalicio, pero sus asistentes y el resto de sus empleados se habían encargado de recordar el cumpleaños a funcionarios públicos, así como amigos cercanos. Lo felicitó el Presidente Leonel Fernández, pero desde media mañana el despacho comenzó a recibir las visitas de varios funcionarios que les felicitaron y les obsequiaron algunos presentes. El secretario de las Fuerzas Armadas, almirante Sigfrido Pared Pérez, se presentó acompañado de su hermano, el senador electo por el Distrito Nacional y secretario general del PLD, Reinaldo Pared. El jefe militar le obsequió una fina cartera, color negro. Alburquerque no aguantó la curiosidad y abrió el regalo en su presencia, razón por la cual se conoció el contenido del bien envuelto regalo. Reinaldo, en una oportuna chanza, recordó que antes “los viejos decían que cuando se regalaba una cartera había que introducirle dentro alguna moneda, para la suerte”. El Vice la revisó, pero en el interior no había nada, solo su nombre escrito al dorso. Otros presentes que recibió Alburquerque fueron de su inseparable y leal amigo, Juan Francisco Zapata, director del Instituto Nacional de Auxilios y Vivienda (INAVI), así como de Alma Fernández, directora del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI); el director de Prensa de la Presidencia, Rafael Núñez y del personal de su oficina.

El asesinato de la joven Vanessa Ramírez Faña consternó a todo el país a juzgar por las manifestaciones de dolor y solidaridad que este hecho provocó a lo largo de todo el país. Ahora, tengo la información de que desde que fue enterado del caso, el Presidente Leonel Fernández instruyó personalmente al jefe de la Policía, mayor general Bernardo Santana Páez, para que se pusiera al frente de las investigaciones y la orden fue terminante: ¡Esos criminales tienen que aparecer!. Fernández, además, se puso en contacto con la familia de Vanessa, concretamente con su padre, el doctor Juan Ramírez. El lunes, día del  funeral, el Presidente Fernández llamó por teléfono al doctor Ramírez para testimoniarle nuevamente su pesar por esa pérdida irreparable, aseguraron algunas fuentes.

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